¡Empieza la cuenta atrás para el 6 de mayo de 2023! Ocho meses después de la muerte de Isabel II, comienza oficialmente una nueva era para la monarquía británica. En una ceremonia que combina mil años de tradición real con lo que el Palacio de Buckingham dice que será el “espíritu de nuestro tiempo” y de una monarquía que mira al futuro, Carlos III será ungido con aceite consagrado en Jerusalén y entronizado ante 2000 invitados, la mirada de la nación y cientos de millones de personas en todo el mundo.
La solemne ceremonia tendrá lugar a las 11 a. m. en la Abadía de Westminster, donde se han celebrado, desde Guillermo el Conquistador (1066), treinta y ocho coronaciones. La oficiará el arzobispo de Canterbury, cargo eclesiástico ligado al destino de la monarquía inglesa durante un milenio. Junto a la Reina Camilla —el “amor de mi vida”— y ante sus amigos coronados del mundo entero, Carlos III cerrará la “transición” de adhesión como Rey a lo grande y abrirá oficialmente su reinado con todo el fasto y pompa de la que hace gala la monarquía británica.
Carlos III tenía cuatro años cuando Isabel II fue coronada reina (1953), 19 cuando fue investido por Isabel II como príncipe de Gales en el castillo de Caernarfon (julio de 1969) y 73 cuando llegó al trono del brazo de Camilla. Increíble su viaje desde que se conocieron en un campo de polo cuando eran jovencísimos a sus últimos pasos como Reyes. Desde que tenían que esconder su relación a poder presumir de su amor. Ese “viaje” pasará ante nuestros ojos de alguna manera el 6 de mayo y también volveremos a acordarnos de la princesa Diana . Lo que nadie imaginaba se hizo realidad. El sábado vivirán seguramente el día más grande de sus vidas y lo harán juntos en todos los pasos, empezando por el recorrido hacia la abadía, donde serán coronados siguiendo prácticamente el orden establecido por El Liber Regalis (siglo XIV).
La silla de la coronación y ‘la piedra del destino’
Después del juramento, Carlos III se sentará en la silla de la coronación. Es el mueble más antiguo de Gran Bretaña (700 años), se utilizó por primera vez en la Coronación de Eduardo II (1307), hijo de Eduardo I y Leonor de Castilla, y acaba de ser restaurada. Está hecha de roble báltico, originalmente recubierta de pan de oro y decorada con pájaros, hojas, vidrios de colores y la figura de un rey en el respaldo. Mide dos metros de altura y reposa sobre cuatro leones dorados y ha sobrevivido a todo.
El arzobispo de Canterbury colocará la legendaria corona de San Eduardo, que reinó hace 1.000 años, sobre la cabeza de Carlos III y, después, ungirá y coronará también a la Reina Camilla
Bajo la silla volverá a colocarse la llamada ‘Piedra del Destino’ que pesa 152 kg y se empleaba en las ceremonias de coronación de los reyes escoceses e irlandeses desde la Antigüedad hasta la Edad Media. Fue en el año 1296 cuando Eduardo I de Inglaterra saqueó la Abadía de Scone y se apropió de ella llevándola a Londres. Después de siete siglos de promesas, la piedra se devolvió a Escocia en el año 1996, pero el seis de mayo volverá a estar presente en la abadía. La piedra y la silla juntas de nuevo.
“El Libro Real” es un manuscrito de 34 páginas —conservado en la biblioteca de la Abadía de Westminster— con las instrucciones de ejecución para esta ceremonia cristiana . Fue inscrito en vitela, está escrito en latín y sus ilustraciones doradas incluyen la coronación de Ana de Bohemia (22 de enero de 1382) y sigue marcando los momentos sagrados de esta ceremonia que no ha cambiado apenas en mil años. Y son: el reconocimiento, cuando el monarca o consorte es presentado al pueblo; seguido del juramento, con las promesas solemnes; la unción, la investidura, la coronación y el homenaje.
