El castillo de Balmoral, testigo de tantos veranos de los Windsor, ha sido también el escenario del acto final de Isabel II. Debido a su delicada salud, alargó más de lo habitual su estancia allí y no se trasladó a Londres para recibir a la nueva primera ministra, Liz Truss, sino que lo hizo en su residencia estival, donde dos días más tarde fallecía acompañada de sus hijos mayores, el ya rey Carlos III, y la princesa Ana. A ellos se unieron después los demás miembros senior de la casa real, además del duque de York y el príncipe Harry, que llegó una hora después de la muerte de su abuela.
Carlos y Camilla, el Rey y la Reina consorte
Carlos de Inglaterra y su esposa llegaron en la mañana del jueves a Balmoral como el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles. No hubieran querido terminar el día como el Rey y la Reina consorte. Ante el empeoramiento en la salud de la monarca, aterrizaban a primera hora de la mañana después de que un helicóptero los recogiera en Dumfries House (Ayrshire). Su hijo mayor estuvo junto a su madre hasta el final. Después, el duelo por su fallecimiento tiene que caminar de la mano del protocolo de la 'operación London Bridge', un meticuloso engranaje que vela porque la despedida a la Reina y la bienvenida al nuevo Rey salga sin fisuras. De momento, se espera que este viernes Carlos de Inglaterra y su esposa se trasladen a Londres, donde el sábado sera proclamado monarca.
La princesa Ana, la primera en llegar
La hija de Isabel II fue la primera en llegar el jueves junto a su madre. La Princesa Real se encontraba en Escocia cumpliendo con sus compromisos, por lo que se encontraba cerca del castillo de Balmoral. Allí, pasó todo el viernes acompañando a su madre hasta su último aliento. Solo ella y su hermano, Carlos, pudieron estar con ella hasta el final.
El príncipe Guillermo, ya heredero
El duque de Cambridge llegó conduciendo un todoterreno Range Over en el que también viajaban el duque de york y los condes de Wessex. Lamentablemente, no consiguieron ver a la Reina con vida. El príncipe Guillermo viajó solo, mientras que su esposa se quedó en Adelaide Cottage, su recién estrenado hogar en Windsor, junto a sus tres hijos, George, Charlotte y Louis. En la única imagen en la que hemos podido ver el jueves al nuevo heredero a la corona británica se puede apreciar la enorme tristeza en su rostro. Era mientras llegaba al castillo de Balmoral, probablemente, ya conocedor de la fatal noticia.
El duque de York, su gran apoyo a pesar de todo
El príncipe Andrés ha sido uno de los que más quebraderos de cabeza ha provocado a la monarca en los últimos tiempos. Protagonista de mil y un polémicas que han obligado a Isabel II a despojarle de sus títulos militares, era también su hijo favorito. Siempre se ha hablado de la predilección de la monarca por el duque de York y su unión, a pesar de que el deber le hacía ser implacable, se dejó ver en gestos como su destacada presencia en la misa homenaje al duque de Edimburgo cuando fue el encargado de acompañar a su madre. Una cosa era la Reina y otra la madre, a la que el príncipe Andrés -que acudió solo porque sus hijas, Beatriz y Eugenia de York, no pudieron llegar a tiempo- despidió.
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Los condes de Wessex, cada vez más visibles
Es bien sabida la excelente relación de Sophie de Wessex con su suegra y, afortunadamente, ha podido acompañar al príncipe Eduardo a Balmoral. Viajaron junto al duque de Cambridge y el príncipe Andrés, por lo que tampoco alcanzaron a ver a la Reina con vida. Se les pudo ver, dentro del coche, compartiendo el gesto triste de los demás. Con el número de miembros senior de la familia real cada vez más reducido, es de esperar que en el reinado de Carlos que comienza, sigan adquiriendo cada vez más protagonismo institucional.
El príncipe Harry y el reencuentro que no deseaba
Fue el último en llegar, una hora después del fallecimiento de su abuela, aunque mucho antes de lo que lo hubiera hecho si la casualidad no hubiese querido que se encontrase en Reino Unido. No tenía previsto reunirse con su familia, con la que mantiene una tensa relación desde hace tiempo, pero a buen seguro, querría haberse despedido de la Reina, para la que siempre ha tenido buenas palabras. Finalmente, ha pasado la noche junto a su padre, su hermano y sus tíos en Balmoral en el peor y menos deseable de los contextos. No estaba con él Meghan Markle, que se quedó en Londres, aunque sí suspendió los compromisos que tenía previstos.