Netflix acaba de emitir los tres últimos capítulos de la serie Enrique y Meghan. Un documental que ha incluido duras críticas y comentarios hacia la Familia Real británica, momentos dolorosos, otros muchos románticos, pero que también ha dejado instantes divertidos, buena muestra de que los duques de Sussex, sobre todo, el príncipe Harry es un hombre con un gran sentido del humor.
Uno de los primeros momentos donde Meghan y Harry nos sacan una sonrisa es en la escenificación que ella hace de la primera reverencia ante Isabel II. En tono burlón y con gestos muy exagerados, la Duquesa deja sin palabras a su marido
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Antes de que su relación se hiciera pública, Meghan y Harry decidieron acudir a lo que llamaron su 'úlitma noche de libertad'. En compañía de la princesa Eugenia, gran amiga de la pareja y el único miembro de los Windsor, que se conozca, que los ha visitado en Estados Unidos, la pareja acudió a una divertida fiesta de Halloween. Harry se tapó con gafas, gorro y pañuelo para evitar ser descubierto
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En la docuserie uno de los grandes descubrimientos ha sido Archie, el hijo de tres años de los Sussex. El pequeño, que ha heredado el cabello pelirrojo de su padre, ha dejado momentos de lo más tiernos, pero también otros que nos han hecho soltar una carcajada.
En una de las muchas mudanzas que los Duques hicieron desde su boda hasta que encontraron su mansión de Montecito, se ve a Harry llevando al pequeño sobre una maleta de ruedas desfilando por el espacioso vestíbulo de una de sus casas
En los videoldiarios que Meghan y Harry se hacían para documentar su vida, el Príncipe grabó a su esposa bailando sin que esta se diera cuenta. 'Alguien está feliz', dice Harry mientras la captura con su teléfono.
En Reino Unido, los duques de Sussex vivieron primero en Nottingham Cottage, dentro de los terrenos del Palacio de Kensington, y después, en Frogmore Cottage, en Windsor, una propiedad que todavía poseen
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En 2019, los duques de Sussex decidieron que no pasarían la Navidad en Reino Unido. Necesitaban, según ellos mismos han contado, un respiro. En aquella época vivian en Vancouver (Canadá) y a pesar de las bajas temperaturas, Harry decidió empezar el trascendental año 2020 dándose un baño en el mar. Con bañador turquesa y una gran actitud, el hijo de Diana de Gales se sumerge en las gélidas aguas
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El día de su boda, fue sin duda otro de los grandes recuerdos que la pareja se lleva en su experiencia vital. Ese día tuvieron una celebración religiosa en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor y por la noche bailaron con sus amigos en una fiesta muy divertida. La música era muy importante para ellos así que decidieron arrancar su primer baile como casados con el hit de los años 60 que se titula Land of a thousand dances. También disfrutaron de otros ritmos de la mano de un DJ
Doria Ragland es, con permiso de los Sussex y sus hijos, la otra pieza clave de la familia. En todo el documental se ve que forma una parte muy importantede su vida y que los visita con frecuencia. Estuvo durante un mes con Harry y Meghan cuando nació Arhcie y a la vista está que disfruta de sus nietos de lo lindo.
En la imagen se ve a Doria paseando en un cochecito de juguete a Archie en el impresionante hall de la mansión de Montecito (California) de la familia Sussex. Doria da muestras de ser una persona hogareña, familiar y también divertida
Al final de la serie, tras conocerse el litigio que Meghan ganó contra un grupo de tabloides, se ve a la pareja revisando sus correos electrónicos. Una de las felicitaciones que Meghan recibió fue de Beyoncé, amiga de la Duquesa, lo que provocó un auténtico momento fan del príncipe Harry que mirando a cámara expresa su emoción ante la noticia
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El documental de Netflix ha servido para que el mundo conzoca que de puertas para dentro Harry y Meghan son una pareja normal, a la que le gusta estar en su casa con su familia y sus mascotas, haciendo cosas cotidianas. Su lado más desenfadado y hogareño lo hemos visto en Nottingham Cottage la casa de dos habitaciones que fue su primer hogar juntos. De esa vivienda recuerdan que los techos eran inclinados