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La polémica persigue al príncipe Harry y Meghan Markle allá donde vayan o les dejen ir, en esta ocasión por su ausencia en la recepción que Carlos III y su esposa organizaban este domingo en el Palacio de Buckingham. Los duques de Sussex no han estado presentes en el acto bienvenida que, presidido por el actual monarca y la Reina consorte, se daba en Londres a los jefes de Estado llegados desde todos los rincones del planeta en la víspera del funeral de Estado por Isabel II que se celebrará mañana lunes.
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Primera imagen de Harry y Meghan con el rey Carlos III
Les invitaron por error a la cita
La controversia que afecta al hijo menor del soberano y su mujer viene porque, en un principio, sí habían sido invitados a dicho encuentro a través de una carta que le llegó a principios de esta semana. Sin embargo, según los funcionarios que trabajan para la Casa Real, aquel envío se debió a un fallo de comunicación ya que la cita estaba exclusivamente reservada para los miembros activos de la monarquía. Por si esto fuera poco, la bola se ha ido haciendo más grande ya que nadie habría comunicado directamente este error de protocolo a los propios interesados.
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Es decir, que Harry y Meghan se habrían enterado por la prensa que no tenían permiso para acudir a la importante cita con los líderes mundiales y los máximos representantes de las Casas Reales, donde sí estaban esta tarde los príncipes de Gales, Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, así como la princesa Ana y los condes de Wessex. En cualquier caso, la no presencia de los Duques tampoco ha sido una gran sorpresa, puesto que ya este sábado por la mañana tampoco acudieron al almuerzo que el Rey dio a los gobernadores de los países de la Commonwealth en el mismo Buckingham Palace.
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La profunda decepción de Harry durante la vigilia a su abuela
Lo que se confirma una vez más es la limitada libertad de movimientos para actos oficiales que se ha otorgado a los Sussex en todo lo relacionado con las exequias de Isabel II, hecho que no es de extrañar tras renunciar ellos mismos voluntariamente a sus deberes y privilegios con la Corona desde enero de 2020. El príncipe Harry ha comprobado en los últimos días cómo esta decisión le sigue pasando factura, tal y como ocurrió ayer durante la vigilia en Westminster Hall a su abuela.
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En esa cita cargada de simbolismo, al hijo menor del Rey se le concedía una dispensa especial para que volviera a lucir su uniforme militar después de tres años sin poder hacerlo. Sin embargo, lo que en un principio parecía un claro acercamiento con los suyos, resultó para él todo lo contrario. El duque de Sussex se mostraba completamente decepcionado al percatarse que las iniciales ER (Elisabeth Regina) de la Reina fueron eliminadas del hombro de su traje de las Fuerzas Armadas, mientras hacía la guardia de honor junto al féretro.
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Para más inri, al duque de York sí se le permitió un día antes conservar esas letras de su madre en su indumentaria de vicealmirante en la vigilia que hizo junto a sus hermanos. Algo que llama la atención puesto que el príncipe Andrés fue apartado de sus funciones con la Corona este pasado invierno, tras su implicación en el escándalo del llamado caso 'Epstein'. Viendo lo ocurrido, la prensa inglesa asegura que Harry se habría sentido agraviado e incluso pudo llegar a plantearse no llevar su atuendo del ejército durante el acto en homenaje a la soberana.
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