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El príncipe Andrés sigue aferrado a su vivienda y no tiene intención de abandonar su espectacular mansión de Royal Lodge, situada en Windsor, que comparte con su exmujer, Sarah Ferguson, y que cuenta con 30 habitaciones y tiene un valor de 30 millones de libras (unos 35 millones de euros). Desde hace meses, Carlos III, en aras de la monarquía reducida por la que siempre aboga y teniendo en cuenta que el duque de York ya no tiene funciones públicas tras verse salpicado en el Caso Epstein, había considerado que la propiedad podría reutilizarse mejor.
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La vivienda necesita obras de reparación en el tejado que serán pagadas por Andrés de Inglaterra quien ahora percibe una asignación de los fondos privados del ducado de Lancaster, una 249.00 libras esterlinas al año (283.000 euros), el resto de retribución se le quitó tras abandonar sus deberes oficiales. Aunque tendría sentido que el Príncipe se mudara temporalmente a Frogmore Cottage, la casa de los duques de Sussex, también en Windsor, que el Rey le habría ofrecido de forma permanente y que es mucho más pequeña y modesta, el padre de las princesas Eugenia y Beatriz teme que si sale del Royal Lodge sea desalojado de allí para siempre aunque las reformas de la cubierta sean molestas y hasta peligrosas, según ha informado el Daily Mail.
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Por su parte, los duques de Sussex siguen teniendo su casa de Frogmore Cottage hasta julio, que también tendrán que desalojar por orden de Carlos III. De hecho, en su reciente viaje a Reino Unido para testificar en el juicio contra los tabloides, el príncipe Harry se hospedó allí.
La idea de Palacio es que Andrés y Sarah salgan del Royal Lodge para que sea renovado y pueda alojar a nuevos inquilinos. Sin embargo, el duque de York, a pesar del recorte económico que ha sufrido y que le harían difícil seguir asumiendo los costes de mantenimiento del costoso Royal Lodge, se ampara en que en 2003 firmó un contrato de arrendamiento por 75 años con lo que hasta el vencimiento no tiene porqué abandonar la casa. Además ya ha hecho reformas de 7,5 millones de libras (8,5 millones de euros) que habrían salido de su propio bolsillo, lo que indica que no quiere dejar su magnífico hogar.
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Sobre los hipotéticos nuevos moradores de Royal Lodge, en caso de que el príncipe Andrés decidiera algún día abandonar su casa, se especula con que podrían ser los príncipes de Gales y sus tres hijos, quienes actualmente viven en Adelaide Cottage, de cuatro habitaciones, con sus tres hijos. También se habla de que Crown Estate, la corporación de propiedades que tiene el monarca británico en Reino Unido no descarta alquilarla comercialmente para obtener más rendimiento.
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