El reconocimiento: El Rey esperará al comienzo del servicio, junto a la silla de la coronación, a que el arzobispo de Canterbury pregunte a los asistentes si reconocen al nuevo monarca. La congregación responderá: “¡Dios salve al rey!” con las trompetas sonando.
El juramento: Carlos III jurará sobre la Santa Biblia defender la Iglesia de Inglaterra y gobernar de acuerdo con la ley y con misericordia. “¡Que Dios me ayude!”.
La unción: Toda la ceremonia será televisada a excepción de la parte más sagrada, la de la unción. En reconocimiento de la santidad del ritual, se mantendrá la tradición y no se verá el momento exacto en que el arzobispo de Canterbury unge al Rey. Cuatro caballeros de la Jarretera levantarán un dosel dorado sobre Su Majestad, que estará sentado en la Silla de la Coronación, mientras que el arzobispo verterá el aceite de la Ampulla en la Cuchara de Coronación, y hará la señal de la cruz en las manos, el pecho y la cabeza de Carlos III.
La unción, objetos ceremoniales
La Ampulla de oro, moldeada en forma de águila con las alas extendidas, se usa durante la parte más solemne de la ceremonia, cuando el arzobispo de Canterbury unge al monarca con aceite sagrado, que sale por el pico. Data de 1661 y el diseño se basa en una leyenda que afirma que la Virgen María se apareció a Santo Tomás Becket (1170) y le entregó un águila real y un frasco de aceite para ungir a los Reyes de Inglaterra. Todo brilla más que esta insignia de plata dorada, pero la cuchara de la coronación(izquierda) es la pieza más antigua (1349). Sobrevivió a la destrucción de las Joyas de la Corona y fue enriquecida con cuatro perlas por Carlos II después de la restauración, en 1661.
El ajuar de la coronación
Las legendarias Joyas de la Corona, una muestra de valor incalculable, dejarán una vez más su hogar en la Torre de Londres y ocuparán el centro del escenario en la Abadía de Westminster para la coronación Carlos III y la Reina Camilla. Algunas de las piezas e insignias se han utilizado desde la época medieval, aunque la mayoría datan de la restauración de 1660, y son una recreación de las destruidas por el Parlamento en 1649, tras la ejecución de Carlos I. Las que mostramos en este reportaje son algunas de las más importantes de un aderezo de dieciséis piezas. Las del ajuar de la coronación de Carlos III, y representan sus funciones como jefe de estado y gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, pero habrá otras que volverán a hacer historia.
Espuelas, armillos y anillo
Entre ellas, las espuelas de oro, que se sujetan a los tobillos del Rey, están presentes desde la época de Ricardo Corazón y simbolizan los valores caballerescos. O los armillos de oro y esmalte conocidos como los Brazaletes de la Sinceridad y la Sabiduría.Y entre tan grandes y brillantes piezas, la más pequeña: el anillo del soberano, que presenta un zafiro cubierto con rubíes en forma de cruz de San Jorge, engastados en un borde de diamantes . El arzobispo lo colocará en el dedo anular del Rey como símbolo de “dignidad real”.
Orbe y cetro del soberano
Junto con el anillo, el Rey también recibirá el orbe de oro y el cetro. El primero, símbolo del poder del soberano y de la cristiandad, es hueco y está dividido en tres segmentos engastados con esmeraldas, rubíes, zafiros, diamantes y perlas. Dos, en la parte superior, y un hemisferio inferior, representando los tres continentes que se conocían en la época medieval. El segundo, el cetro de soberano con cruz, se hizo para la coronación de Carlos II (1669) y fue rediseñado en 1910, para poder colocar en lo alto el mayor diamante del mundo —la Estrella de África con 530,2 quilates—, extraído del diamante Cullinan. Representa el poder temporal del Rey, se asocia al buen gobierno y está tachonado con esmeraldas, amatistas, rubíes, espinelas.
La investidura: Sentado en la Silla de San Eduardo y vestido con la Supertúnica de seda dorada, el Rey recibirá la Regalia. Y, después, será coronado. Sosteniendo el cetro y la vara del soberano, para representar su autoridad, y el orbe del soberano, para representar al mundo cristiano, se le colocará la Corona de San Eduardo sobre la cabeza.
