No hace tanto el príncipe Andrés era conocido como el héroe de las Maldivas. Hoy, la palabra 'polémica' se ha convertido en casi un epíteto de su nombre y sus honores militares fueron retirados por decisión de su madre, Isabel II. Hace tres años que el duque de York abandonó la vida pública esperando que la tormenta mediática amainase, pero nada más lejos de la realidad. Aquella decisión fue solo el principio de un camino que le ha llevado prácticamente al ostracismo en los primeros meses de reinado de Carlos III.
El príncipe Andrés: el destierro del favorito
En 2019 abandonó sus deberes institucionales e Isabel II fue implacable como Reina, pero le dio su lugar como hijo. Se apoyaba en él, como demostró en la misa en recuerdo al duque de Edimburgo en la que acompañó a su madre llevándola del brazo en la abadía de Westminster. Tras el ascenso al trono de su hermano, todo apunta a que la puerta a una posible vuelta a la vida pública está más cerrada que nunca.
Mucho ha llovido desde que el duque de York consideró que conceder una entrevista a la BBC podría servir para zanjar toda polémica. Los Windsor no tienen buena experiencia con las entrevistas y esta no fue una excepción. Hacía meses que su relación con el financiero Jeffrey Epstein, que apareció muerto en su celda mientras esperaba para ser condenado por abuso de menores, había levantado una enorme polvareda mediática y sus explicaciones en prime time estuvieron muy lejos de convencer a la opinión pública. Tan solo unos días después emitió el comunicado en el que anunciaba su retirada de la vida pública. Tal vez esperaba poder dar marcha atrás en algún momento, pero, de nuevo, los acontecimientos no contribuyeron a mejorar la situación.
El proceso legal abierto después de que una mujer, Virginia Giufree, le demandara por abusos, se dilató hasta este 2022 y fue la puntilla a su destierro público. La Justicia decidió que la denuncia no se archivaba y la Reina se vio obligada a tomar la difícil decisión de despojar a su hijo de sus títulos militares, de su dignidad de alteza y de sus patrocinios reales. Según desveló la prensa británica, Isabel II tomó está decisión tras una cumbre express con Carlos de Inglaterra y el príncipe Guillermo. Finalmente, la sangre no llegó al río y el duque de York logró esquivar la temida imagen de un Windsor en el banquillo con un acuerdo extrajudicial. El pacto entre las partes para no ir a juicio era de 14 millones de euros y que sería la propia soberana británica la que ayudaría a su hijo a pagar la deuda con sus fondos privados, según The Telegraph.
No volvió a la vida pública, pero su madre sí dejó claro entonces que en privado seguía siendo un pilar. Carlos III no parece que vaya a darle ese lugar. Sus principales apoyos siempre han estado en su círculo más íntimo: su exmujer, Sarah Ferguson y sus dos hijas, quienes siempre han cerrado filas con él. El Rey tiene en mente diseñar una monarquía más reducida y no se espera que tenga cabida su hermano menor. Si con alguien tendrá que encontrar el equilibrio entre el amor y el deber para lidiar con según qué situaciones será, en todo caso, con su hijo, el príncipe Harry, también retirado de sus funciones reales y también protagonista de un sinfin de polémicas, aunque de índole muy diferente.
Haz click para ver ‘El príncipe Andrés, en el punto de mira’, un programa especial sobre la figura del príncipe Andrés y su relación de amistad con el multimillonario Jeffrey Epstein, condenado por abuso de menores, y fallecido en extrañas circunstancias en una cárcel de Nueva York. Puedes ver más en la nueva plataforma de vídeo ¡HOLA! PLAY, donde encontrarás programas de cocina, moda, decoración y documentales biográficos de ‘royals’ y ‘celebrities’. ¡No te lo pierdas!