La reciente boda de Lady Amelia Spencer, prima de los príncipes Guillermo y Harry, y Greg Mallet deja abierta la incógnita de si la novia habrá llevado la tiara Spencer, la reliquia familiar con la que se casó Diana de Gales con el entonces príncipe Carlos. Desde la trágica muerte de la recordada Princesa en 1997, solo se ha visto a una mujer lucirla de nuevo en el día de su boda. Ahora se ha generado una gran expectativa por saber si Lady Amelia la habría elegido para coronar su look nupcial.
La icónica pieza de oro, plata y diamantes ha sido expuesta desde la desaparición de Diana al público en actos, exposiciones y homenajes, pero no ha sido vista tan a menudo sobre la cabeza de alguna de las mujeres Spencer.
De hecho, la última vez que se vio prendida a un velo fue en el año 2018 cuando Celia McCorquodale, hija de Lady Sarah McCorquodale -hermana de Diana-, dio el ‘sí, quiero’ a George Woodhouse.
Desde entonces, la fabulosa diadema, que pertenece al conde Charles Spencer, padre de Amelia, no ha sido elegida por otras contrayentes de la familia. Así, en julio de 2021, la hija mayor del aristócrata, Lady Kitty, de 32 años, no se la puso en su boda de cuento celebrada en un palazzo de Roma con el magnate sudafricano Michael Lewis. La influencer y embajadora de Dolce&Gabbanna apostó por un vestido creado en exclusiva para ella por la firma italiana que destacaba por sus encajes hechos a mano. Un sencillo recogido con raya al medio y un largo velo completaban el estilismo. Ese día no hubo rastro de la tiara de Diana.
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Dado el estilo cosmopolita de Lady Amelia y el escenario del enlace, La Cotte Farm, una idílica granja de 1698 en el pequeño pueblo de Franschhoek, a unos 75 kilómetros de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), sorprendería que la novia hubiese pedido a su padre la valiosa pieza. De hecho, el propio conde Spencer fue uno de los grandes ausentes en la ceremonia y tampoco estuvo presente en la fiesta preboda en la que lady Amelia se decantó por un vestido blanco de cuello halter satinado. En la velada llevó su larga melena rubia con un sencillo moño de tipo bailarina.
La diadema, una de sus favoritas de Diana quien siguió luciéndola de forma repetida una vez que se convirtió en una mujer casada, tiene cinco diamantes centrales, uno de ellos, de mayor tamaño y envuelto en un pequeño corazón. Su diseño destaca por sus hojas, tulipanes, flores-estrella y los arcos de media luna. Se remonta al siglo XVIII, aunque, al parecer, fue montada en varias ocasiones.
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La primera Spencer que la lució fue la abuela paterna de Diana, Cynthia Hamilton, que la recibió como regalo de boda de Sarah Spencer, prima de su prometido cuando se casó en 1919 con Alberto Eduardo Spencer. Además de la Princesa, sus dos hermanas, Lady Jane y Lady Sarah la llevaron en sus enlaces, aunque fue la madre de los príncipes Guillermo y Harry la que la convirtió en todo un icono. La joven Diana podía haber elegido cualquier otra del impresionante joyero de Isabel II, pero prefirió tirar de tradición familiar.
Tras lucirla Diana en su camino al altar el 29 de julio de 1981, Victoria Lockwood, primera esposa de Charles Spencer, la usó con su vestido nupcial de tipo medieval en su enlace en 1989.
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Se esperaba que Kate Middleton o Meghan Markle las eligieran para sus bodas, como un guiño nostálgico a sus futuros maridos, pero ninguna de ellas la escogió y se decantaron por tesoros del joyero real.
Queda pendiente saber si el IX conde Spencer ha prestado la emblemática diadema a su hija Amelia o si por el contrario aún se tardará en volver a ver la pieza sobre otra mujer.