El homenaje: El Rey se traslada a la silla del trono para recibir los primeros homenajes.
Como heredero al trono, se espera que el príncipe de Gales se arrodille ante él y le jure lealtad tocando la Corona de San Eduardo y besándolo. Al menos, es lo que la mayoría de la prensa británica espera, dando por hecho al mismo tiempo que el príncipe Harry ocupará un lugar a la sombra. Viajará solo a Londres —Meghan se queda en Montecito para no perderse el cuarto cumpleaños de Archie—, y habrá que ver qué posición ocupa.
Las legendarias Joyas de la Corona dejarán una vez más su hogar en la Torre de Londres y ocuparán el centro del escenario en la Abadía de Westminster
Aunque también se cree que no estará lejos del altar, donde, después de que Carlos III reciba el homenaje, Camilla también será ungida y coronada en una ceremonia más sencilla por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
El príncipe George hará historia
El príncipe George, de nueve años, ha sido elegido paje de honor de su abuelo, el Rey, y lo acompañará durante la procesión por la nave de la Abadía de Westminster. Si inicialmente hubo dudas de darle un papel activo en la ceremonia, desaparecieron con el paso de las semanas. Según la prensa inglesa, los príncipes de Gales están seguros de que el pequeño se siente capaz de asumir esta responsabilidad con la atención del público.
Ha recibido este honor y tendrá un gran papel ceremonial junto a otros tres pajes: Lord Oliver Cholmondeley, de trece años, hijo del Lord en espera, el marqués de Cholmondeley, y Rose Hanbury, íntimos amigos de los príncipes de Gales; Nicholas Barclay, de trece, nieto de Sarah Troughton, prima del Rey y confidente y consejera de la Reina, y Ralph Tollemache, de doce.
El carruaje de ‘oro’
La carroza de oro, de siete metros de largo y tres con seis metros de alto, los estará esperando a las puertas de la abadía con sus ocho caballos grises Windsor para la procesión de la coronación. Fue construido hace 261 años (1762) y se utilizó por primera vez para la entronización de Guillermo IV (1831), siguiendo la tradición Victoria, Eduardo VII, Jorge V, Jorge VI e Isabel II. Parece estar hecho de oro macizo, aunque es de madera vestida con una capa de pan de oro; lleva paneles pintados de dioses y diosas romanas; tres querubines, que representan a Inglaterra, Escocia e Irlanda en el techo sosteniendo una talla de la Corona; y cuatro enormes tritones vigilan las ruedas del carruaje. Los periódicos de la época dijeron que tenía “una elegancia y una grandeza sin precedentes en todos los reinos de Europa”; aunque para los Reyes resulta incómodo. Jorge IV comparó la carroza con estar en un barco en medio de “un mar embravecido”. La Reina Victoria lo describió como “angustioso” e Isabel II dijo que era “horrible”.
Las túnicas, el manto imperial
El Liber Regalis (”Libro Real”) del siglo XIV establece el orden en que deben llevarse las vestiduras sagradas. Tradicionalmente, se confeccionan nuevas prendas para cada coronación, con la excepción de la Supertúnica y la Colobium sindonis, cuyas recreaciones se han usado desde Eduardo el Confesor, en 1043. Se espera que Carlos III llegue a Westminster con la túnica de Estado sobre su uniforme militar de gala y sin el gorro rojo de terciopelo y armiño usado por sus antepasados. Y, después, según la tradición, se desprenda de los símbolos de estatus y majestad y use para recibir la unción la casulla Colobium sindonis’ (Túnica de Sábana Santa’).
