Se agranda la brecha entre los duques de Sussex y la Familia Real británica. Cuando se cumplen casi dos meses de la publicación de las polémicas e incendiarias memorias del príncipe Harry, llega la noticia de que Carlos III ha ordenado a su hijo que desaloje Frogmore Cottage, la residencia que tenía en Reino Unido, donde vivió con Meghan y con su hijo, Archie, antes de cambiar el rumbo de su vida marchándose a Estados Unidos.
La casa, situada en un ala de Frogmore House, dentro de los terrenos del castillo de Windsor, tendrá un nuevo inquilino: el príncipe Andrés. Al parecer, la decisión del Rey de que abandone la que en su día el propio Harry describió como la casa de sus sueños se debe a su empeño por reducir gastos, siguiendo la estela de otras monarquías. Hasta ahora, el duque de York vivía en Royal Lodge, pero el presupuesto que tiene asignado no le alcanza para continuar allí. Según la prensa inglesa, los duques de Sussex tienen hasta verano para sacar sus pertenencias.
Este nuevo movimiento afirman que no ha sido bien recibido por Harry y Meghan y podría suponer para ellos un motivo de peso para no acudir a la coronación de Carlos de Inglaterra, el próximo mes de mayo. Hasta el momento, no se han pronunciado sobre este nuevo giro de guion, que los aleja aún más de los Windsor. Mientras tanto, reaparecían tranquilos en medio de la tormenta, sonrientes y de la mano, en una cita para dos en el club Hollywood San Vicente Bungalows, uno de los más exclusivos de Los Ángeles. Esta era la primera vez que eran fotografiados en una cita nocturna tras la publicación del libro de Harry y muchos apuntan a que sería su forma de celebrar su gran éxito de ventas.