Hasta que el mundo conoció su relación con Carlos III, entonces príncipe de Gales, Camilla, la mujer del nuevo soberano británico, había tenido una vida tranquila. Primero como Camilla Shand y después como Camilla Parker-Bowles. Vivía en el anonimato y llevaba una vida acomodada, centrada en sus hijos y disfrutando del cuidado de sus caballos. Todo esto cambió en 1992 cuando el mundo descubrió la relación que mantenía con el entonces príncipe de Gales. Aquí comenzó para ella, a los 45 años, una vida totalmente diferente a la que había conocido y este solo sería el principio de un largo camino en el que tendría que resurgir en múltiples ocasiones. Ahora, con 75 años, convertida ya en reina consorte, por expreso deseo de Isabel II, vuelve a demostrar que para ella nunca es tarde para volver a empezar.
Aunque se ha extendido la idea de que el fallecimiento de Diana de Gales en 1997 les permitió a Carlos y Camilla avanzar en la historia de amor que había nacido entre ellos a comienzos de los años setenta, varios biógrafos reales británicos opinan que fue justo lo contrario, ya el Reino Unido vivió tan intensamente esa pérdida que parecía poco conveniente que el entonces heredero de la Corona rehiciera su vida a pesar de haber firmado el divorcio un año antes de la muerte de su exmujer. Eso sin olvidar, que la popularidad de los nuevos reyes entonces estaba tocada, sobretodo desde 1995 cuando Diana concedió la polémica entrevista a la BBC en la que verbalizó las infidelidades de su matrimonio.
No fue hasta 1999 cuando la pareja, apoyada por un equipo de trabajo que sabían que para Carlos consolidar su relación con Camilla era una prioridad, cuando se atrevieron a dejarse ver por primera vez juntos en público. Así Camilla volvía a empezar, está un viaje con múltiples paradas para lograr quitarse el cartel de "amante" y demostrar que la suya sí era una historia de amor real, como el tiempo ha demostrado. En el 2000 fue Isabel II la que dio un paso adelante y aceptó coincidir con ella en el 60º cumpleaños del rey Constantino de Grecia; un año después fue el príncipe Guillermo el que estuvo con ella en un acto público repleto de editores de periódicos, una fiesta de la Press Complaints Commission en Somerset House. La pareja fue de este modo dando tímidos pasos, hasta que Isabel II no le quedó otra opción que autorizar una boda civil para normalizar la vida sentimental de un príncipe que ahora es la cabeza de la Iglesia anglicana.
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Camilla da un paso más en el largo camino que la convertirá en reina consorte
Con esta boda, celebrada en el año 2005 en Windsor, Camilla volvía a empezar cuando estaba cerca de los 60 años. En ese momento se convirtió en la duquesa de Cornualles y ese título venía con obligaciones, familiares y oficiales, además de una agenda propia, algo que, a priori, no entraba en sus planes. El reto era claro, tenía que ganarse a los británicos y lo hizo, hasta que hace unos meses fue la propia Isabel II la que reconoció su leal servicio y expresó el deseo de que Camilla recibiera el título de reina consorte, el mismo que había llevado su madre durante los años en los que reinó su padre, Jorge VI.
Ahora Camilla, a los 75 años vuelve a empezar, como mano derecha del soberano británico, que en su primer discurso ya ha agradecido su el "leal servicio" de su "querida esposa " y ha asegurado ante la nación que ella sabrá estar a la altura de las exigencias. ¿Qué esperan de ella? La respuesta es clara, que siga haciendo lo mismo, es decir, apoyar al rey Carlos, que es lo que viene haciendo desde los años setenta y desde hace 17 años como esposa. Los títulos han cambiado pero Camilla no, la eterna compañera del eterno heredero, ya que ha trascendido en varias ocasiones que es una figura que falicilita el trabajo ya que conoce a la perfección al rey Carlos. En ese sentido su papel estará previsiblemente unido al del reinado de su marido, siendo difícil que se extienda en el tiempo en el caso de que fallezca él antes que ella, ya que a diferencia de lo que sucedió con la Reina Madre, que conservó mucho peso dentro de la Casa Real una vez fallecido Jorge VI, ella no es la madre del heredero. En ese caso, Camilla volverá a empezar.