El aceite sagrado
Con esta prenda a medida, de lino blanco, con la que se simboliza estar desnudo ante Dios y despojado de toda vanidad, el Rey será ungidos con el aceite de crisma para que sean guiados y fortalecidos por el Espíritu Santo. El aceite de la coronación fue consagrado en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén , uno de los lugares más sagrados de la cristiandad. Y está inspirado en el que se usó la Reina Isabel II en su coronación en 1953, a partir de una fórmula que se ha utilizado desde 1626. Se elaboró con aceitunas de dos olivares del Monte de los Olivos, uno de ellos vinculado al Monasterio de María Magdalena, donde está enterrada la princesa Alicia, la abuela paterna de Carlos III, a la que no hace mucho llevó flores. Está perfumado con esencias de sésamo, rosa, jazmín, canela, neroli, benjuí, ámbar y azahar y, rompiendo con la tradición, no incluye componentes animales como el aceite de civeta y el ámbar gris, conocido como vómito de ballena.
Coronado
Después de la unción, para la investidura, el Rey deberá vestir la Supertúnica de seda dorada con el Escudo Imperial recordando la naturaleza divina de la realeza. La última se hizo para la coronación del rey Jorge V en 1911 y fue usada por el rey Jorge VI, en mayo de 1937 y por la Reina Isabel, en 1953. Sobre ella se colocará la Estola Real bordada con emblemas nacionales, religiosos y de la Commonwealth. Y, finalmente, para presentarle las joyas con las que será coronado se colocará sobre sus hombros el Manto Imperial dorado, conocido como palio o túnica dalmática, que se realizó para Jorge IV en 1821 y está inspirada en Mantos de monarcas Tudor y Stuart. Para la salida de la Abadía, Carlos III llevará la túnica y la corona del Estado Imperial y portará el Cetro y el Orbe.
Carruaje de estado
Carlos III, de 74 años, y la Reina, de 75, usarán el Diamond Jubilee State Coach para trasladarse desde Buckingham a la Abadía de Westminster el seis de mayo. Fue construido para Isabel II, en Australia, y utilizado por primera vez en 2014. El vehículo, de última generación, aunque tirado por seis caballos de fuerza, está hecho de aluminio, equipado con suspensión hidráulica, aire acondicionado, calefacción y ventanas eléctricas. Asimismo, en reconocimiento a la historia incorpora piezas de madera de barcos y edificios históricos, incluidos el castillo de Balmoral, la catedral de Canterbury y la Abadía de Westminster. Este cómodo carruaje de ida será sustituido para el regreso a palacio por el histórico e incómodo Gold State Coach.
Los nietos de Camilla, la otra familia real
La Reina quiere a su familia cerca y la tendrá, empezando por sus pajes, que la asistirán en la ceremonia y la ayudarán a llevar su pesada túnica. No tuvo ninguna duda al elegirlos, son sus nietos: los gemelos Gus y Louis Lopes, de trece años, hijos de Laura Lopes; Freddy Parker Bowles, el más pequeño de su hijo, Tom Parker Bowles, también con trece; y su sobrino nieto, Arthur Elliot, de diez.
Carlos III y Camilla están a la cabeza de una familia mixta, comparten mucho tiempo todos juntos —a su abuela la llaman Ga-Ga— y esa realidad quedará reflejada en la ceremonia. Un acontecimiento único para que el que se espera que los ocho pajes vistan el uniforme tradicional: levita escarlata con adornos dorados sobre un chaleco de raso blanco, calzones y calzas, guantes blancos, zapatos negros con hebilla y corbata de encaje y volantes.
Acortarán el recorrido que hizo Isabel II hace casi 70 años, y para las procesiones del Rey y de la Coronación, usarán dos carruajes, el más antiguo, construido en 1762
Pero seguro que habrá más sorpresas y cabe pensar en que sus otras nietas, Lola y Eliza, de 15 años, junto con la princesa Charlotte, la hija de los príncipes de Gales, participen en otro momento sagrado clave. No hay confirmación oficial sobre cómo se desarrollará este apartado, pero la prensa inglesa ha publicado que puede que sujeten el palio en el momento que se sea ungida con el aceite consagrado. A lo largo de la historia, este papel fue desempeñado por duquesas, pero Camilla ha dicho que no quiere duquesas, que a ella le gustaría que fueran sus nietos, según contó una fuente a The Times.
