Aunque destacaba por su sobriedad, la Reina no tenía reparo en derrochar lujo cuando era necesario. “Su propósito nunca fue vestirse como una estrella, ella buscaba lucir con un “glamour” propio y majestuoso por ser quien era”, señalaba la biógrafa real Sarah Bradford. Con un vestidor con más de diez mil trajes y una cueva de Aladino llena de joyas de valor incalculable, Su Majestad tenía una intuición muy aguda para combinarlas, reivindicar su estilo y verse radiante. La mayoría de sus joyas provenían del legado de dos matriarcas reales: su abuela la Reina María y su tatarabuela la Reina Victoria.
Un preciado regalo
Una de las piezas más preciadas del histórico joyero de Isabel II es la tiara de las damas de Gran Bretaña e Irlanda, un regalo de boda que le hizo su abuela la Reina María, quien, a su vez, la había recibido como obsequio el día de su enlace con Jorge V, en 1893. Otros presentes de boda para la entonces princesa Isabel fueron el broche de lazo de Dorset, también de la Reina María, una gran coleccionista de joyas, y su gran referente, el collar Cartier de platino y diamantes, regalo del Nizam de Hyderabad y Bear, en India, y el collar ‘Bandeau’ de rubíes y diamantes, regalo de sus padres, Jorge VI y la Reina Isabel.
Las piezas más espectaculares las reservaba para las visitas al extranjero, las cenas y ceremonias de Estado y, curiosamente, para los estrenos de cine
Sus padres aportaron numerosas alhajas a la colección de Isabel, como los collares de perlas de la Reina Ana y la Reina Carolina, que llevó el día de su boda; un collar de rubíes y diamantes de Boucheron, y un collar y pendientes victorianos de zafiros y diamantes. “Las piezas más espectaculares las reservaba para sus visitas al extranjero, las cenas y ceremonias de Estado y los estrenos cinematográficos. La Reina era una mujer de negocios que se vestía según su estilo de vida”, observó el difunto sombrerero real Frederick Fox.
La tiara de las Damas de Gran Bretaña e Irlanda
La tiara de las damas de Gran Bretaña e Irlanda. También es conocida cariñosamente como ‘la Abuela’. Los fondos para la compra de esta joya fueron recaudados por un grupo de damas de la alta sociedad creado por Lady Eve Greville. La valiosa pieza fue entregada a la princesa María en 1893, el año de su enlace con el futuro Rey Jorge V. En 1947, la Reina María regaló la tiara a su nieta, entonces princesa, con motivo de su boda. Fabricada por Garrard, llevaba varias perlas incrustadas, pero fueron sustituidas, en 1920, por diamantes. Las perlas originales ahora brillan en la tiara ‘Lover’s Knot’ (‘Nudo del amante’), de Cambridge.
El collar de Cartier
Este magnífico collar de platino y diamantes, cuyo diseño evoca rosas inglesas (que llevó la duquesa de Cambridge en 2014, arriba) fue un obsequio del Nizam de Hyderabad y Bear. El gobernante del estado indio adquirió la joya en Cartier y fue su regalo de boda para la princesa Isabel, en 1947.
Collar ‘Bandeau’, regalo de sus padres, el rey Jorge VI y la reina Isabel
Este collar de diamantes y rubíes en forma de “V”, con evocaciones florales, es una muestra de la extraordinaria joyería que se elaboraba en la época victoriana. Fue adquirido por Jorge VI y la Reina Isabel para hacer a su hija un exclusivo regalo de bodas. Es un collar ‘bandeau’ con piedras preciosas y un vistoso pendiente de diamante en forma de pera.
Tiara aguamarina brasileña
Esta corona fue encargada al joyero Garrard por la Reina después de recibir un collar y pendientes de aguamarina, de parte de Brasil, en 1953, para celebrar el inicio de su reinado. El ensamble se fue formando poco a poco: en 1958 se sumaron al set un brazalete y un broche y en 1971, una peineta. Ya con el kit completo, la Reina decidió encargar una tiara a juego, la cual ha sido modificada en varias ocasiones a través de los años.
Tiara ‘Vladimir’
Fue mandada a hacer para la gran duquesa Vladimir —la tía de Nicolás II, el último Zar de Rusia— con motivo de su matrimonio, en 1874. Durante la revolución rusa, la pieza fue sacada a escondidas del país y, tiempo después, vendida a la Reina María. En 1924, ella adaptó la tiara para que se pudieran engastar esmeraldas dentro de sus círculos de diamantes, en lugar de las perlas originales. Abajo, la Reina lleva la tiara con sus perlas.
El collar ‘Delhi Durbar’
En 1911, Jorge V y la Reina María se convirtieron en emperador y emperatriz de la India y este collar de esmeraldas del país se hizo para su asistencia al Durbar de Delhi, una celebración multitudinaria organizada por los británicos en el Parque de la Coronación de Delhi. Esta joya cuenta con el flamante ‘Cullinan VII’, de 8,8 quilates, una de las nueve piedras talladas a partir del diamante más grande que se ha encontrado.
Diadema de diamantes
En la base lleva dos filas de perlas y el diseño combina rosas, cardos y tréboles como símbolos nacionales de Gran Bretaña. Tiene engastados 1.333 diamantes. Esta joya se fabricó para la coronación de Jorge IV, en 1821. La Reina llevaba esta diadema, cada año, en la apertura del Parlamento.
Collar de coronación
Fabricado para la Reina Victoria, en 1858, este collar de 25 diamantes de talla cojín fue usado en las coronaciones de las Reinas Alexandra, en 1902; María, en 1911, e Isabel II, en 1953. Su pieza central es un colgante de 22,48 quilates, conocido como el diamante ‘Lahore’.