El documental que Harry y Meghan acaban de publicar en Netflix no cuenta una historia nueva sobre su amor o su ruptura histórica con la Casa Real británica pero sí está rellenado muchos huecos y momentos desconocidos del relato que ya era de dominio público. Hasta ahora se sabía que cuando Harry y Meghan se vieron obligados a dejar Canadá, antes de la pandemia y al ser su ubicación descubierta por los tabloides británicos, se instalaron en una mansión que Tyler Perry tiene en las colinas más famosas de Los Ángeles. Sin embargo, no se sabía qué tipo de relación tenía el actor con los duques de Sussex ni tampoco los motivos por los que acabaron viviendo en su casa.
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El amigo desconocido
Hay que remontarse al 14 de marzo de 2020 para ver cómo toda la familia Sussex –menos Lilibet que todavía no habían nacido- viaja en un avión privado. "Estamos en el vuelo de la libertad", dice Harry. Entonces recuerdan que ya no estaban seguros en Canadá, puesto que la casa en la que llevaban viviendo seis semanas a había sido descubierta por el mismo medio de comunicación con el que Meghan Markle tenía abierto un litigio a causa de la publicación de la carta de su padre. Harry explica que este traslado es "gracias a otro maravilloso amigo al que no conocemos pero que cree en nosotros y quiere ayudar", así es como Tyler Perry entra en la historia y se confirma que no se conocían en persona.
"No soy un seguidor de los royals pero un día vi algo de su padre. Habría sido doloroso si hubiera sido el mío", afirma Tyler Perry refiriéndose al episodio en el que Thomas Markle vendió fotografías a los paparazis, algo que sucedió una semana antes de la boda y que solo fue el inicio de una larga lista de intervenciones en medios de comunicación perjudiciales para la imagen de su hija. "Cuando mi vida cambió y empecé a tener éxito, algunos familiares se transformaron y eso puede resultar doloroso. Inmediatamente empaticé con ella y poco antes de la boda le mandé una nota para que supiera que la vida le había preparado para ese momento, o eso creía yo", añade el actor estadounidense.
"Yo no lo conocía, pero Tyler entro en escena, diciendo que rezaba por mí y que contase con él si necesitaba algo -cuenta Meghan Markle- pasó el tiempo y un día en Canadá le llamé, años después, era la primera vez que hablábamos. Yo estaba fatal, no hacía más que llorar y llorar, a veces te resulta más fácil abrirte con alguien que no sabe nada y eso me sucedió con Tyler". Hay que recordar que habían pasado dos años de la boda y que cuando estaban en Canadá fue el momento de decidir qué iban a hacer con su vida, ya que tras la cumbre de Sandringham tenían claro que no podrían seguir contando con la Casa Real.
'Lo que conocía de la Familia Real era la muerte de Diana': Tyler Perry
"Percibía su miedo, era palpable", explica Tyler. "Lo que conocía de la Familia Real era la muerte de Diana. Hay un momento que no olvidaré en la que va por el aeropuerto poniéndose una raqueta en la cara mientras intentaba huir, comprendí que cuando se terminó el matrimonio la echaron a los lobos", añade el actor. "Me dolió decirle a Meghan que sus sentimientos –se refiere al miedo de ella- eran válidos, pero tampoco quería mentirle. Tenía miedo de que la destrozaran, de que se volviera loca o de que le hicieran pensar que estaba loca", explica Tyler Perry que no duda al describir a la pareja como personas que habían sido maltratadas. "Utilizar una institución para comportarse como maltratadores, en plan, os cortaremos el dinero, os dejaremos sin escolta, y lo haremos para que obedezcáis y volváis y que ambos tuvieran el valor decir 'yo me largo', fue admirable", concluye Tyler Perry.
Esos motivos, la empatía con Meghan por el comportamiento de su padre y esa imagen de Diana, hicieron que Tyler Perry quisiera ayudarles cuando todavía no se conocían en persona y una semana antes de que las fronteras se cerraran por el Covid el plan se puso en marcha. "Estábamos atrapados en esa casa, en la que todo el mundo sabía que estábamos, sin protección y sin escolta", recuerda Harry. "Ellos solo querían ser libres, amar y ser felices, no tenían ningún plan, es que no había plan", cuenta Tyler Perry, que se encargó de llevarlos hasta Los Ángeles y mantenerlos a salvo hasta que tuvieran donde ir. "Todos los días buscaba en Google para comprobar que nadie supiera que estaban en mi casa", cuenta el actor.
En plan funcionó durante seis semanas, pero el mismo medio que les había seguido en Canadá descubrió su ubicación en Los Ángeles. "Aquí viven un montón de celebridades, pero nunca habíamos sufrido un ataque así, aquello fue una locura", cuenta el actor mientras el documental muestra como los helicópteros y los drones sobrevolaban la propiedad e incluso descubrieron que habían cortado una verja para colarse en el jardín. En ese momento se habló de que Tyler Perry y Meghan Markle podrían ser amigos del pasado, tener amigos comunes o simplemente se especuló con que fuera un alquiler al uso y que no existiera relación entre ellos. Si hubo un acuerdo económico es algo de lo que no se habla en este documental, ya que ambas parten los presentan como un gesto de bondad por que el Tyler Perry invitó a los duques de Sussex a esa propiedad en la que él no residía en ese momento durante el tiempo que necesitaran.
El padrino de Lilibeth, un verdadero honor
"Archie dio sus primeros pasos aquí, en esta casa", cuenta Meghan mostrando cómo Tyler Perry se convirtió en una especie de ángel de la guarda cuando más lo necesitaban, al tiempo que la Casa Real británica comenzaba a cortar sus lazos. La relación entre ellos se estrechó de tal manera que los duques de Sussex le pidieron al actor que fuera el padrino de Lilibet. "¿Significa que tenemos que ir y montar un número en la iglesia con toda la familia porque no quiero hacerlo? Podemos hacer una pequeña ceremonia aquí y si luego tenéis que ir allí lo hacéis, y así fue", cuenta Tyler Perry reconociendo que para él fue un verdadero honor.