El último viaje de Isabel II ha finalizado. Sus restos mortales han llegado a las 20:08 horas (21:08 horas en España) hasta la entrada principal del Palacio de Buckingham, donde esperaba la Familia Real británica para despedirla en la intimidad. El féretro de la monarca iba iluminado en un vehículo con grandes cristaleras en los laterales y en la parte superior para poder verlo desde todos los ángulos. El recorrido en coche desde la base aérea RAF Northolt lo han seguido miles de británicos que, sin importarles las inclemencias del tiempo, han salido a la calle para decir adiós a la Reina. Los aplausos y los vítores han sido incesantes durante todo el recorrido y la mayor parte de los presentes tenían sus teléfonos móviles en la mano para grabar esta parte de la despedida a una monarca histórica.
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Minutos antes de que el reloj marcara las 19:00 horas (las 20:00 hora española) ha aterrizado en medio de una incesante lluvia el vuelo que ha traído los restos mortales de la monarca desde Edimburgo. En el mismo avión, un C17 Globemaster, iban tambiénla princesa Ana; el marido de esta, el vicealmirante Sir Tim Laurence; y el reverendo profesor David Fergusson, decano de la Capilla Real de Escocia. A pie de pista esperaban la Primera Ministra Liz Truss, el secretario de Defensa Ben Wallace, el Mariscal Jefe del Aire Sir Mike Wigston; el Lord Teniente del Gran Londres y el Alcalde de Hillingdon.
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Sobre las 16.00 horas (17:00 horas en España), el ataúd de la Reina ha salido de la catedral de St. Giles de Edimburgo, donde un día antes, el rey Carlos, junto a su esposa, sus hermanos, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo; y sus cuñados, Sir Tim Laurence y Sophie de Wessex, participaron en un emotivo servicio religioso de acción de gracias por la vida de su madre que incluyó cánticos en gaélico escocés. Tras esa misa, todos ellos participaron en la Vigilia de los Príncipes. Fue el particular homenaje que el pueblo escocés quiso hacer a la Reina y que también sirvió para dar la bienvenida al nuevo monarca que recibió las llaves de la ciudad en una ceremonia cargada de simbolismo.
Hasta la catedral se han desplazado la princesa Real y su esposo donde al son de un grupo de gaiteros ha salido la caja de roble cubierta con el estandarte real y portando una corona de flores blancas. Después, ha sido llevado en un coche fúnebre, desde la seo, en el centro de Edimburgo, al aeropuerto donde el silencio solo ha sido roto por los aplausos de la multitud que se agolpaba a los lados del cortejo fúnebre. A su llegada al aeródromo ha sido introducido en el avión por un grupo de guardias, mientras un batallón escocés le rendía los últimos honores. El ataúd ha abandonado las Tierras Altas en un avión que ha tardado una hora en aterrizar en RAF Northolt, al oeste de Londres.
Ya en la terminal, la Princesa Real y su marido, de luuto riguroso, se han dirigido a la aeronave, de dimensiones considerables, donde han sido despedidos por las autoridades locales. El avión es un C-17 Globemaster como los que se han usado recientemente para entregar ayuda humanitaria y armas a Ucrania durante su guerra con Rusia, así como para evacuar personas de Kabul, Afganistán, en 2021. La nave ha echado a andar después de que una banda de música interpretara por última vez el himno God save the Queen en tierras escocesas. Poco después, la aeronave levantó el vuelo rumbo al Palacio de Buckingham.
Desde esta base aérea está siendo trasladado por carretera en coche fúnebre al Palacio de Buckingham, el que ha sido hogar de la monarca durante gran parte de su reinado, exceptuando los dos últimos años que los pasó en el Castillo de Windsor. La ruta se desarrolla por por la vía A40, Eastbourne Terrace, Lancaster Gate, Bayswater Road, Marble Arch, Park Lane, Hyde Park. En el Palacio, sede de la monarquía británica, va a ser recibido por la Guardia de Honor, el Rey y la reina consorte, que han pasado todo el día en Irlanda del Norte, y los príncipes de Gales Guillermo y Kate. Una vez en Buckingham, el féretro se instalará en la Bow Room. Este miércoles será llevado a Westminster Hall donde todos los ciudadanos que quieran podrán mostrar sus respetos. Se calcula que al menos 400.000 personas pasarán delante del féretro de la Reina.