La Vigilia de los Príncipes ha tenido lugar este viernes en Wesminster Hall. Un acto solemne en el que los cuatro hijos de la fallecida Isabel II han velado los restos mortales de su madre. Hasta allí podría acercarse cualquier ciudadano que quisiera presentar sus respetos a la Reina y por supuesto, también estaban en una bancada lateral varios miembros de la familia real, entre los que por primera vez se encontraban bisnietos de la Reina. Lo que más ha llamado la atención ha sido la presencia de las hijas de Zara y Mike Tindall, Mia y Lena, de 8 y 4 años respectivamente. Las dos pequeñas vestían de riguruso luto con sendos trajes negros que han acompañado con un lazo del mismo color. Las niñas estuvieron en todo momento junto a sus primas Savannah e Isla, 11 y 10, hijas de Peter Phillips. Quién no estuvo presente fue el benjamín de la casa, Lucas (1), que, cómo es lógico, por su corta edad, no puede entender el momento de duelo que se está viviendo y sus procedimientos.
No es una situación fácil para nadie, mucho menos para los niños. Kate Middleton, a la que probablemente veremos mañana en la vigilia de los nietos de la Reina, explicó que tan solo su primogénito George, comprendía por completo a la situación, y, por lo tanto, es el único que va acudir al funeral por la memoria de su bisabuela que tendrá lugar el próximo lunes y al que asistirán numerosos jefes de Estado, entre ellos don Juan Carlos y Doña Sofía que compartían una estrecha relación de parentesco con la longeva monarca del Reino Unido. Igualmente, la ahora princesa de Gales compartió con una mujer que se acercó a expresar sus condolencias la tierna de reacción de Louis, de tan solo 4 años, que expresó que al menos la monarca se había se podría volver con el Duque de Edimburgo, un gesto que muestra la inocencia y esperanza de los niños hasta en los momentos más complicados.
La emoción de los cuatro hijos de la Reina en la última Vigilia de los Príncipes en su honor
Isabel II tuvo la fortuna de pasar el último verano rodeada de sus nietos y sus bisnietos en Balmoral, su residencia favorita destinada a las vacaciones y en la que pasó se pudo despedir de todos sus seres queridos. Como venía siendo habitual la soberana se trasladó hasta Escocia a principios de julio recibiendo, usualmente de manera separada, las visitas de sus allegados con los que compartía agradables paseos por los campos que rodeaban a este pequeño paraíso terrenal. Precisamente, pensando en velar por la seguridad de toda la familia Windsor, la soberana había decidido aumentar la vigilancia en torno a estos terrenos.
El príncipe Andrés de uniforme
Otras de las grandes diferencias en este acto de vigilia ha sido la aparición del príncipe Andrés con su informe militar. Cabe recordar que el Duque de York había sido despojado de sus títulos y funciones militares tras haber sido relacionado con el caso Jeffrey Epstein.Sin embargo, desde Buckingham Palace se ha confirmado que, al tratarse de un acto especial como señal de respeto a la monarca, sí que podía hacerlo y Harry, este sábado, también podrá lucir tanto el traje como los galones que obtuvo por los servicios prestados al ejército.