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hola 4109 charles and camilla the duchess of cornwall© GettyImages

Camilla, la reina inesperada que cambió la historia: de ‘madrastra’ del cuento a su querida majestad

Conoció a Carlos III hace 50 años, muy cerca de Windsor, y, después de librar mil batallas, será coronada el 6 de mayo junto al Rey en una ceremonia con mil años de historia


27 de abril de 2023 - 17:47 CEST

Cuando los Reyes de Inglaterra sean coronados el sábado 6 de mayo en la abadía de Westminster, su historia de amor sin precedentes habrá llegado a la cumbre. Camilla es la Reina inesperada. Ha tenido que librar mil batallas, atravesar divorcios, escándalos, humillaciones y aguantar que le tiraran panecillos y la insultaran cuando era la mujer más odiada de Inglaterra, pero rompió todos los maleficios y encantamientos y ahora es Su Majestad y se “sienta” en un trono.

Hola 4109 Charles and Camilla the Duchess of Cornwall© GettyImages
Se conocieron a principios de los años 70 y la ahora Reina se presentó al entonces príncipe diciéndole: ‘Me llamo Camilla Shand. Es un placer conocerle. Mi bisabuela Alice Keppel fue la amante de su tatarabuelo Eduardo VII. ¿Qué le parece?’. Sobre estas líneas, antes de su boda, en febrero de 2005.

¿Lo más difícil?, ganarse el cariño y el respeto de los británicos. Le ha costado 50 años, los que han pasado desde que se conocieron, pero también lo ha conseguido. Tiene una paciencia infinita, la fuerza mental de una heroína, un sentido del humor y de la vida muy peculiar y ha cambiado la historia. En 2006, según una encuesta de The Times, solo el 21 por ciento de los ciudadanos la querían como Reina. Pero el pasado septiembre, después de la muerte de Isabel II, un estudio de YouGov aseguraba que el 53 por ciento pensaba que haría un buen trabajo. Y ahora, en la cuenta atrás para su gran día, las cifras siguen subiendo. Todo superado. La mujer a la que el Rey no pudo renunciar por nada ni por nadie y decía al príncipe en los tiempos más difíciles: “Dios mío, todo lo que tengo que hacer por ti”, ha llegado a la cima de la Familia Real británica. Y esta es la historia.

Una joven de ‘Corte Real’

Camilla Rosemary Shand nació en Londres el 17 de julio de 1947. Su madre, Rosalind Cubitt, era la hija mayor del III barón Ashcombe, y su padre, el mayor Bruce Shand, miembro del Cuerpo de Alabarderos de la Reina, héroe de la Segunda Guerra Mundial, comerciante de vinos y maestro de la caza del zorro. Fue la mayor de tres hijos y vivió en una casa de campo georgiana, en Sussex, donde estudió en la escuela Dumbbells hasta que, a los diez años, fue enviada a Queen’s Gate, en Knightsbridge, Londres, donde destacó en esgrima. La ahora Reina completó sus estudios en el internado Mon Ferti­le, en Suiza, y posteriormente en París, donde cursó Francés y Literatura.

En 1965, regresó a Londres, al ambiente de la corte real en el que había crecido, y trabajó durante un año con los diseñadores Sibyl Colefax y John Fowler. En paralelo, tuvo su gran baile de debutantes, vivió sus primeros amores y destacó como exper­ta amazona y apasionada de la caza del zorro.

Hola 4109 Prince Charles Talking to Camilla Parker Bowles at a Polo© REX
Hola 4109 Camilla y Lady Di© GettyImages
Sobre estas líneas, con Diana Spencer, en 1980

Del campo de Polo al trono

Milla, como la llamaban sus amigos, se presentó al entonces tímido príncipe Carlos, en Smith’s Lawn, un campo de polo a la sombra del castillo de Windsor, a principios de los años 70. “Bonito animal, señor. Me llamo Camilla Shand. Es un placer conocerle”, le dijo mientras el príncipe de Gales acariciaba a su caballo. “Mi bisabuela Alice Keppel fue la amante de su tatarabuelo Eduardo VII. ¿Qué le parece?”.

Ella tenía 23 años y era una joven con experiencia que buscaba vengarse de su novio, Andrew Parker Bowles, un oficial de Caballería que la engañaba, y nunca dejó de hacerlo, hasta el extremo de que la prensa inglesa lo calificó de “infiel en serie”. Él, príncipe heredero, de 22, era el medio perfecto para volverlo loco de celos.

