Tras la fastuosa ceremonia de coronación de Carlos III ayer sábado 6 de mayo, los británicos organizan ahora su propia fiesta, mucho más distendida y sin el protocolo que imponen las tradiciones milenarias. Miles de personas (se estiman en diez millones) participan hoy en el conocido como Big Lunch, almuerzos multitudinarios que llenan los jardines y calles del Reino Unido (se han cifrado en 67.000 los que se han organizado). Una fiesta callejera que llena los rincones de las ciudades de diversión y, por supuesto, comida. Aunque los reyes Carlos y Camilla no han participado en estas celebraciones populares tras el ajetreado día que vivieron ayer, han enviado este mensaje: "Incluso si es vuestro primer Big Lunch o es parte de vuestras celebraciones anuales, os enviamos nuestros mejores deseos a cada uno de vosotros y a quienes os acompañan, en la que esperamos sea una ocasión divertida para todos".
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Otros miembros de la Familia Real sí se han unido a los británicos en la calle. Es el caso de los príncipes de Gales, que también ayer recibieron de manera oficial este título, que han acompañado a la gente en el Long Walk en Windsor, lugar en el que esta noche se celebra un concierto abierto al público (aunque con aforo limitado). La pareja no había anunciado esta aparición así que fue una auténtica sorpresa para quienes se congregaban allí. Kate y Guillermo se olvidaron de los trajes de gala y se pusieron ropa cómoda, incluso la princesa de Gales se puso unas zapatillas deportivas para moverse. Sus hijos no estuvieron con ellos en esta ocasión, pero los príncipes sí se acercaron a los niños que, junto a sus familias, estaban en las calles. De nuevo la pareja se mostró cercana, natural y muy cariñosa con los británicos, que incluso les ofrecieron una bebida que aceptaron probar gustosos. Además la princesa de Gales se mostró especialmente cariñosa con una niña pequeña, Lucy, que, abrumada por la emoción de conocerla, rompió a llorar.
Todas las miradas estuvieron ayer fijas en la pareja y en sus hijos, sobre todo el pequeño Louis, que a sus cinco años es sin duda uno de los miembros de la Familia Real que más momentos divertidos protagoniza. Su edad por supuesto le dota de una naturalidad y espontaneidad incomparables, por lo que sus gestos siempre provocan una sonrisa. En la larga ceremonia de ayer sábado, de la que se ausentó en algunos momentos como ya había advertido la casa de los príncipes de Gales, se le pudo ver bostezando, con la mirada distraída e incluso hablando con su hermana Charlotte. De nuevo en el balcón, durante el saludo de los Reyes, hacía aspavientos con las manos, tamborileaba sobre la barandilla y saludaba, con cierto cansancio, a la multitud que vitoreaba a los Monarcas. Sus hermanos, más formales (también son más mayores), ejercieron a la perfección sus papeles: George, de 9 años, como paje del Rey, mientras que Charlotte, de 8, fue la "doble" perfecta de su madre, a la que incluso imitó en la "tiara" que llevaba en el pelo.
El Big Lunch es una celebración popular que se suele hacer de manera anual y por supuesto en ocasiones especiales, recordemos por ejemplo el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, el pasado junio de 2022, el Jubileo de Oro de Isabel II en 2009 y en 2012 con motivo de su Jubileo de Diamante. Los ciudadanos están llamados así a comer en la calle con sus vecinos, sus familiares y amigos para fortalecer los lazos de la comunidad y brindar por los nuevos reyes. Esta iniciativa, que ha patrocinado la reina Camilla desde 2013, reúne cada año a miles de personas con el objetivo de impulsar el espíritu comunitario, reducir la soledad y apoyar las organizaciones benéficas y las buenas causas.
En esta ocasión se ha difundido una receta creada especialmente para la coronación, la quiche de la coronación, un plato que consta de una base de masa al horno con una mezcla de espinacas, habas y estragón por encima. Seguro que muchos ciudadanos han cocinado este alimento para compartirlo con sus vecinos. Guillermo y Kate Middleton no han sido los únicos que han participado de esta tradición popular pues el Duque y la Duquesa de Edimburgo asisten a uno de los almuerzos en Cranleigh, la princesa Ana y su marido Tim Lawrence están en Swindon y se espera a las princesas Beatriz y Eugenia, embarazada de su segundo bebé, también en Windsor.
El príncipe Guillermo hace una prueba de sonido antes del concierto de la coronación en Windsor
No acaba aquí la jornada para la familia, pues está previsto que asistan, junto a los Reyes, que en esta cita sí estarán, al concierto que tendrá como escenario los jardines de Windsor. Poco antes de encontrarse con la gente en Windsor, el príncipe Guillermo hizo una prueba de sonido en el escenario del show (se puede ver en un breve clip que se compartió en el perfil oficial de los príncipes). Entre el cartel de artistas figuran Katy Perry, Take That, Lionel Richie, Andrea Bocelli y el barítono galés Bryn Terfel. Una de las anécdotas acerca de este show transcendió hace unos días cuando Katy contó ilusionada que el Monarca la había invitado a quedarse en el castillo, algo que la hace casi tan feliz como cantar para los nuevos Reyes. De hecho Katy también fue protagonista inesperada en la jornada de ayer sábado, pues su entusiasmo era contagioso. Se hizo selfies con algunos invitados que se emocionaron al verla, pero también ella sola en la abadía. No quería perderse ni un detalle de la jornada.
Además de estrellas de primera fila habrá coros comunitarios y grupos de canto que se combinarán para formar el coro de la coronación, unas 300 personas que están dirigidas por Amanda Holden y Motsi Mabuse. Las actuaciones musicales estarán acompañadas por un espectáculo de luces, pantallas en las que se emiten proyecciones y láseres. Un broche perfecto a un fin de semana de celebraciones.