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Los duques de Sussex han contraatacado después de tres semanas sin dejarse ver en un acto con carácter royal. Han aparecido juntos en un acto público por primera vez desde la coronación de Carlos III. Una semana después de que se viera al príncipe Harry en la Abadía de Westminster de Londres entre los 2.300 invitados que fueron testigos de la consagración del monarca, el Duque y su esposa han visitado una organización de jóvenes de Santa Bárbara (California) dentro del mes de concienciación sobre la salud mental.
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El Príncipe y su esposa han querido enmarcar el mes de concienciación sobre la salud mental con una visita reciente a un grupo local de jóvenes. Se trata de ¡AHA! Santa Bárbara donde han tenido la oportunidad de conocer de primera mano las experiencias de las nuevas generaciones con las redes sociales, de las presiones sociales que sienten y cómo afectan a su bienestar mental. Con este grupo estuvieron charlando y se comprometieron con ellos para encontrar soluciones.
Después de haber estado durante 21 días con un perfil bajo, quizá para no querer hacer sombra a los fastos con motivo de la coronación del monarca británico, el príncipe Harry y Meghan siguen marcando su propia agenda, lejos de Palacio. Y lo han hecho en un acto con un cariz muy propio de la realeza. No en vano, la salud mental es uno de los temas que más interesan a los royals de Europa como la Reina Letizia. También los príncipes de Gales quieren quitar el estigma a estos trastornos a través de su Fundación Real, en la que colaboraron los Sussex antes de su marcha de Reino Unido.
A pesar de que no trabajan para la monarquía, los duques de Sussex siempre expresaron su deseo de seguir haciendo un trabajo de servicio público una vez que dejaran de ser royals. Eso sí, siendo los dueños de las causas que les interesan y sin órdenes de Palacio ni de terceros. Una agenda paralela en toda regla que nada tiene que envidiar a la de príncipes o princesas y en la que han logrado conjugar sus apariciones más estelares como auténticas celebridades, con aquellos compromisos con un marcado matiz benéfico y filantrópico.
Meghan acudió a la cita con el que es uno de sus colores favoritos, el negro y luciendo una melena extra larga con las puntas onduladas y raya al medio. A juzgar por las imágenes, el intercambio de pareceres fue de lo más enriquecedor y parece que las risas, el buen humor y la camaradería estuvieron muy presentes durante la visita. Los Duques no dudaron en dejarse fotografiar con varios de estos jóvenes.
Los Sussex estuvieron en esta organización durante una hora en la que conocieron las inquietudes de adolescentes de entre 14 y 18 años, sobre las oportunidades que las redes sociales brindan para conectar personas, pero también de los problemas de inseguridad que pueden plantear y los trastornos mentales que pueden aflorar.
Desde la Fundación Archewell, la que crearon los duques de Sussex tras abandonar la Familia Real británica, aseguran que la entidad tiene una larga historia de involucrarse en temas críticos y en trabajar en unión con los grupos de jóvenes, expertos y sus familias para desarrollar programas que apoyan e inspiran el cambio.
Ese mismo día que tuvo lugar el coloquio con jóvenes, los Sussex disfrutaron de una cena en un restaurante japonés y de sushi, situado en el centro de Santa Bárbara. En esa velada les acompañaron tres parejas de lo más poderosas del star system: Gwyneth Paltrow y su esposo, el productor Brad Falchuk, y Cameron Díaz con su pareja Benji Madden; Whitney Wolfe, fundadora de la aplicación Bumble, y su novio, Michael Herd, un importante empresario petrolero.
Desde que se mudaron a California -los duques de Sussex viven en Montecito, una exclusiva urbanización- han creado un grupo de amistades muy cercano plagado de celebrities entre las que se encuentran la presentadora Oprah Winfrey, la tenista Serena Williams o la humorista Ellen DeGeneres, entre otras. En esta ocasión, la pareja acudió sin sus hijos Archie, quien el 6 de mayo -día en que se coronó a su abuelo-, cumplió cuatro años, y Lilibet, de uno.
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El príncipe Harry hizo el día de la coronación del rey británico una visita exprés a Reino Unido. Acudió sin Meghan ni sus niños a Londres para asistir a la solemne ceremonia religiosa. Se sentó en la quinta fila, junto a sus primas, Beatriz y Eugenia de York y sus maridos, y no se quedó a ninguno de los demás actos que se habían programado. Tras el servicio religioso cogió un coche con rumbo al aeropuerto.
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