Ese mismo año iniciaban su relación. Se veían en Buckingham y en Hampshire, donde Camilla tenía la habitación en la que la Reina había pasado su luna de miel, y se perdían por los bosques con sus caballos y su cesta de pícnic… Pero no había perspectiva de boda, aunque Carlos le pidió que se casaran, y, en 1973, la ahora Reina se casó con Andrew, en la capilla de la Guardia del palacio de Buckingham, mientras el heredero al trono estaba en el extranjero en una misión naval.

Hola 4109 Camilla, duquesa de Cornwall con el príncipe Charles© GettyImages
Hola 4109 Camilla, duquesa de Cornwall con su anillo de compromiso© GettyImages
Arriba, el beso (junio de 2017) después de un partido de polo. Sobre estas líneas, Camilla mostrando, exultante, su anillo de compromiso.

El príncipe tenía el corazón roto, pero a su regreso a Londres, mientras iba de novia en novia, siguió estrechando lazos con el matrimonio Parker Bowles. De hecho, aceptó ser el padrino de su primer hijo, Tom, nacido en 1975 —Laura, la segunda, nació cuatro años más tarde—. Camilla era la mejor consejera e incluso le ayudó a elegir esposa. Distinguía perfectamente entre Carlos, el hombre que la amaba, y Carlos, futuro Rey de Inglaterra. La Monarquía necesitaba una princesa. Lo que no sabía es que el futuro Rey jamás renunciaría a ella y conseguiría llevarla al trono.

El ‘Camillagate’

En el verano de 1980, se anunció el compromiso del príncipe Carlos y  Lady Diana Spencer , y en julio de 1981, se celebró la boda, con el mundo rendido ante lo que parecía la historia de amor del siglo. Camilla asistió a la ceremonia, pero no a la celebración. Y su marido, Andrew Parker Bowles, ahijado de la Reina madre, cabalgó ese día al lado de la carroza nupcial.

En 1982, nació el príncipe Guillermo, y en 1984, el segundo hijo de los príncipes de Gales, Harry. La sucesión estaba resuelta, pero el matrimonio atravesaba los peores días. El príncipe Carlos lo intentó, pero no fue posible, aunque de cara al mundo seguían siendo felices . En 1988, Diana recogió sus pertenencias de Highgrove, la amada casa de campo del ahora Rey, y Camilla recuperó su lugar. Los movimientos de los tres ya no pasaban inadvertidos para la prensa, que empezó a entrar en los asuntos del corazón real de Inglaterra.

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Sobre estas líneas, Jorge VI el día de su coronación (1937) con su familia en el palacio de Buckingham.

Los príncipes de Gales anunciaron su separación cuatro años más tarde, en diciembre de 1992, y, un mes después, se publicó una charla secreta más que íntima —de alto contenido erótico— entre Camilla y el príncipe, que había tenido lugar en 1989. Se iniciaba el Camillagate.

Aquellos años fueron un sinvivir. Si, en 1994, Carlos de Inglaterra declaró al canal privado ITV que había sido infiel a su mujer admitiendo su adulterio, meses después, la princesa Diana acudió a un programa de la BBC para hablar de su vida. Y para la historia, la frase: “ Éramos tres  en mi matrimonio, una multitud”.

Camilla ya estaba separada —se divorciaría en 1995, tras un matrimonio de 22 años— y viviendo a solo 25 kilómetros de la casa de campo del príncipe, en Gloucestershire, pero fue otro golpe durísimo que siguió arrasando con su popularidad.

Sus hijos y nietos, que se han convertido en la otra “familia real”, serán testigos de su coronación con la corona de María de Teck, los cetros, el orbe y el anillo soberano
31704 Queen Mary\'s Crown-Collage-U22486510620EyS© Royal Collection Trust / His Majesty King Charles III 2023.
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Las joyas con las que la Reina será coronada: la corona de la Reina María de Teck (1911), el orbe, el anillo del soberano con un espectacular rubí y el cetro de oro con cruz.

