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Tenía todo el apoyo del mundo, pero en cuestión de meses y casi en paralelo a su primer embarazo, todo se vino abajo. Las críticas la golpearon de lleno y desde todos los frentes. Meghan no daba un solo paso sin que arreciara la tormenta. Y, por supuesto, se la responsabilizaba de todo. Y en ese todo, también estaba el trato al personal y un supuesto comportamiento inaceptable. Acusaciones ante las que la duquesa reaccionó con tristeza calificándolas de afirmaciones engañosas y dañinas, aunque no pudo pararlas.
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Desde entonces las renuncias de sus empleados siempre han estado a la orden del día en su vida y, ahora, también en la de Harry. Tantas que para la prensa inglesa resultan excesivas. Y lo cierto es que han echado las cuentas y medios como The Telegraph han publicado que son al menos catorce las personas que han dejado sus puestos desde su boda (2018) ya sea por razones personales; por crecimiento profesional ante nuevas oportunidades o porque no han podido lidiar con las exigencias laborales por más de dos años.
Nunca antes los trabajadores de palacio se habían quejado de acoso. Buckingham hizo una investigación sobre la experiencia laboral que vivieron junto a Meghan y lo sucedido fue archivado
Las últimas, coincidiendo con el lanzamiento en Netflix de su docuserie, Harry & Meghan, marca la pauta para dos trabajadoras fundamentales. Una de ellas es la periodista y productora Rebecca Sananès, exjefa de audio en Archwell (fundación del matrimonio), quien estuvo algo más de un año a cargo del podcast, Archetypes, con Meghan. Las razones no han salido a la luz, pero sí se sabe que la sustituirá Serena Regan porque rápidamente actualizó su perfil de LinkedIn. La segunda, Mandana Dayani, presidenta de la Fundación Archewell, quien había sido calificada como una de las ‘salvadoras’ de Meghan y Harry, tras su cambio radical de vida. Según un portavoz, su salida se produjo de mutuo acuerdo -seguirán siendo amigos-, después de 18 meses y sin que se planee un reemplazo. A partir de ahora, serán los duques los que asuman el “total liderazgo” de su empresa.
En marzo de 2021, Archewell también perdió a Catherine St-Laurent , directora ejecutiva fundadora y jefa de gabinete de los duques, antes de cumplir un año en la oficina. Y, poco tiempo después, volvió a llamar la atención la salida de Toya Holness , quien había sido nombrada secretaria de prensa global.
Tampoco fue fácil el camino que recorrieron con su docuserie. De hecho, el primer director contratado, Garrett Bradley, fue sustituido por Liz Garbus.
Las razones de tantas renuncias se mantienen en secreto, pero no dejan de levantar sospechas llegando a la conclusión algunos medios de que son muy pocos los que quieren trabajar con Meghan y Harry. Y también que esto viene de lejos. Exactamente desde 2017, cuando se publicó que amenazó con despedir a su asesor de relaciones públicas, Keliegh Thomas Morgan, por un titular que no era de su agrado.
Otro caso sonado fue el de Edward Lane Fox, al que la propia Meghan calificó de “regalo del cielo”. Fue el secretario privado del príncipe durante cinco años -se ocupó de mejorar su reputación tras los escándalos de su juventud-, y lo ayudó a crear los Juegos Invictus, pero dejó su puesto nada más regresar el matrimonio de su luna miel.
Meses después, tras medio año de trabajo, la asistente personal de la duquesa, su “sombra y mano derecha”, Melissa Touabti, también renunciaba de forma inesperada, nada más regresar los duques de la famosa gira por Oceanía.
No fue la única. Le siguió la secretaria privada de Meghan, Samatha Cohen, quien trabajó con la reina Isabel II desde 2001 y no duró más de medio año en el puesto que había sido asignada, aunque se dijo que todo estaba programado.
Fue tachada de “arrogante y déspota”, la llamaban ‘huracán Markle’ y ‘duquesa difícil’; y ahora se refieren a ellos como ‘Los Kardashian’
Y la lista de nombres sigue, aunque solo algunos trabajadores de Kensington se han atrevido a acusarla de hacerles bullying. Y fue grave. Nunca antes el personal de palacio se había quejado de abuso y de acoso; y en Buckingham se decidió abrir una investigación secreta para preservar la confidencialidad de quiénes participaron en el informe -trabajadores actuales y antiguos- sobre su experiencia laboral junto a la mujer del príncipe Harry.
Según los denunciantes, Meghan daba instrucciones a su equipo desde las cinco de la mañana en forma de correos electrónicos y mensajes de texto y los tenía aterrorizados. Desde el principio, la duquesa negó las acusaciones y su representante dijo a HELLO! que “la Duquesa está entristecida por este último ataque a su persona, sobre todo como alguien que ha sido objeto de acoso y que está profundamente comprometida con apoyar a aquellos que han vivido dolor y trauma”.
Se entiende que con contratos de confidencialidad de por medio, difícilmente se conocerán las razones de tantos cambios en el personal de los duques de Sussex, pero lo que sí ha trascendido es que las palabras “arrogante y déspota” estuvieron bastante presentes en palacio; y que era conocida como ‘huracán Markle’ -no quería seguir recomendaciones ni indicaciones- y ‘duquesa difícil’. Una lista de apodos que no concluye. Ahora, según The Mirror, algunos miembros del personal de la casa se refieren a ellos como ‘Los Kardashian’, por la forma en que intentan llamar la atención. Como dice el príncipe en su docuserie, “Nadie sabe lo que pasa a puerta cerrada”.