Con el fallecimiento de Isabel II el pasado 8 de septiembre comenzaba una nueva etapa para su primogénito, Carlos III, quien está ya dando los primeros pasos que marcarán su jefatura del Estado. Una vez finalizado el periodo de luto por la histórica soberana, que se ha extendido durante dos semanas, los Reyes han viajado este lunes hasta Escocia para un acto que "alegraría el corazón de mi querida madre", según ha explicado el propio monarca. En el país constituyente del Reino Unido han declarado a Dunfermline como una nueva ciudad, reconocimiento que fue otorgado a ocho localidades durante el Jubileo de Platino de la Reina y que ahora se ha hecho realidad.
El rey Carlos ha acudido vestido con una tradicional falda escocesa en tonos azules y acompañado por la reina consorte Camilla. Han sido recibidos en Dunfermline, donde hay cerca de 60.000 habitantes, por una gran expectación y mucho cariño. El monarca y su esposa, muy cercanos, no han dejado de saludar a los vecinos que esperaban con entusiasmo esta visita real en la que ha actuado un grupo de gaiteros y en la que ha participado la Primera ministra, Nicola Sturgeon, quien ha sido abucheada. Durante más de cinco minutos han estrechado las manos de los escoceses que esperaban tras unas vallas desde hacía horas para darles la bienvenida y también compartir conversaciones fugaces.
Los Reyes han estado en el Ayuntamiento, donde se ha celebrado el acto oficial en el que Carlos III ha entregado la Carta Patente firmada por la Reina Isabel II que reconoce como ciudad a Dunfermline, ubicada al oeste del Reino de Fife y antigua capital de Escocia a mediados del siglo XI. Durante la visita, el monarca ha dejado un mensaje en un libro de visitas y en ese instante ha bromeado sobre los problemas que ha tenido en las últimas semanas para firmar, momentos que se han hecho virales. Al entregar la pluma a la reina Camilla le ha dicho entre risas: "Estas cosas son muy rebeldes".
-Primera imagen de la tumba donde se encuentran los restos mortales de Isabel II junto a su marido
En su intervención, el jefe del Estado ha asegurado: "No podría haber una forma más adecuada de conmemorar la extraordinaria vida de servicio de mi amada madre que otorgar este honor a un lugar que se hizo famoso por su larga y distinguida historia, y por el papel indispensable que ha desempeñado en la vida de nuestro país". Ha añadido que uno de los cimientos de la vida de su madre fue su profundo amor por Escocia, precisamente donde falleció, en el castillo de Balmoral, a los 96 años. También han visitado la abadía de Dunfermline, con 950 años de historia.
Regreso al palacio donde se celebró la capilla ardiente de la Reina
La siguiente parada de esta primera visita de los Reyes tras finalizar el periodo de luto ha sido Edimburgo, donde han participado en una recepción con las comunidades británicas del sur de Asia, a las que ha agradecido su contribución en la vida del país. El acto, en el que han participado unas 200 personas de origen indio, pakistaní, bangladesí, srilanqués, nepalí, butanés y maldivo, ha tenido como escenario el Palacio de Holyroodhouse, un lugar lleno de recuerdos para Carlos III ya que es donde se celebró la primera capilla ardiente de Isabel II.
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