Los príncipes de Gales se divorcian el 28 de agosto de 1996 y un año después se produjo el trágico accidente de coche en París. La muerte de Diana, el 31 de agosto de 1997, puso de luto a medio mundo y convirtió a Camilla en la persona más odiada cuando la vida en pareja empezaba a sonreírle. No hacía ni dos meses que se había presentado como anfitriona, en la fastuosa fiesta de su 50 cumpleaños, en Highgrove. Estaba radiante, con un  collar de diamantes  que le había regalado el futuro Rey, pero tuvo que volver a la sombra, instaurándose de nuevo las citas secretas y las vacaciones por separado durante dos años dificilísimos. Lo reconoció la propia Reina no hace muchos meses, en una entrevista con Vogue UK, por su 75 cumpleaños: “No es fácil. He sido juzgada durante tanto tiempo que solo queda encontrar la manera de vivir con eso. A nadie le gusta que lo miren todo el tiempo y lo critiquen. Pero creo que, al final, lo supero y me pongo manos a la obra. Tienes que seguir con la vida”. De esa etapa también habló su gran amiga Fiona Shelburne, marquesa de Lansdowne, en The Sunday Times, quien acabó llevándosela a su casa con los niños: “Estaba sola, sin ninguna pro­tección… Pero ella es dura, fue criada con este extraordinario sentido del deber en el que sigues adelante, no te quejas y pones tu mejor cara: eso la ha ayudado mucho. A veces era horrible, pero su sentido del humor y saber que tenía a sus amigas a su alrededor la ayudó a superarlo”.

De esconderse a presumir de collar

La gran puesta en escena tuvo lugar ese mismo año (1999), cuando se publicó la primera foto de ambos, a la salida de la fiesta del 50 cumpleaños de la hermana de Camilla, Annabel Elliot, en el hotel Ritz de Londres. Eran las “imágenes oficiales” de la pareja. Camilla no solo no se escondía, sino que llevaba el collar que otro príncipe de Gales, Eduardo VII, había regalado a su bisabuela Alice Kempel. En el transcurso del año 2000, la ahora Reina empezó a acercarse al foco de puntillas. Primero, con salidas esporádicas; después, buscando cualquier excusa: una causa benéfica, un estreno, un aniversario. A ojos del mundo, era ya la consorte oficial del futuro Rey de Inglaterra, aunque seguía sin convencer a los británicos.

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Sobre estas líneas, copiando un texto de ‘Cumbres borrascosas’ (2018). La literatura es una de sus pasiones

Paralelamente, Camilla comenzó a visitar los talleres de los grandes diseñadores y a cambiar las botas de agua y el Barbour por los tacones y los vestidos largos. Y llegaron, entonces, el casto beso que intercambiaron ante la Reina de Jordania; el gesto del príncipe Carlos apoyando su cabeza sobre su hombro, mientras miraban un cartel de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano… y la primera invitación a Camilla y a sus hijos.

En el 2001, las salidas con el príncipe Carlos se intensifican y empieza a aparecer junto a ellos el príncipe Guillermo. Y en 2002, con motivo de su Jubileo de Oro, en un gesto sin precedentes, la Reina la invitó a un concierto de música clásica en Buckingham. Sería la primera aparición pública junto a la Familia Real inglesa.

Lo que era imposible empezó a cobrar forma: el príncipe de Gales y Camilla ya se dirigían al altar.

“Se arrodilló ante mí”

Dos años después, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, optó por el  matrimonio  para que no siguieran viviendo en concubinato y la Reina Isabel también dio su consentimiento. El 10 de febrero de 2005, Clarence House anunció el compromiso y, esa misma noche, Camilla reapa­reció junto al príncipe Carlos con un espectacular anillo de diamantes en su dedo. Exultante, la prometida del futuro Rey decía: “Se arrodilló ante mí para pedirme la mano. ¿Qué otra cosa podría haber hecho? Estoy volviendo lentamente a la tierra”. El príncipe de Gales y Camilla Parker Bowles reconocieron sus “pecados y maldades”: “Nos arrepentimos de corazón de nuestras malas acciones, cuyo recuerdo nos resulta doloroso y cuyo peso es insoportable”, y su boda, celebrada en Windsor el 8 de abril, fue bendecida en la capilla de San Jorge por el arzobispo de Canterbury.

El Rey no pudo renunciar a Camilla por nada ni por nadie —era “innegociable”—, e Isabel II les dio su bendición: “Mi hijo está a gusto con la mujer que ama”
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Sobre estas líneas, la Reina, con uno de sus jack russell, hablando por teléfono.

Allí, durante la celebración, Isabel II tomó la palabra —era ya el tercer impulso a la pareja— y señaló el futuro. Brindó por los recién casados, afirmó que habían tenido que superar todo tipo de obstáculos terribles, que se sentía orgullosa por ellos y les deseaba lo mejor: “Mi hijo está a gusto con la mujer que ama”. Mientras el príncipe también daba las gracias a “mi querida Camilla, que ha pasado conmigo por cosas buenas y malas y cuyo valioso optimismo y humor me han ayudado a superar todo”.

