Han pasado tres años desde que el príncipe Harry decidiera renunciar a sus obligaciones reales para instalarse en Estados Unidos, donde busca llevar una rutina tranquila y familiar, alejada del foco mediático en el que tan incómodo se siente. Aunque ha iniciado una nueva etapa, hay flecos pendientes de la anterior que quiere dejar completamente cerrados. Para ello ha iniciado una batalla legal contra el grupo editorial Mirror Group Newspapers (MGN) al considerar que ha destruído su vida y ha impactado negativamente en todas sus relaciones mediante noticias que, sostiene, están basadas en informaciones obtenidas de manera ilegal. Esta semana el duque de Sussex ha declarado en el Tribunal Superior de Londres durante dos jornadas de las que mostramos las claves.
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Chelsy Davy, la otra gran protagonista
El hijo menor de Carlos III no ha sido el único protagonista de este juicio, uno de los nombres que más ha sonado en la sala ha sido el de su ex, Chelsy Davy, con la que estuvo de forma intermitente entre 2004 y 2011. Ha explicado ante el magistrado que se sintió "profundamente perturbado" cuando los tabloides publicaron detalles tan privados de su relación como sus conversaciones o la charla que tuvieron después de ser fotografiado saliendo de un club de striptease. Además, ha indicado que muchas de estas noticias nombraban a fuentes de Palacio pero que él nunca habló con Buckingham del romance y le sorprendió que los periodistas tuvieran el teléfono de la empresaria.
También ha reconocido que las noticias le hicieron sentir como si ese romance estuviera condenado al fracaso y esa situación condujo a la ruptura. Y anunciar el final de su romance lo recuerda como "doloroso" porque el titular que usaron decía: "Hurra, Harry es dejado". Tiempo después se publicó que el príncipe estaba intentando recuperar a la empresaria y se incluían los testimonios de personas del entorno de Chelsy, pero "cuestionaría la validez de eso".
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El recuerdo de su madre
La experiencia que vivió la princesa Diana con la prensa ha marcado la vida del príncipe Harry, quien quiere evitar que la historia se repita. En el estrado ha recordado que su madre, antes de morir, creía que sus mensajes privados estaban siendo hackeados y le hace sentirse "físicamente enfermo" pensar en ese entrometimiento legal en la vida de su progenitora. "Siempre escuché a la gente referirse a mi madre como paranoica, pero no lo era. Tenía miedo de lo que realmente le estaba pasando y ahora sé que yo era igual", ha indicado. También ha hecho referencia a la etapa en la que escuchó continuamente rumores de que el profesor de equitación James Hewitt era su padre, unas informaciones que ha definido como hirientes, mezquinas y crueles.
La postura de los Windsor
El quinto en la línea sucesoria al trono británico ha apuntado a que hay "ciertas personas" de la Familia Real británica y de sus ayudantes que han colaborado con los tabloides a los que ha denunciado. Un pensamiento que ya mostró en el documental que protagoniza junto a Meghan Markle en Netflix, donde la pareja critica a determinados medios de comunicación y al sistema con el que la Casa Real británica gestiona su relación con la prensa. Ahora el hijo menor del monarca ha puesto de manifiesto que su abuela sí estaba preocupada por el continuo seguimiento que Harry sufría por parte de los fotógrafos y, cuando en 2003 se trasladó a Australia para tomarse unos meses sabáticos, Isabel II envió a un asistente personal para garantizar la seguridad de su nieto.
Reducción de su círculo de amistades
El príncipe Harry considera que "durante toda mi vida la prensa me ha engañado y ha encubierto las fechorías". Los tabloides, según ha dicho, han tenido "un papel importante y destructivo en mi crecimiento", cada publicación ha tenido un impacto en su vida y todas las noticias que ha protagonizado desde la infancia han influido negativamente en sus relaciones. A este respecto ha explicado que ver detalles publicados que solo había compartido con un reducido número de personas provoca que su "círculo de amigos comienza a reducirse".
Sus duras palabras a los editores
El hijo del monarca considera que los editores han sido en todo momento conocedores de las técnicas de sus empleados para conseguir información y ha definido al equipo como una "banda de periodistas manipulando". Su deseo, sostiene, es acabar para siempre con esta situación y se pregunta: "¿Cuánta sangre más manchará sus dedos tecleadores antes de que alguien pueda poner fin a esta locura? Algunos de los editores y periodistas son responsables de causar mucho dolor, malestar y, en algunos casos, quizás sin darse cuenta, la muerte".