Como cada año, los días previos a la inauguración de la época estival están repletos de actos oficiales y compromisos en las agendas de la familia real británica. Si el sábado celebraban el Trooping the Colour y hace escasas 24 horas Carlos III y Camilla debutaban como Reyes en la solemne ceremonia de la Nobilísima Orden de la Jarretera, hoy han cambiado el castillo de Windsor por Berskhire, donde este martes han dado comienzo las populares carreras hípicas de Royal Ascot. Una jornada inaugural en la que los sucesores de Isabel II se han dejado ver viviendo con fervor este aclamado evento deportivo, uno de los favoritos de la madre del soberano por la devoción que sentía por estos animales y su cría. Además de ellos, otros miembros de la realeza inglesa se han desplazado en sus respectivos carruajes hasta el condado con capital en Reading.
Camilla debuta en Ascot como Reina y estrena el broche de Isabel II al que estaba predestinada
Esta temporada la tradicional cita ecuestre ha suscitado gran expectación, pues es la primera a la que Carlos III, de 74 años, asiste en calidad de jefe del estado británico junto a su esposa, de 75, tras el fallecimiento de su madre el 8 de septiembre del pasado año. El feliz matrimonio ha llegado al hipódromo de Ascot con una gran sonrisa y han sido acomodados en el palco de las instalaciones, donde han estado acompañados por el primogénito de la Reina, Tom Parker Bowles. Ya desde sus asientos, los tres han contemplado con atención y nerviosismo lo que ocurría en la pintoresca sede hípica, donde los caballos purasangre han desplegado su magia entre asistentes de excepción, desfile de estrafalarios tocados y originales y coloridos estilismos.
Con el programa en las manos del Rey y unos prismáticos de considerables dimensiones en las de la Reina, ambos han disfrutado con disposición de esta primera jornada y han intercambiado opiniones con el hijo de Camilla, de 48 años, que también ha ojeado en distintas ocasiones los horarios y la planificación entregada a los asistentes. Otros instantes reseñables de su paso por el tradicional espectáculo han sido los divertidos minutos que han compartido con John Warren, quien fuera director de competición y asesor de carreras de Isabel II, o la compañía de la que han gozado durante estas horas en las que el sol se ha abierto paso entre las habituales nubles del cielo inglés.
Además del hijo de Camilla, su hermana tampoco ha faltado a la cita. A sus 74 años, Annabel Elliot ha vuelto a demostrar que está en plena forma y que adora este histórico y exclusivo acontecimiento que, en esta ocasión, ha sustituido su clásico emblema real por primera vez en siete décadas. Un cambio que se ha llevado a cabo por petición expresa del Rey, quien deseaba que se le mencionara tanto a él como a su mujer. Acompañada por la princesa Ana, Annabel ha hecho su entrada a las fabulosas instalaciones montada en un carruaje y con un estilismo muy similar al que ha escogido su hermana, en el que el tono blanco roto ha sido el indiscutible protagonista. Ambas se han dejado ver en actitud cómplice charlando desde la platea en la que han contemplado la exhibición.
Por su parte, la princesa Ana, que también tuvo un importante rol durante el acto de la Orden de la Jarretera de ayer y es heredera del amor ecuestre de su madre, ha escogido un sofisticado conjunto en color verde aguamarina apagado que ha combinado con un fabuloso tocado a conjunto y zapatos planos oscuros. La vistosa sonrisa de su rostro refleja la alegría que le produce volver a presenciar esta esperada cita primaveral que precede a la celebración de su cumpleaños el próximo 15 de agosto, cuando festeje sus 73.
Zara Tindall, hija de la princesa Ana y apasionada de las carreras de caballos, también se ha sumado a esta jornada que da el pistoletazo de salida al evento, de cuatro días de duración. Lo ha hecho acompañada por su marido, Mike Tindall, y enfundada en un colorido vestido de estampado floral e inspiración oriental de la firma Leo Lin. La original forma de su cuello y la botonadura central del diseño lo convierten en una auténtica joya estilística que ha combinado con un sombrero hecho a medida por Sarah Cant, zapatos de Sauvereign y bolso Maud.
El divertido plan de Mike y Zara Tindall la noche previa a la coronación de Carlos III
Otra de las presencias más llamativas ha sido la de Beatriz de York, que ha aparecido del brazo de un apuesto Edoardo Mapelli Mozzi. Para la cita, la nieta de Isabel II ha optado por un vestido rosa con detalles florales, cuello elevado, mangas abullonadas y puños extendidos de Beulah London. A modo de complementos ha elegido una innovadora y vistosa diadema de seda con un gran lazo firmada por Juliette Botterill y un pequeño bolso en tono crudo de asas de madera.
Beatriz de York y Zara Tindall inauguran el glamour del Royal Ascot
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