Un protagonismo inusual para su familia, que tiene que abandonar la discreción para apoyar a la Reina. De alguna forma, los descendientes de Camilla son ahora la otra Familia Real y tendrán mucho protagonismo, aunque, una vez más serán Guillermo y Kate quien, junto a sus tres hijos —se espera que también asista Louis, de cuatro años— acaparen todos los focos.
Tres coronas para Guillermo...y Kate sin tiara
Es el gran día de los Reyes de Gran Bretaña, una fecha para la historia, pero también para Guillermo y Kate, quienes han subido posiciones como la espuma y tienen una cita con su título: el 6 de mayo también pasan a ser oficialmente príncipes de Gales, aunque al cierre de esta edición no se sabía cuál iba a ser su papel. Tampoco cómo vestirían para la ceremonia y si van a seguir o no la tradición de llevar corona. Aunque los medios ingleses apuntan a que no lo harán. En cualquier caso, Guillermo tiene tres para elegir. Y todas están diseñadas en base a una orden real de Carlos II de 1677 que dice: “el hijo y heredero de la Corona usará y llevará su corona compuesta de cruces y flores de Lis con un arco y en medio una bola y una cruz”. De cumplirse, lo más probable es que use la que llevó Carlos III cuando fue investido como príncipe de Gales, en 1969.
Los Reyes de España
Durante nueve siglos el protocolo dictó que no se invitaba a jefes de Estado, y que ningún otro miembro de la realeza debería estar presente en la coronación de un soberano británico, pero Carlos III ha decidido romper la tradición rodeándose de representantes de las monarquías de todo el mundo. Son sus amigos coronados, muchos su familia y estarán a su lado junto a sus 2.000 invitados.
La ceremonia se entiende como un acto sagrado “entre el monarca y su pueblo en la presencia de Dios”, pero Carlos III la ha actualizado. Reyes, reinas, príncipes y princesas viajaran a Londres para un día histórico.
El príncipe George, de nueve años, y tres nietos de Camilla han sido elegidos pajes de honor en la coronación para ayudar a los Reyes con sus pesadas túnicas en la Abadía de Westminster
A falta de algunas confirmaciones, están invitados a la ceremonia los Reyes de España, don Felipe y doña Letizia; los de los Países Bajos, Guillermo y Máxima, que estarán acompañados por la princesa Beatriz; los soberanos de Bélgica, Felipe y Matilde; el Rey Gustavo de Suecia y la princesa heredera, Victoria; los príncipes herederos de Dinamarca, Federico y Mary; los de Noruega, Haakon y Mette-Marit; los de Liechtenstein, Alois y Sofía; los príncipes de Mónaco, Alberto y Charlene, y los grandes duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa.
Desde Jordania viajaran el Rey Abdullah y la Reina Rania; desde Marruecos, Mohamed VI, y también se unirán a la cumbre los Reyes de Bután, Malasia, el Rey Letsie III, de Lesoto, los sultanes de Omán y Brunéi, los emires de Qatar y Dubai, los príncipes de Japón, Fumihito y Kiko, y los príncipes herederos de Bahrein y Kuwait. También han sido invitados representantes de monarquías no reinantes como la Reina Ana María de Grecia, que estará acompañada por los príncipes herederos Pablo y Marie-Chantal, el Rey Simeón de Bulgaria y Margareta de Rumanía.
Música para la ceremonia
La Orquesta de la Coronación, con músicos de ocho orquestas del Reino Unido y Canadá, y diferentes corales británicas, interpretarán el 6 de mayo las 12 piezas encargadas por Carlos III —se involucró personalmente y supervisó todos los detalles—, para la ceremonia: seis orquestales, cinco corales y una instrumental de órgano, todas compuestas para la doble coronación por “algunos de los artistas vivos más valorados en la música clásica, sacra, el cine, la televisión y el teatro”, dijo Palacio. Entre esas piezas, se incluyen el himno escrito por Andrew Lloyd Webber y una marcha de coronación “jubilosa y edificante” creada por Patrick Doyle. Durante la ceremonia también se escuchará una pieza de música ortodoxa griega en homenaje y recuerdo al príncipe Felipe de Edimburgo, interpretada por el Conjunto de Canto Bizantino. La pieza de órgano, llamada Voces del mundo, incluye melodías tradicionales de toda la Commonwealth.
