Las circunstancias han querido que el príncipe Harry esté durante unos días en suelo británico, coincidiendo precisamente con el primer aniversario de la muerte de su abuela. Tras volver -solamente de paso- a su tierra natal y aprovechando la ocasión, el duque de Sussex ha querido rendir su particular homenaje a Isabel II, en este día señalado cuando se cumple justo un año del fallecimiento de la mujer que ocupó el trono durante siete décadas en Reino Unido.
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El hijo menor de Carlos III ha sido visto este viernes saliendo prácticamente en secreto de la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, el lugar donde descansan los restos de la que fuera monarca y su difunto marido, el duque de Edimburgo. También es el sitio que en 2018 acogió la boda del hermano menor de Guillermo de Inglaterra con su mujer, Meghan Markle, quien tampoco ha viajado Londres en esta ocasión (ya no lo hizo en la coronación de su suegro el pasado mayo).
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Vestido con camisa blanca de manga larga y pantalón azul oscuro, el Príncipe era fotografiado sin la compañía de ninguno de sus familiares -una imagen que dice mucho-, lo que pone de manifiesto una vez más su evidente desapego y la brecha cada vez más profunda con la Corona -algo que es recíproco por ambas partes-. Ni siquiera en esta jornada tan simbólica donde se recuerda a la persona que los unía a todos, han tenido bien a reunirse para honrarla de manera conjunta.
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De hecho, lo de Harry ha sido realmente una breve parada en este emblemático enclave que nos evoca aquel último adiós, menos multitudinario y muy emotivo, que dieron los Windsor a la Reina hace un año. Fue en aquella fecha donde la soberana recibió sepultura al lado de su esposo y sus padres, en una tumba que se encuentra en la capilla conmemorativa del rey Jorge VI.
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La presencia del Príncipe en su país -en esta visita programada con antelación- se debe principalmente a su asistencia a la gala de entrega de premios WellChild, la organización benéfica infantil de la que es patrón y que atiende a niños con graves problemas de salud. Fue el pasado jueves cuando el hijo menor de la inmortal Diana de Gales participó en la ceremonia y ya tuvo un bonito gesto con Isabel II, a la que adoraba y de una forma u otra siempre quiso mantener al margen de las aireadas disputas con su clan.
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Durante su discurso en dicho evento, rememoró Harry que en 2022 no pudo estar ahí "porque mi abuela falleció" en esas fechas, dijo ante el público presente. "Ella habría sido la primera persona en insistir para que viniera a estar con todos vosotros en lugar de acudir a su funeral", añadió con ternura. "Por eso sé que nos está mirando (desde el cielo) a todos esta noche, feliz de que estemos juntos", sentenció.
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La presencia de Harry en Inglaterra no se ha prolongado más y, desde esta tarde, ha volado a Alemania donde ya se encuentra tras su viaje relámpago a Inglaterra. Evitando pasar por Escocia -donde recientemente estuvo la plana mayor de su familia y aún permanece su padre con Camilla-, el Duque está ahora mismo en Dusseldorf. Ahí será testigo de los Juegos Invictus en los que siempre se ha volcado tanto y que tendrán lugar en la ciudad germana del 9 al 16 de septiembre. A él se unirá allí su mujer, mientras que sus hijos Archie y Lilibet se han quedado en su residencia de California (EE.UU.).