La relación de Meghan Markle con su familia paterna no ha sido nada sencilla en los últimos años. Desde que comenzó su noviazgo con el príncipe Harry, su progenitor y sus hermanos por parte de padre, mayores que ella, han vertido duras acusaciones contra la duquesa de Sussex asegurando, que, tras entrar en la familia real británica, los había dejado de lado, e, incluso, que no se había preocupado del delicado estado de salud de su padre.
Las duras declaraciones de su familia causaron mucho dolor a la que fuese protagonista de Suits, en especial, porque perjudicaron a una persona a la que tiene un especial cariño: su sobrina Ashley. En el tercer episodio del documental Harry y Meghan podemos escuchar por primera vez el testimonio de esta mujer, hasta ahora desconocida para el público, y el porqué no pudo asistir a la boda de su querida tía.
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Ashley es hija de Samantha, la hermana de Meghan. Sin embargo, cuando tenía dos años empezó a vivir con sus abuelos paternos que se acabaron quedando con su custodia legal. Cuando era una adolescente, retomó el contacto con su progenitora y entró en la vida de Meghan. La cuñada del heredero al trono de Inglaterra y ella empezaron a hablar por correo electrónico. Pronto se dieron cuenta que tenían numerosas cosas en común, como una edad parecida o el deseo de tener una familia sólida y unida, lo que les llevó a establecer una conexión más allá del mundo virtual, viajando juntas y convirtiéndose en confidentes y amigas. "Para mí Meghan es un poco todo, mi hermana, mi madre, mi mejor amiga", declaraba con cariño Ashley.
En cambio, Meghan y su sobrina fueron perdiendo el contacto paulatinamente, puesto que la duquesa de Sussex quiso proteger a su sobrina cuando comenzó a estar en el ojo del huracán. "Los medios empezaron a someter a Ashley a mucha presión por asociación y no quería que se viese involucrada en todo este drama". Aunque a Ashley le apenaba no poder estar tan cerca de su tía, siempre la defendió."Sentía que la comunicación era menos frecuente y me daba la impresión de que sus relaciones estaban siendo controladas en ciertos aspectos", declaraba con pena, pero mostrando compresión.
Una invitación que nunca llegó
Cuando se iba a celebrar el enlace entre el príncipe Harry y Meghan Markle, los ataques por parte de su familia paterna se incrementaron, incluso el exdirectivo cinematográfico llegó a vender a algunos tabloides un montaje, por lo que desde palacio se tomó la decisión de que no fuesen invitados a la boda. Un veto que acabó por perjudicar a Ashley, ya que alegaban que si la hermanastra no iba era extraño que fuese la sobrina. Meghan fue la encargada de darle la triste noticia que cayó como un jarro de agua fría en Ashley, lo que la llevó a dejar de hablar con su madre. "Me dolió, pero lo entendí. Por culpa de mi madre esa relación que era tan importante para mí se estaba resintiendo, sus ataques estaban llenos de rencor", finalizaba su intervención mientras dejaba claro que Meghan sigue ocupando un lugar esencial en su corazón. Un sentimiento que es mutuo por parte de la duquesa de Sussex.
Escucha el primer episodio del podcast de ¡HOLA! 'Harry y Meghan: jaque a la Reina. Todos los episodios disponibles aquí.