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El palacio de Buckingham ha confirmado a través de un comunicado que Carlos III deberá acudir al hospital la próxima semana para someterse a una intervención que le mantendrá una noche ingresado. "Como miles de hombres cada año, el Rey necesita someterse a un tratamiento por un agrandamiento de la próstata. La condición de Su Majestad es buena y acudirá al hospital la próxima semana para una intervención correctiva. Los compromisos públicos del Rey serán pospuestos durante un breve periodo de recuperación", reza el escrito de palacio.
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Este anuncio llega tan solo 90 minutos después de que Kensington haya hecho pública la cirugía abdominal a la que ha tenido que someterse al princesa de Gales. Aunque la operación ha sido un éxito, en su caso deberá pemanecer ingresada durante dos semanas en la London Clinin de Marylebone y el periodo de baja que se prevé es mayor, ya que la esposa del príncipe Guillermo no se espera que retome su agenda hasta Semana Santa.
El príncipe Guillermo pospone su agenda para estar junto a Kate en el hospital
A diferencia del comunicado con el que se ha hecho pública la intervención quirúrgica de Kate Middleton, el de Carlos III incluye detalles del diagnóstico poco habituales en este tipo de informaciones que afectan a cuestiones tan íntimas como la salud. El comienzo del escrito de Buckingham aludiendo a todos aquellos que pasan por la misma situación da una pista de las intenciones del Rey. Según han confirmado fuentes de palacio al Daily Mail, ha querido hacerlo público para animar a otros hombres que también sufren este tipo de dolencias y concieciar de la importancia de hacerse revisiones periódicas como forma de prevención.
El agrandamiento de la glándula prostática es algo muy común en los hombres a partir de los 50 años -Carlos III cumplió en noviembre 75- y no se trata de una enfermedad grave ni cancerosa, pero sí provoca problemas en el día a día de los pacientes que es conveniente atajar. Además, de no tratarse a tiempo puede aumentar la probabilidad de desarrollar dolencias de mayor gravedad.
El monarca tenía una serie de reuniones y actos en Dumfries House previstos para mañana y el viernes que ya han sido pospuestos por recomendación médica para prepararse de cara a la intervención de la próxima semana. No obstante, ha sido visto con normalidad hasta la fecha. Hace tan solo 48 horas acudía a una misa en Kratie Kirk, cerca de Balmoral, donde se le vio con un semblante alegre saludando a los allí presentes. Solo una semana antes fue el servicio religioso de año nuevo en la iglesia de Santa María Magdalena en el condado de Norfolk junto a su esposa, la reina Camilla, fiel a la tradición que instauró su madre, Isabel II en sus 70 años de reinado.
Era el broche a unas navidades en las que Carlos III logró reunir a toda la familia, también buena parte de la de su mujer e incluso hemos visto a Sarah Ferguson, exmujer de su hermano el príncipe Andrés, unirse a ellos en la misa de Navidad tras 32 años de ausencia. Solo faltaban, como era de esperar, los duques de Sussex que pasaron las fiestas en su casa de California con sus dos hijos
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