Sarah Ferguson puede respirar con cierto alivio, aunque la carrera de fondo que supone un tratamiento contra el cáncer como el que se enfrenta no ha terminado del todo. Tras someterse a una cirugía para examinar el melanoma maligno que le detectaron, los médicos confirmaron que ese área ya está libre de células cancerosas, así como los ganglios linfáticos, y creen que no han llegado a extenderse a otras partes del cuerpo, según ha explicado alguien del círculo cercano a la duquesa de York al Daily Mail.
Aunque deberá continuar con revisiones regulares cada tres meses, este es "el mejor resultado que podía esperar", asegura su entorno, tan feliz como ella del buen pronóstico que presenta ahora su enfermedad. A pesar del duro mazazo que supuso para ella y su familia conocer que padecía otro cáncer después de haber superado uno de mama, sus amigos aseguran al diario británico que si de algo se alegra es de haber contribuido a concienciar a la población sobre la importancia de realizarse chequeos médicos con regularidad. Recordemos que conoció su diagnóstico después de que le detectasen lunares sospechosos mientras se sometía a una mastectomía y cirugía reconstructiva el pasado verano.
La exmujer del príncipe Andrés afrontó con valentía su cáncer de mama y ha mostrado la misma actitud y coraje cuando hace dos semanas hizo público su nuevo diagnóstico. “Naturalmente, otro diagnóstico de cáncer ha sido un shock, pero estoy de buen ánimo y agradecida por los muchos mensajes de amor y apoyo que estoy recibiendo”, dijo en las primeras palabras que compartió tras el anuncio. Esta noticia llegaba, además, en un momento delicadísimo para los Windsor ya que entonces la princesa de Gales se encontraba hospitalizada tras una cirugía abdominal, de la que ahora se recupera en casa, y Carlos III iba a operarse por un problema en la próstata. Pero la situación se complicó aún más cuando, días más tarde, Buckingham comunicó que el Rey padecía cáncer.
La última vez que vimos en público a la duquesa de York fue en la misa en recuerdo a Constantino de Grecia con motivo del primer aniversario de su fallecimiento que la reina Camilla ofreció en la capilla de San Jorge de Windsor el pasado martes. Por primera vez décadas acudía junto a la familia real británica a un evento de alto nivel con representantes de casas reales de toda Europa. Acompañada de su exmarido príncipe Andrés, con el que no solo mantiene una buena relación sino que comparte residencia oficial, Sarah Ferguson volvía a recuperar un lugar que perdió tras su divorcio. Ha sido un camino de vuelta lento pero paulatino que ahora de alguna manera culmina y lo hace al tiempo que llega esta buena noticia, la primera de las muchas que necesita en estos tiempos la familia real.