Se cumple el tercer aniversario de la cumbre de Sandringham, en la que el duque de Sussex negoció ante su padre, el entonces príncipe de Gales, Carlos; su hermano, el príncipe Guillermo, y su abuela, Isabel II, su salida de la Familia Real británica. En su libro titulado en español En la sombra (Spare, en inglés, el repuesto ), el duque de Sussex da los detalles de lo que realmente ocurrió en la reunión para zanjar esa crisis en la que se plantearon cinco opciones para articular la forma en la que tanto él como Meghan renunciaron a sus derechos y obligaciones monárquicas.
La expectación era máxima ese 13 de enero de 2020 y el encuentro vino precedido por una serie de informaciones en prensa en las que ya se apuntaba que los hijos de Carlos III eran “entidades independientes”. Meghan había regresado a Canadá para estar con Archie. Según cuenta Harry en sus memorias el ambiente era tenso y una gran mesa presidida por Isabel II sería el campo de batalla de una dura negociación.
El duque de Sussex comenzó exponiendo lo que a su juicio había sido “un trato cruel y delictivo” por parte de la prensa en los últimos tiempos ante la pasividad de Palacio y de su hermano del que esperaba que interviniera para contar sus experiencias con los medios. Sin embargo, Guillermo parecía más distanciado de él que nunca por un artículo en un periódico en el que se le señalaba como responsable de la marcha de los Sussex.
- Todos los desmentidos de Harry en su libro
Las cinco alternativas que se ofrecieron
Fue entonces cuando se plantearon “las cinco opciones” que se habían dado a Harry y a Meghan y que abarcaban desde permanecer en su totalidad bajo el paraguas de la Corona a la número cinco que era una ruptura total “que implicaba no tener ninguna función monárquica y perder la seguridad”. Harry, que no quería ni una cosa ni la otra, pensaba que la opción intermedia, la número 3, era la que más se adecuaba a lo que Meghan y él deseaban porque quería “a toda costa mantener la seguridad. Eso era lo que más me preocupaba, la integridad física de mi familia”, con lo que desvincularse por completo le haría perder esa protección.
La opción 3 le permitía vivir fuera de su país natal, trabajar, tener seguridad y acudir al Reino Unido para los actos en los que se le requiriera. Sin embargo, y según cuenta ahora Harry, los Windsor sólo contemplaban dos opciones: o dentro a tiempo completo o totalmente fuera. La discusión sobre las alternativas duró una hora sin llegar a un consenso hasta que se repartió en la mesa un borrador de una declaración de la Casa Real donde se anunciaba la opción 5, la que le apartaba por completo de la realeza.
La entrega de este documento significó para Harry un mazazo pues la decisión se había tomado sin consultarle y sin discutirla con lo que esta cumbre carecía de sentido. Sin embargo, uno de los funcionarios le aseguró que se habían realizado varios comunicados por cada una de las opciones pero que “desafortunadamente, mi impresora no va bien y da la casualidad de que ha dejado de funcionar justo cuando me disponía a imprimir las demás declaraciones”, dijo ante el estupor de Harry que no daba crédito y la cara de circunstancias de sus familiares. El duque de Sussex, según relata en sus memorias, tuvo que salir de la sala para tomar aire.
'Necesitaba la seguridad desde que nací'
Al hijo menor de Diana todo le daba igual salvo el tema de la seguridad. Estaba dispuesto a luchar para que no se le retirara la protección a él, a su esposa y a su entonces único hijo Archie. “Les rogué que no me quitaran la protección armada, que me acompañaba y necesitaba desde que nací”, cuenta en su libro. Harry había nacido rodeado de guardaespaldas y sus tres escoltas no se separaban de él, saber que su esposa y su hijo eran el objetivo de campañas de odio le tenía francamente preocupado por lo que propuso pagar de su propio bolsillo estos gastos.
La reunión acabó con una súplica del duque de Sussex en la que decía: “Lo que queremos es trabajar, servir y… seguir vivos, por favor”. Todos los presentes asintieron y se acordó un contrato básico, en el que se mantenía la seguridad, que se concretaría en un periodo de transición de doce meses.
Tras el fin de la cumbre, Guillermo y Harry salieron por los jardines a dar un paseo en el que el hermano menor contó algunos sabotajes que Meghan había sufrido y las filtraciones a los medios de las que se sentían víctimas. El actual príncipe de Gales prometió investigarlo y ambos acordaron mantenerse en contacto.
Esta es la segunda vez que el duque de Sussex arroja luz sobre esta reunión clave que le cambió la vida. En el documental de Netflix sobre Harry y Meghan, que se emitió el pasado diciembre, el duque de Sussex habla de que el tono de la cumbre de Sandringham fue muy duro: "Fue desgarrador ver a mi hermano gritándome y a mi padre diciendo cosas que no eran verdad y mi abuela, callada asimilando todo".
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