El libro del príncipe Harry golpea, con fuerza, Buckingham. En su autobiografía, En la sombra, no sólo lo cuenta todo sobre su vida, sino que lanza unas explosivas acusaciones dirigidas, con precisión, a palacio. El hijo pequeño del Rey Carlos III ha dinamitado la relación con su familia. Sobre todo, el vínculo con su hermano, el príncipe Guillermo -ahora su ‘archienemigo’-; pero, también, con su cuñada, Kate. Porque Harry no duda en señalar a la que un día fue ‘la hermana que nunca tuvo’ –“Era muy natural, cariñosa y amable”-.
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Habla, alto y claro, de la tensión que, desde los primeros días, hubo entre ella y Meghan, y apunta que fue ella -junto a su hermano- quien le instó a llevar el controvertido disfraz de nazi -las imágenes del príncipe luciendo un brazalete con una esvástica dieron la vuelta al mundo-, situándola, así, en el ojo del huracán.
Kate hace llorar a Meghan
El príncipe Harry revela que desde los primeros días hubo tensión entre Meghan y Kate. Todo por un malentendido, y es que la Duquesa de Cambridge pensaba que su esposa quería sus “contactos de moda” –“le encantaba la moda”, reitera Harry-. Pero, en verdad, Meghan tenía los suyos propios. “¿No podría ser que habían comenzado con mal pie? ¿Y que todo se magnificara con el tema de la boda y aquellos malditos vestidos de damas de honor?”.
La discusión entre ambas ha sido uno de los temas más controvertidos de los últimos tiempos. Meghan habló de ello en la sonada entrevista que concedieron a Oprah Winfrey, hace un año -y que también marcó un antes y un después-: “La narrativa con Kate, que nunca pasó, fue muy, muy difícil”, decía la Duquesa de Sussex a la popular presentadora, negando, rotundamente, que la hubiese hecho llorar. Es más, aseguró que fue al contrario, y fue Kate quien provocó su llanto.
Ahora es Harry el que apoya, de nuevo, la versión de su esposa. Explica que, en una conversación telefónica, Kate le dijo que “el vestido de Charlotte le va demasiado grande, largo y ancho. Se echó a llorar cuando se lo probó en casa”, pero que, en realidad, tenía al sastre disponible (esperándola) desde las ocho de la mañana. “¿No puedes llevar a Charlotte para que le haga los arreglos como las otras madres?”, preguntó Meghan. “No, hay que hacer de nuevo todos los vestidos”, respondió Kate. Harry afirma que encontró a Meghan sollozando en el suelo. “Le aseguré que Kate no lo hacía con mala intención. De hecho, al día siguiente, apareció con unas flores y una tarjeta de disculpa”.
Tensión de alto voltaje entre dos duquesas
Pero Harry va más allá. En su libro desvela, también, otros episodios que no dejan en muy buen lugar a la Princesa de Gales. Cuando iban de camino a la Royal Foundation, en febrero de 2018, “Meg le pidió a Kate el brillo labial, algo muy estadounidense. Había olvidado el suyo. La princesa, sorprendida, rebuscó en su bolso y, a regañadientes, sacó un pequeño tubito… y puso cara de asco. ¿Un pequeño choque de estilos, tal vez?”.
Harry confiaba en el poder de los ‘cuatro fabulosos’ -el apelativo con el que comenzaron a referirse a los príncipes Guillermo y Harry, Kate y Meghan en la prensa-. Esperaba que los cuatro “pasáramos mucho tiempo juntos… Ese había sido mi sueño durante mucho tiempo: unirme a ellos”. Sin embargo, el príncipe de Gales le dijo que “bajara la velocidad”. “Después de todo, es una actriz estadounidense, Harold, Puede pasar cualquier cosa”.
La ‘exigencia’ de la Princesa de Gales
Durante un té de reconciliación en el palacio de Kensington, en 2018, después de haber discutido por teléfono sobre el momento de los ensayos del día de la boda solo unas semanas antes. El príncipe explica que Kate se sintió ofendida cuando Meghan habló de sus hormonas, alteradas tras dar a luz.
“Aferrando los bordes tapizados de su asiento con tanta fuerza que tenía los dedos blancos”, Kate le dijo que se “le debía una disculpa”. Meghan no recordaba el momento, pero la princesa se lo detalló: “Te conté que se me había olvidado algo y contestase que era cosa de las hormonas. Sí. Hablaste de mis hormonas. ¡No tenemos tanta confianza para que hables de mis hormonas”. Meghan, sorprendida, le pidió disculpas: “Siento haber hablado de tus hormonas. Es que es así como hablo con mis amigas”.
El disfraz de la polémica
Harry también se pronuncia sobre uno de los temas más controvertidos a los que ha hecho frente la Familia Real británica, cuando, en 2005, fue fotografiado en una fiesta, luciendo una banda con una esvástica atada a su brazo.
Era una fiesta de disfraces que celebraba un amigo del príncipe Guillermo, y Harry no sabía bien qué ponerse. Encontrar el disfraz perfecto para él se convirtió en una ‘misión para su hermano y Kate’, que ejercieron como consejeros. Harry rememora que llegó a una tienda y, tras recorrer hileras de prendas sin éxito, redujo sus opciones a dos: “Un uniforme de la aviación británica. Y un uniforme nazi color arena. Con un brazalete de la esvástica. Una gorra plana”. Llamó entonces a “Willy y a Kate y les pedí su opinión”. Según el príncipe, respondieron: “El uniforme nazi”.
Un cumpleaños agridulce
Puede que este haya sido uno de los cumpleaños más amargos para la Princesa de Gales. Cumplió el pasado lunes, 9 de enero, 41 años, y lo celebró en la intimidad familiar de Adelaide Cottage. Tras la publicación del libro del príncipe Harry, Kate está también en el ojo del huracán. “Lo que quiera que esté pasando a puerta cerrada, ella siempre ha tenido la habilidad de poner el trabajo primero”, destaca una persona que ha trabajado con ella -tal y como recoge el diario británico The Telegraph-. “Aparte de todas las cosas que el público sabe, ha habido muchas ocasiones en las que han surgido cosas en privado, pero lo que ves en público es que [Kate] siempre se comporta exactamente de la misma manera. Así que esto no la derribará”.
El sentido del deber está por encima de todo para los Windsor; y ayer, Kate reaparecía, junto al príncipe Guillermo, en una visita a un hospital de Liverpool, donde fueron recibidos calurosamente. Mano a mano, y unidos. Frente a la tempestad, la calma.