La familia Windsor volvió a asombrar al mundo con una exhibición casi imperial. La coronación de los Reyes (6 de mayo) fue una celebración grandiosa, con toda la historia confluyendo en la abadía de Westminster, en los símbolos que han arropado a la monarquía durante mil años y en Carlos III. Un monarca que, por momentos, se veía empequeñecido ante los fastos y, en otros, poderoso desde su trono manteniendo en pie la dinastía.
Su Majestad abraza con 74 años su destino a la vez que abre una nueva era para la monarquía británica: la época carolina, en la que refuerzan posiciones sus herederos, los príncipes de Gales, con sus hijos, y los duques de Edimburgo, y se hacen casi ‘invisibles’ Harry y el duque de York, los príncipes ‘destronados’.
Carlos III calificó el apoyo recibido como “el mayor regalo de coronación posible” y Guillermo dijo: “Papá, estamos todos tan orgullosos de ti”. “Sé que ella (Isabel II) está allá arriba, vigilándonos cariñosamente. Sería una madre muy orgullosa”
Lo que se vio en la abadía de Westminster volvió a remarcarse en los retratos oficiales que se tomaron en el salón del Trono tras el saludo de la Familia Real en el balcón de Buckingham. En una jornada agotadora, Carlos III y la Reina todavía tenían otra cita pendiente antes de poder quitarse sus coronas y sus mantos: las fotografías de familia. Fueron muchas y se las hicieron en pareja, solos, con sus pajes y damas, y con la familia, dejando claro quienes son sus leales. Los que representan a Su Majestad y a la Corona en los deberes oficiales, incluyendo a los que dedicaron la vida a la Reina y siguen: el duque de Kent, de 87 años; el duque de Gloucester, 78, y la princesa Alexandra, de 86. Lo esperado, aunque la monarquía se reduzca casi peligrosamente.
La cumbre
Las imágenes están firmadas por Hugo Burnand, fotógrafo de su boda y un gran testigo de cómo ha cambiado todo para el matrimonio en 23 años. De aquel abril de 2005, cuando Carlos era el príncipe de Gales y Camilla Parker Bowles ni soñaba con ser reina, a mayo de 2023, tras una coronación única en la historia. Han tenido que librar mil batallas, pero han llegado juntos a la cumbre… Y con ellos, su historia de amor.
Carlos III aparece sentado con el manto de terciopelo y armiño de su abuelo, Jorge VI, en la silla-trono que se usó durante la coronación de Eduardo VII (1902). Lleva la Corona imperial del Estado, con 2901 piedras preciosas; el Orbe del Soberano, con cruz y el mayor diamante del mundo —la Estrella de África con 530,2 quilates— y el Orbe decorado con racimos de esmeraldas, rubíes y zafiros rodeados de diamantes y perlas.
A su lado, la Reina, de pie, con la corona de la Reina María de Teck, con 2200 diamantes, incluidos los ‘Cullinan’ que Isabel II usaba como broches; el collar de la coronación de la Reina Victoria, y su manto de estreno de terciopelo y armiño cubriendo su vestido blanco. Un diseño con emotivos bordados que hacen un guiño a las naciones del Reino Unido cuenta su historia de amor y reproduce los nombres de sus hijos y nietos. Sin olvidar a sus perros, dos jack russell, ‘Bluebell’ y ‘Beth’.
Destino
El mundo de Camilla ha entrado en el universo Windsor. También queda claro en los nuevos retratos. Junto a los Reyes, sus pajes-nietos, destacando a George, quien con nueve años acaba de dar un gran paso hacia su destino como futuro Rey y así queda señalado en la foto en la que aparece con su abuelo y su padre, y las damas de Camilla. Su querida hermana, la diseñadora de interiores Annabel Elliot, que acaba de perder a su marido, y su amiga íntima, Fiona Shelburne, marquesa de Lansdowne, compañera en el día a día, y la madrina de su hija Laura.
Las dos de blanco, como todas las damas reales, incluida Kate, quien se quitó el manto de la orden victoriana para los retratos oficiales y desencadenó el misterio del doble vestido de coronación. Por la mañana, el escote del traje era redondo. Pero, en las fotos, termina en pico por lo que es de suponer que durante la ceremonia llevó una sobretela y que después se la quitó para realzar su espectacular collar ‘George VI Festoon’, de 105 diamantes.
La elección de sus nietos y de su sobrino como pajes y de su hermana, Annabel, y su mejor amiga, Fiona, como damas, confirmó que la Reina Camilla entendió que la coronación era un asunto de Estado, pero también un día muy familiar
Junto a las imágenes compartidas, el mensaje del Rey calificando el apoyo recibido como “el mayor regalo de coronación posible”: “Mi esposa y yo queremos extender nuestro más sincero y cálido agradecimiento a todos los que ayudaron a hacer de este evento algo tan especial. Carlos III lo dirigió a todos los ciudadanos casi al tiempo que su hijo tomaba la palabra en Windsor durante el gran concierto para agradecerle su servicio, mientras recordaba también a su abuela, Isabel II. “Papá, estamos todos tan orgullosos de ti”. “Sé que ella está allá arriba, vigilándonos cariñosamente. Y sería una madre muy orgullosa”.