Tras su última noche en el Palacio de Buckingham, donde fue recibida por la familia real al completo, los restos mortales de Isabel II han sido trasladados al Palacio de Westminster, donde los Windsor han vuelto a reunirse para despedir en la capilla ardiente a la Reina. Allí, en la majestuosa sala del Parlamento preparada para la ocasión la Reina Camilia, la princesa de Gales, la condesa de Wessex y Meghan Markle se unían al cortejo fúnegre presidido por Carlos III, al que seguían los príncipes Guillermo y Harry, la príncesa Ana, el príncipe Andrés y el conde de Wessex. Tras ellos iban Peter Phillips y Sir Tim Laurence, hijo y marido de la Princesa Real, el duque de Gloucester, primo de la Reina, y David Armstrong-Jones, conde de Snowdon, el hijo de la princesa Margarita y, por tanto, sobrino de Isabel II. Además, se sumaban a la ceremonia muchos más Windsor, entre los que se encuentran, nietos, sobrinos y primos de la soberana, no todos tan conocidos como los miembros senior de la familia.
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Estas son las joyas, de gran valor sentimental, con las que será enterrada Isabel II
Las nietas de la reina Beatriz y Eugenia de York, acompañadas de sus respectivos maridos, Edo Mapelli Mozzi y Jack Brooksbank, también estaban en el servicio religiososo oficiado por el arzopispo de Canterbury, Justy Welby. Las dos hijas del principe Andrés y Sarah Ferguson estuvieron también la pasada noche en el Palacio de Buckingham después de haber velado a su abuela en Balmoral junto a su padre, sus tíos los condes de Wessex y sus primos, Lady Louise y James, vizconde de Severn. Estos últimos, de 18 y 14 años, han sido los más jóvenes de la capilla ardiente. Los hijos de Eduardo y Sophie de Wessex se han mostrado especialmente apenados y sin apenas contener las lágrimas durante el servicio.
Zara Tindall, la hija mayor de la princesa Ana y Mark Phillips, tampoco ha faltado junto a su marido Mike Tindall. Su hermano, Peter Phillips participaba en el cortejo fúnebre por lo que ocupaba otro lugar en Westminster Hall. Son los nietos mayores de la Reina y, más serenos que los benjamines de la familia, pero con el rictus afligido, despedían, una vez más, a su abuela.
Los primos de Isabel II siempre fueron también grandes aliados de la monarca. El duque de Gloucester, el nieto más joven de Jorge V, formaba parte de la procesión que seguía al féretro. Es un miembro muy discreto y poco conocido para el gran público de la familia real. Sin embargo, junto a la duquesa, posee varios patronatos benéficos y era habitual que representase a la Reina en eventos. Otros primos, e importantes pilares de Isabel II que también se encontraban en la capilla ardiente son los príncipes Michael de Kent, acompañados pro su hijo Lord Frederick Windsor, y el duque de Kent, que estaba muy unido a la soberana. Fue él quien ocupó el lugar del duque de Edimburgo en los últimos desfiles del Trooping the Colour para acompañar a la soberana en el balcón.