Guillermo y su hermano, Harry, tiraron confeti a los recién casados, decoraron el Bentley con globos, corazones y pintaron en los cristales “príncipe y duquesa” y “recién casados”… Y se creyó que de verdad la habían aceptado, aunque, a principios de este año, el duque de Sussex daba una nueva versión en sus Memorias, Spare. Según escribió, “rogaron” a su padre que no se casara con ella, temiendo que se convirtiera en su “malvada madrastra», y la calificó de “peligrosa” y “villana”. Y a Camilla le dolió ese papel de “malvada”. Lo reconoció la marquesa de Lansdowne en sus declaraciones a The Sunday Times: “Por supuesto que le molesta, por supuesto que le duele, pero no deja que le afecte. Su filosofía siempre es: ‘No hagas nada y se calmará; lo menos dicho, lo más pronto reparado’”. Y añadía que “nunca, en un millón de años”, Camilla pensó que se convertiría en Reina cuando ella y Carlos reavivaron oficialmente su romance después de que sus matrimonios fracasaran. Y que está en paz: “Está donde está porque se casó con el hombre que ama”.

Hola 4109 Camilla, duquesa de Cornwall y sus hijos© GettyImages
Sobre estas líneas, con sus hijos, Tom (1975) y Laura (1979), en las carreras de caballos de Cheltenham (2015).

El cuento al revés

La Reina ha encontrado un final inesperado para su historia de amor —¿no era la madrastra la que siempre acababa mal?— después de escribir el cuento al revés con muchas lágrimas. El próximo día 6 de mayo, Camilla, con cetro, orbe y anillo de soberana, será ungida con aceite sagrado de Jerusalén, sumándose a las quince Reinas consortes coronadas por “separado”, en una ceremonia solemne religiosa enraizada en la idea de que los Reyes son ungidos por Dios. Y su coronación atraerá irremediablemente las miradas hacia sus hijos, Tom y Laura, y sus nietos, de entre trece y quince años: Lola, Eliza, los gemelos Gus y Louis y Freddy. Los cinco estarán en el foco central junto a su sobrino nieto, Arthur, de diez años, nieto de su hermana, Annabel, aunque solo cuatro de ellos serán sus pajes de honor y le ayudarán a llevar la cola de su túnica de majestad a su llegada a la abadía. La Reina no ha dado opción, quería que estuvieran a su lado en la ceremonia y se ha mantenido firme defendiendo su papel en la misma. Un protagonismo inusual para sus descendientes, que son ahora la otra “familia real”. Aunque, en realidad, familia tradicional han sido siempre. Carlos III, padrino de Tom, ha estado al lado de los hijos de la Reina Camilla desde que nacieron. Es el otro padre, el hombre que siempre estuvo presente en momentos delicados de su vida y de su educación. Especialmente con el mayor, que está divorciado de la madre de sus hijos, Lola y Freddy, Sara Buys, y se ha hecho una gran carrera como escritor y crítico gastronómico. Pero también de Laura, graduada en Historia del Arte y Marketing, casada con Harry Lopes y que es una prestigiosa conservadora de arte.

Hola 4109 Annabel Elliot and Camilla Duchess of Cornwall© Shutterstock
Hola 4109 Familia de Camilla Duquesa de Cornalls© contacto
Arriba, con su hermana, Annabel Elliot —se parecen muchísimo—. Sobre estas líneas, los nietos de la Reina, quienes tendrán un papel ceremonial en su coronación

Son los Reyes, pero también padres y abuelos de diez nietos con los que comparten su tiempo libre. Camilla, especialmente, en su casa de Raymill. Tiene un enorme jardín que le encanta cuidar y es, en sus palabras, “mi refugio”. “El único lugar donde puedo estar completamente relajada”, lejos del protocolo real.

Le gusta cocinar en su cocina de leña, cenar con una copa de vino, pasear a sus perros, escuchar a The Archers, leer un libro y recibir a su querida familia. En ese sentido, nada ha cambiado. Para sus nietos, la Reina de Gran Bretaña sigue siendo “GaGa”.

HO4109 Coronación Cmilla© Hugo Burnand
Hola 4109 Reina Isabel II con sus nietos© The Prince and Princess of Wales/Kensington Palace/PA Media
Arriba, Carlos III y Camilla, en los jardines de su residencia, Clarence House (2018). Sobre estas líneas, la imagen compartida por la princesa de Gales con motivo del que hubiera sido el 97º cumpleaños de Isabel II. La Reina aparece rodeada de sus bisnietos y sus dos nietos menores, los hijos de los duques de Edimburgo (en la última fila). La fotografía fue tomada en el castillo de Balmoral, semanas antes de su muerte, el 8 de septiembre de 2022

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