Relajados, muy sonrientes, con ropa informal y abrazando a Amanda Gorman, una poeta conocida por su activismo feminista y antiracista. Esta ha sido la última imagen que ha trascendido de los duques de Sussex, compartida por la propia escritora después de participar en el podcast Archeotypes, de Meghan Markle. La fotografía es rádicalmente diferente a las que coparon la prensa internacional hace justo cinco años: el día en que anunciaron su compromiso.
Entonces también había sonrisas, estaban felices, pero también mucho nerviosismo. Meghan Markle, con una inolvidable gabardina blanca con lazada a la cintura, no soltaba la mano del príncipe Harry, que estaba visiblemente tenso, como siempre que tenía que enfrentarse a una lluvia de flashes de los fotógrafos. Más adelante explicaría el importante papel que jugó está aprensión, acentuada tras la muerte de su madre, Diana de Gales, en su decisión de cambiar de vida. Pero volvamos al 27 de noviembre de 2017. Era su primer posado en los jardines de Kensington. La pareja representaba el futuro de una monarquía más moderna y abierta. Meghan Markle era una rara avis en la Corte. Norteamericana, actriz, natural, con dominio de las cámaras y cercana, quizás demasiado para los protocolos reales de Buckingham.
Así ha cambiado el cuento
En su primera entrevista tras anunciar su compromiso la pareja se mostró enamorada e ilusionada con el futuro que tenían por delante. Contaron cómo se conocieron, cómo el Príncipe le pidió matrimonio, y la excelente acogida de Meghan en la familia real. Mucho ha cambiado el cuento desde entonces y para muestra la última imagen de la pareja. Están en Estados Unidos, donde se mudaron hace ya más de dos años cambiando el palacio por una lujosa mansión en una exclusiva zona de California. Visten ropa de manera muy informal y la sonrisa del hijo del rey de Inglaterra es, sencillamente, la de una persona feliz y tranquila.
Entre ellos posa una mujer que lucha por muchas de las causas que Harry y Meghan quieren impulsar desde la fundación que pusieron en marcha tras su salida de la casa real. Se trata de Amanda Gorman una poeta y activista contra la opresión y el racismo a la que la duquesa de Sussex entrevisto en su podcast. Porque tiene un podcast, sí, algo inimaginable de seguir entre los muros de Palacio. Meghan siempre ha tenido mucho que decir. Para convertirse en miembro de la familia real tras su matrimonio tuvo que dejar la interpretación y también cerrar un blog en el que expresaba muchas de sus inquietudes. Ahora, los Sussex han puesto en marcha varias iniciativas audiovisuales para hacer oir su voz y, además, ella tiene su propio espacio en el que trata de empoderar a las mujeres negras derribando mitos y estereotipos.
El príncipe Harry y Meghan Markle, premiados por su denuncia del racismo en la monarquía británica
En la foto no salen, pero también han formado una familia de cuatro al otro lado del charco. Si bien Archie nació en Londres, donde fue bautizado junto a los Windsor, la benjamina, Lilibet Diana, de un año y medio, ha sido la primera bisnieta de Isabel II que ha nacido fuera de Reino Unido.
Al fin tienen el final feliz que buscaban para ese cuento que comenzó hace cinco años, aunque por el camino se haya resquebrajado la excelente relación que aseguraban mantener con el ahora rey Carlos, o con los duques de Cambridge. Son independientes y no solo para impulsar sus propios proyectos e iniciativas, sino también para mostrar su desencanto con algunas de las situaciones vividas en el seno de la familia real y airearlas en prime time. Aquella demoledora entrevista con Oprah Winfrey puso la puntilla a su distanciamiento con los Windsor y la próxima biografía del príncipe Harry apunta a ser otra bomba para Buckingham.
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