Castillos, palacios, joyas, tierras, ducados, islas, caballos, salinas, obras de arte e incluso cisnes, el patrimonio de Isabel II, según Forbes, podría estar en torno a los 500 millones de euros. A su muerte, el pasado 8 de septiembre a los 96 años de edad y después de haber estado 70 años en el trono, deja un testamento cerrado que no se hará público a menos que haya una filtración. A su fortuna personal se suman otros negocios familiares como el Crown Estate, una colección de tierras e inversiones que pertenecen a la monarquía británica, se gestionan de forma pública y sobre las que reciben un porcentaje. Por otro lado, está lo que se considera el "bolsillo privado" y esos son los lucrativos ducados de Lancaster y de Cornualles, este último es el que pone una fortuna millonaria en manos de Guillermo y Kate, los nuevos duques de Cornualles y príncipes de Gales.
Fue en 1337 cuando el rey Eduardo III creó el ducado de Cornualles, compuesto por el título y el ducado en sí, para el sostenimiento económico de su heredero, un ducado que pasa de forma automática y que ha ido evolucionando desde los tiempos feudales pero que en síntesis es una propiedad privada destinada a financiar las actividades públicas, caritativas y privadas del príncipe de Gales y de su familia. En ese sentido, hay que recordar que título de príncipe de Gales y el duque de Cornualles siempre los ostenta la misma persona, el hijo mayor del soberano. Sobre esto hay que hacer un matiz, ya que aunque se habla de actividades públicas, a día de hoy, los miembros en activo de la Casa Real británica también reciben una parte de dinero público –la asignación soberana- para el desempeño de sus funciones oficiales.
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Esos activos, los del ducado de Cornualles, Forbes que valen 1.288 millones de euros; lo que sí se sabe con certeza –ya que Carlos de Inglaterra hizo públicas estas cuentas- es que en los últimos años le han dejado un beneficio, como titular de ese ducado, más de 22 millones de euros al año, de los que el príncipe Carlos daba a los príncipes Guillermo y Kate algo más de dos millones de euros al año libres de impuestos, puesto que Carlos pagaba unos cinco millones en concepto de impuestos antes de repartirlos, un gesto voluntario que empezó a hacer desde mediados de los noventa, cuando el tema de la tributación de la Familia Real empezó a levantar ampollas. Harry y Meghan, antes de renunciar a sus derechos y obligaciones, también recibían esa cantidad de dinero al año, lo que cubría, como vinieron a reconocer en ese tenso tira y afloja que se dio tras la ruptura, el 95% de sus gastos anuales.
El resto de la herencia de Isabel II que pueda recibir el príncipe Guillermo es más compleja, ya que estima que el grueso quede en manos de Carlos III por la sencilla razón de que la herencia de soberano a soberano esta libre de impuestos desde la era de John Major, Primer Ministro británico entre 1990 y 1997, que aprobó que el soberano está exento de pagar la tasa del 40 por ciento que habitualmente se aplica para los patrimonios superiores a las 325.000 libras (375.000 euros). Una anomalía justificada para velar por la independencia financiera de la Familia Real de modo que no repercuta en los fondos públicos.
Una larga lista de propiedades
A partir de ahora Guillermo y Kate se verán beneficiados de un ducado que se extiende por 23 condados de Inglaterra y Gales y que comprende una larga lista de inversiones: Poundbury, la comunidad experimental que se empezó a construir en Dorchester a mediados de los noventa, que alberga vivienda privada, empresas y se conoce como la "ciudad príncipe Carlos"; la gestión de la mansión de Kennington en Londres; viveros, tierras agrícolas y ganaderas, aparcamientos, la ciudad costera de Newquay, en la costa norte de Cornualles y uno de los más populares del Reino Unido; más de 270 monumentos antiguos repartidos entre Dartmoor y las Islas Sorlingas; la impresionante Highgrove House, la casa familiar que compró Carlos en 1980 y que está rodeada de tierras de cultivo; también posee la propiedad sobre bosques y aguas, los estuarios de Dart, Salcombe y Kingsbridge, Avon, Tamar, Looe, Helford y Camel y la playa costera alrededor de Cornualles y las Islas Sorlingas; el ducado de Cornualles pose la mayor parte de la tierra de las propias Islas Sorlingas y un tercio de los edificios residenciales, ubicadas a 28 millas de Cornualles; una granja de agricultura ecológica y sostenible que promueve el vínculo entre la alimentación, la agricultura, la salud y el medio ambiente, además de la supervivencia de las razas autóctonas; y varias casas vacacionales que se encuentran en atractivas propiedades en Cornualles, Gales y las Islas Sorlingas, y que fueron decorados por Annabel Elliot, la heramana de Camilla, la nueva reina consorte.