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Carlos III y Camilla ya llevan más de 24 horas en Alemania, un viaje de Estado muy significativo al ser la primera que realizan como Reyes y que se prolongará hasta el viernes. Desde que este miércoles aterrizaran en el aeropuerto de Berlín Brandeburgo en Schoenefeld sobre las 14:00 horas, la pareja real ha asistido a varios compromisos que van desde el banquete de Estado del Palacio Bellevue de Berlín, que tuvo lugar la pasada noche, hasta sus diferentes visitas a puntos de interés de la ciudad, como el mercado de productores de Wittenbergplatz o la Puerta de Brandemburgo, donde fueron recibidos por el presidente Frank-Walter Steinmeier y su mujer Elke Büdenbender. Perosi algo ha sobresalido de esta segunda jornada ha sido, además de las divertidas imágenes que ha dejado, el histórico discurso que ha pronunciado el monarca, que se ha convertido en el primer soberano británico en dirigirse al Parlamento alemán.
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Tras mantener una reunión con el canciller alemán Olaf Scholz, Carlos III, de 74 años, ha ofrecido un ovacionado alegato ante el Bundestag en el que ha intercalado el inglés y el alemán, siendo el primer Rey británico en hacerlo, aunque ya había hablado en un acto en el que se conmemoró a las víctimas de las guerras cuando todavía era príncipe heredero. Unas palabras cargadas de motivación, retos y objetivos de unión entre Reino Unido y Alemania tras las que ha sido muy aplaudido y en las que ha hecho referencia a la dolorosa situación que atraviesa Ucrania y ala primera visita de su madre al país en 1965, cuando el dolor de la guerra seguía vivo, y ha mencionado que el alemán fue la primera lengua extranjera a la que se tradujeron las obras de William Shakespeare.
En los más de veinte minutos de monólogo el monarcatambién ha sacado una gran sonrisa a los presentes en la cámara de legisladores, pues ha comparado la admiración por Los Beatles y por Kraftwerk en los respectivos países, así como por el cómico alemán Henning Wehn y el grupo británico de humoristas Monty Python: "Quizá lo más importante es que durante los últimos cincuenta años nos hemos reído juntos", ha reflexionado.
© GtresonlineDurante el día de hoy, el monarca ha sido recibido y agasajado con una gran tarta en forma de corona dorada con detalles en color amarillo, verde, rojo y camel con diferentes formas. Un obsequio que ha sabido valorar y por el que ha evidenciado gran sorpresa y admiración. El pastel, de tamaño considerable, es la réplica de la icónica pieza de la institución colocada sobre un cojín morado con textura y apariencia mullida y ha sido una trabajadora quien se lo ha mostrado al Rey en su llegada a Brandenburgo, donde ha visitado una fábrica alimentaria.
Tras presentarle el dulce personalizado, ha mantenido con él una distendida conversación en la que han intervenido más personas y minutos después ha entrado a las instalaciones. Allí ha visto de cerca cómo se elaboran los productos y el método de trabajo que siguen los empleados y se ha enfundado en el uniforme de trabajo que visten habitualmente. Con bata blanca y cubriendo sus pies, Carlos de Inglaterra se ha mimetizado por completo.
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© GtresonlineEl monarca tambiénha visitado el centro para refugiados de Ucrania ubicado en el antiguo aeropuerto berlinés de Tegel, emplazamiento que ha acogido a más de un millón de ucranianos desde el inicio de la guerra. Allí, además de intercambiar opiniones con todos ellos y con los voluntarios y empleados de la organización, se ha divertido jugando al futbolín y al billar. Carlos III ha vuelto a demostrar en esta cita, en la que ha estado acompañado por el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier y la alcaldesa de Berlín, Franziska Giffey, que tiene gran sentido del humor y que divertirse y trabajar al mismo tiempo es más que posible.
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© GtresonlineAcompañado por la reina consorte Camilla, de 75 años, Carlos III también ha hecho un hueco en la agenda para asistir al mercado semanal de Wittenbergplatz, un popular rastrillo de alimentación orgánica que tiene lugar en la calle, concretamente frente al gran centro comercial KaDeWe.
Rodeados por los viandantes y cantidad de cámaras que buscaban filmar el histórico instante, el matrimonio real, que hace solo unos días tuvo que cancelar un viaje a Francia debido a las protestas que hay en el país contra la reforma de las pensiones, ha paseado entre los puestos y ha charlado con los comerciantes, interesándose por los productos que tenían a la venta. En particular, han mostrado especial interés por la miel que ofrecía un tendero y se han llevado una pequeña cesta de mimbre con varios de sus productos.
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