Durante toda su vida, el príncipe Harry ha buscado respuestas a la trágica desaparición de su madre. Así, la primera vez que visitó París, en 2007, no dudó en recorrer el Pont de l’Alma, donde la Princesa perdió la vida en un accidente de tráfico una década antes. Un recorrido que también hizo su hermano, el príncipe Guillermo, y con el que esperaba, sin éxito, “acabar con el dolor”.
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En unas horas, el exmayordomo de Diana de Gales y su hombre de confianza, Paul Burrell, se sentará en el programa Chester de Risto Mejide para dar detalles de lo que vivió en el Palacio de Kensington y junto a la Princesa, donde seguramente se trate su repentino fallecimiento.
En su libro titulado En la sombra, Harry cuenta que viajó a la capital gala porque Inglaterra había quedado semifinalista en la Copa Mundial de Rugby. La organización puso un chófer a su disposición e inmediatamente le dijo si conocía el túnel Pont de l’Alma. Harry le pidió atravesarlo a 105 kilómetros horas, la misma velocidad a la que supuestamente iba el coche en el que Diana sufrió el terrible siniestro.
Una vez que le hizo prometer al conductor máxima discreción comenzaron la misma fatídica ruta que hizo la princesa el 31 de agosto de 1997. Pasaron por el Hotel Ritz, donde cenó por última vez para llegar a la boca del túnel.
“Salvamos el resalto a la entrada del túnel, el bache que supuestamente hizo que el Mercedes de mi madre se desviara de su rumbo. Pero el resalto no fue nada. Apenas lo notamos”. Una vez que salió Harry dijo: “¿Ya está? No es… nada. Un túnel recto, nada más”. También cuenta que en esos diez años de ausencia se había imaginado que se trataría de un paso peligroso en el que había que prestar mucha atención, pero “era un simple túnel, corto y sin mayores complejidades”.
Aún en shock, Harry pidió al chófer que volviera a recorrerlo de nuevo intentando encontrar las respuestas que llevaba tanto tiempo buscando. “Esperaba que atravesar el túnel en coche acabara con el dolor, con aquella década de dolor constante, o que al menos me proporcionara un respiro. En cambio, dio paso al inicio del Dolor, segunda parte”, afirma Harry en su autobiografía.
Lo cierto es que ni Harry ni su hermano estuvieron de acuerdo en la investigación oficial de la muerte de su madre. “El informe final era un insulto”, sentencia a la vez que manifiesta que había “errores” y “la lógica brillaba por su ausencia” incluso se plantearon pedir la reapertura del caso, algo que nunca sucedió.