Meghan rompió a llorar al despedirse de la Reina y volver al lugar donde se casó

Han sido días de muchas emociones, de sentimientos encontrados, de recuerdos que han vuelto a la memoria... Harry y Meghan viajaron a Londres por diversos compromisos, pero no se imaginaban que durante su visita fallecería la reina Isabel II. Coincidencias de la vida o caprichos del destino, los duques de Sussex estaban en suelo británico cuando todo sucedió y han podido recuperar la posición que habían perdido tras renunciar a su papel como miembros de la Familia Real británica (al menos durante los actos que se han celebrado esta última semana). 

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Les hemos visto junto al rey Carlos III y el resto de los Windsor en el último adiós a la Reina en la Abadía de Westminster. Se ha celebrado un histórico funeral de Estado al que han acudido más de 2.000 personas, aunque muchas miradas estaban puestas en ellos. Para despedir a la soberana británica, Meghan se decantó por un sofisticado look, combinando un elegante diseño con capa y una pamela curvada de rafia. 

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Al llegar al templo vimos con gesto serio y cabizbaja, aunque realmente fue después del servicio religioso cuando no pudo evitar la emoción y rompió a llorar. Meghan protagonizó estas imágenes tan significativas que demuestran que, pese a todo lo que han vivido estos últimos años (todas las polémicas, todos los desencuentros, todas las batallas...), Isabel II era intocable, tanto para ella como para Harry. Y es que podría decirse que la Reina era su único apoyo dentro de la familia.

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Las lágrimas de Meghan han sido muy comentadas en medios internacionales, redes sociales... pero también lo ha sido otro detalle que no ha pasado desapercibido. La que fuera protagonista de la serie de televisión Suits lució un maquillaje muy intenso, destacando especialmente la mirada. Meghan no solo se perfiló los ojos con un lápiz de color negro, sino que también utilizó unas sombras en tonos rosas con efecto metalizado.

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Por lo que se aprecia en las fotos, también podría haber recurrido a las pestañas postizas y, además, lució sus cejas más definidas, más oscuras y más gruesas. Un look que nada tiene que ver con el que llevaba cuando era royal. El maquillaje llevaba el 'sello Meghan' en cuanto a su piel, siempre natural y muy luminosa, y labios en tono rosa claro. 

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Estas imágenes de Meghan cobran aun más significado no solo por su emoción al despedirse de la Reina sino porque también se han producido al regresar al lugar en el que se casó con el príncipe Harry. Tras el funeral de Estado en la Abadía de Westminster, todos pusieron rumbo al Castillo de Windsor, donde tuvo lugar un último adiós cargado de simbolismo: un servicio religioso en la capilla de San Jorge al que acudió la Familia Real británica al completo, miembros de la realeza y algunos integrantes del personal.

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Sin duda alguna, les habrán venido a la mente los preciosos recuerdos de aquel 19 de mayo de 2018, cuando, en esa misma capilla, Harry y Meghan se prometieron amor eterno. Desde entonces, han pasado muchas cosas y todo ha cambiado de manera radical, ya que decidieron romper lazos con los Windsor y marcharse a Estados Unidos para empezar una nueva vida.

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Lejos de sus hijos

Además de todo, hay que recordar que Meghan lleva muchos días separada de sus hijos, Archie, de tres años, y Lilibet, de uno. Los duques de Sussex, que tienen fijada su residencia en Estados Unidos, confirmaron que van a permanecer en Londres hasta el final del luto por el fallecimiento de la reina Isabel (que, según anunció el rey Carlos III, terminará siete días después del funeral), sin embargo, sus dos hijos han permanecido todo este tiempo en su casa de California con la madre de Meghan, Doria Ragland. Archie y Lilibet ya llevan más de dos semanas separados de sus padres, por eso, se había especulado con la posibilidad de que Doria y los niños volaran a Reino Unido para reencontrarse con sus padres. Por el momento, no ha trascendido más información al respecto, así que todo apunta a que Archie y Lilibet siguen en Estados Unidos.

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