El emblema y un ‘emoji’ especial
El emblema de coronación ha sido creado por sir Jony Ive, exdiseñador de Apple, “simboliza y celebra el comienzo histórico del nuevo reinado”, reveló el Palacio de Buckingham. Cargado de toques personales, según Buckingham, “está inspirado en el amor del Rey Carlos por el planeta, la Naturaleza y su profunda preocupación por el medio ambiente, unificando la flora de las cuatro naciones del Reino Unido: la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, el narciso de Gales y el trébol de Irlanda del Norte”. “El emblema habla del feliz optimismo de la primavera y celebra el comienzo de esta nueva era para el Reino Unido. Se ha diseñado utilizando los colores rojo, blanco y azul de la bandera de la unión”.
Tras la ceremonia, los recién coronados saldrán al balcón de Buckingham para saludar. Es la gran oportunidad para presentar su monarquía reducida, pero Harry no estará a su lado
Un ejemplo de que en la coronación también habrá un guiño a los nuevos tiempos es el emoji que se ha creado y que está inspirado en la Corona de San Eduardo. Aparecerá en las redes sociales cuando se usen determinadas palabras clave.
La invitación
La invitación oficial fue diseñada por Andrew Jamieson y pintada a mano en acuarela y gouache. Jamieson es un artista heráldico e iluminador de manuscritos y forma parte del Art Workers&Guild del cual el Rey es miembro honorario. En el centro inferior se encuentra el motivo del Hombre Verde, una antigua figura del folclore británico, símbolo de la primavera y el renacimiento. La figura está rodeada por plantas emblemáticas del Reino Unido: la rosa de Inglaterra, el trébol de Irlanda, el cardo de Escocia y el narciso de Gales.
Junto a la Reina —el ‘amor de mi vida’— y ante sus amigos coronados del mundo entero, Carlos III abrirá oficialmente su reinado con todo el fasto y pompa de los que hace gala la monarquía británica
La invitación está enmarcada por un prado británico de flores y animales silvestres y las esquinas de la parte superior las presiden los escudos de armas de Carlos y Camilla, este último actualizado con la liga tras su nombramiento el pasado verano como dama de la nobilísima Real de la Orden de la Jarretera. Por lo que se refiere al texto de la invitación, la dirige y firma en nombre del Rey, el duque de Norfolk, históricamente responsable de la organización las principales celebraciones de la Corona.
El balcón
Finalizada la ceremonia, se espera que el Rey comulgue y vaya al Santuario de San Eduardo el Confesor —detrás del altar mayor— para ponerse la Corona del Estado Imperial y la túnica de terciopelo púrpura. Y, después, que abandone la Abadía junto a la Reina portando el orbe y el cetro. La congregación cantará el himno nacional, God Save the King , y Carlos III regresarán a palacio para saludar desde el balcón. Es la gran oportunidad para presentar su monarquía reducida y a los leales que los apoyan en todo y solo estarán junto a los recién coronados los miembros importantes de la Familia Real que trabajan por la institución.
Rompiendo una tradición de nueve siglos, representantes de todas las monarquías han sido invitados a la coronación. Los Reyes de España, Felipe VI y doña Letizia, se unirán a esta cumbre real
De más de 30 a los “15” de Su Majestad, porque es un día de Estado y no hay mucho espacio para el sentimiento. En el legendario reducto veremos a los príncipes de Gales y sus hijos: el príncipe George, de nueve años; la princesa Charlotte, de siete, y el príncipe Louis, de cuatro; los duques de Edimburgo; la princesa Ana, con su esposo, el vicealmirante Sir Tim Laurence, pero Harry no estará y habrá que ver si se une a la familia para disfrutar del concierto en Windsor, que se celebrará ese mismo día por la noche; o al gran almuerzo del domingo. Una cita para todo el reino.