Un nuevo libro sobre los días más frenéticos que vivieron los príncipes Harry y Meghan Markle y que cambiaron sus vidas para siempre saldrá próximamente a la venta. En los extractos de Cortesanos: el poder oculto detrás de la Corona, de Valentine Low, se narran los momentos más delicados y cómo se gestionó la crisis del Megxit en la que Isabel II tomó cartas en el asunto y acabó con los duques de Sussex abandonando la Familia Real británica y mudándose a California.
Los fragmentos inéditos han salido publicados en The Times cuentan los entresijos de lo que se llamó la cumbre de Sandringham y que tuvo lugar sólo cinco días después de que los duques anunciaran el 8 de enero de 2020 sus planes de dar marcha atrás en sus deberes monárquicos. Durante las deliberaciones iniciales, la Reina quería que todos trabajaran rápidamente para encontrar una solución cuanto antes. En los días siguientes se llevaron a cabo reuniones en Clarence House, la casa del entonces príncipe Carlos, incluidos sus secretarios, antes de que las conclusiones se trasladaran al Palacio de Buckingham.
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En estas reuniones se presentaron cinco escenarios posibles para satisfacer los deseos de los duques de Sussex. Así, se contemplaban las opciones de ofrecerles un mes al año para sus propias actividades o asumir solo una pequeña cantidad de compromisos y pasar la mayor parte de su tiempo realizando otras funciones ajenas a la Corona. Estas posibilidades estarían sujetas a unas reglas para no aceptar trabajos por los beneficios que pudieran darles.
Un exmiembro de Palacio cuenta en el libro que: “Creo que Meghan pensó que iba a ser la Beyoncé del Reino Unido. Ser parte de la Familia Real le daría ese reconocimiento. Mientas que lo que descubrió fue que había tantas reglas que eran tan ridículas que ni siquiera podía hacer las cosas que hacía como persona privada, lo cual era difícil".
Según el autor, fue la propia Isabel II quien sintió que, a menos que la pareja estuviera dispuesta a seguir las reglas que se aplican a todos los miembros de la realeza que están en activo “no se les permitiría llevar a cabo deberes oficiales”. “Había una visión muy clara: no se puede entrar y salir”, dijo una fuente a Low.
Además, la pareja se sintió “arrinconada e incomprendida'' por Palacio debido a la “inflexibilidad inicial “ en torno a su solicitud. Inicialmente, el príncipe Harry envió un correo electrónico a su padre en el que le explicaba sus preocupaciones y deseos de mudarse a Estados Unidos, pero se le dijo que requería una “conversación familiar adecuada” que no podría llevarse a cabo hasta al menos el 29 de enero de 2020. Esto, según narra el libro, fue mal recibido por la pareja, que esperaba resolver rápidamente el asunto después de haber cursado su petición.
Acto seguido, el Príncipe decidió preparar una reunión privada con la Reina que se canceló porque le dijeron a Harry que su abuela ya no estaba disponible y que había habido una confusión con las citas de su agenda. Para algunos, esto se vio como un movimiento del duque de Sussex para intentar ganarse la confianza y el apoyo de la Reina antes de iniciar otro tipo de conversaciones más amplias con otros miembros de los Windsor. “Existía el peligro de que dos personas interpretaran de manera muy diferente una conversación privada”, dijo una fuente al escritor. La determinación de Harry de Inglaterra fue tal que incluso estudió la posibilidad de presentarse sin previo aviso en Sandringham para hablar con la monarca, pero finalmente decidió no hacerlo.
A todo esto, y según se cuenta en el libro, se le suma que algunos asistentes de Palacio afirmaron que Meghan se quejó de que no se la pagara por hacer giras reales, concedió la entrevista a Oprah, seis meses antes del Megxit, y algunos de los miembros de su equipo se quejaron por el trato intimidatorio que habían recibido de la duquesa de Sussex. Los abogados de Meghan negaron el año pasado estas acusaciones.
En el viaje por Australia, que hicieron en octubre de 2018, Meghan no entendía por qué tenía que estrechar la mano a la gente o dar largos paseos, informa el libro. En otro de los extractos se cuenta que la pareja recibía constantemente regalos de empresas de moda, perfumería y joyería cuando vivían en el Palacio de Kensington y que su asistente personal rechazaba los obsequios de lujo siguiendo el protocolo de que los miembros de la Familia Real no aceptan presentes comerciales, lo que, según se cuenta en el libro, provocó enfrentamientos con Meghan.