Repartir los asientos de los 2.200 invitados que han ocupado la Abadía de Westminster durante la coronación de Carlos III no ha debido ser tarea fácil para la Casa Real británica. Entre jefes de Estado, autoridades políticas y eclesiástica y familiares de distinta categoría –unos reales y otros no- el trabajo ha tenido que ser arduo, pero el resultado ha dejado varias ideas muy claras. Hay un nuevo orden en la familia Windsor y ahora los hijos de Camilla, la reina consorte, ya no están en la sombra. Tom y Laura han ocupado una primera fila mientras el príncipe Harry se ha quedado en la tercera.
Como si de una boda se tratara, los primeros bancos de la abadía se han repartido así: a la izquierda del altar los familiares de Carlos III y a la derecha los de Camilla, es decir, a la misma altura y ocupando la misma posición que la Familia Real británica. Esto ha permitido ver a Tom Parker Bowles (que por cierto es ahijado de bautismo de Carlos III) en primera fila junto a su hermana Laura Lopes, sentada con las dos nietas de Camilla, mientras que los nietos varones han tenido un lugar privilegiado ejerciendo de pajes durante la ceremonia.
Esto demuestra algo que cuentan muchas biografías: que para Camilla su familia es lo primero, siempre lo ha sido y siempre lo fue. Sus padres, Bruce y Rosalind Shand, siempre estuvieron muy unidos a sus tres hijos y el padre, que ya ha fallecido, pero vivió para presenciar la boda de su hija con Carlos III, fue el mayor apoyo de su hija cuando el Reino Unido se escandalizó por su relación con el heredero de la corona británica.Hasta ahora, los Parker Bowles habían ocupado un lugar más que secundario, con los invitados que no pertenecen directamente a la familia. Por ejemplo, durante el funeral di Isabel II se sentaron en con los Middleton. Sin embargo, ahora todo ha cambiado porque son hijos de la reina, reina consorte, pero reina, al fin y al cabo.
Mientras el príncipe Harry ha perdido su lugar como hijo del rey -hay que recordar que sí lo tuvo durante el funeral de Estado de Isabel II- y ha entrado en la abadía solo para después ocupar una tercera fila. Algo que evidencia que si Harry rompió con la institución con la publicación de su libro, en la que la peor parada fue Camilla, en esta coronación la institución deja claro que ahora son ellos los que rompen con él.