principe gales© Getty Images

Con la muerte de Isabel II, tras uno de los reinados más largos de la historia, se ha abierto una nueva era

Príncipe de Gales: historia y curiosidades en torno al nuevo título de Guillermo y Kate

Se espera que los duques de Cornualles y Cambridge, los príncipes Guillermo y Kate, sean investidos en el castillo galés de Caernarfon


Actualizado 9 de septiembre de 2022 - 22:20 CEST

Con la muerte de Isabel II, tras uno de los reinados más largos de la historia, se ha abierto una nueva era: es el momento de reestructurar la Casa Real británica y de que los "personajes" protagonistas asuman los roles para los que se llevan preparando toda la vida. Con Carlos de Inglaterra en el trono –tras siete décadas como heredero-, el título de príncipe de Gales ha quedado "vacante" y es el momento del príncipe Guillermo. El primer hijo de Carlos y Diana, que asumió el título de duque de Cambridge cuando se casó con Kate Middleton en abril de 2011 y el de duque de Cornualles desde la muerte de su abuela, está llamado a ser el vigésimo segundo príncipe de Gales como primero en la línea sucesoria a la Corona británica. Carlos III lo ha dejado claro en su discurso, Guillermo es 'mi heredero' y él llevará los títulos de príncipe de Gales y duque de Cornualles que hasta ahora han acompañado al hijo mayor de la fallecida reina Isabel.

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Príncipe de Gales: orígenes y significado del título© Getty Images
Guillermo y Kate, príncipes de Gales, durante una de sus visitas a Gales

 

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Un poco de 'Juegos de Tronos'

Lo primero que hay que saber es que este no es un título "automático", depende de la voluntad del soberano, es decir, el rey Carlos ha concedido este título que pertenece a la Corona desde 1301, cuando se "creó" para Eduardo Caernarfon, que ascendería al trono como Eduardo II. Aunque en realidad entonces el título de Príncipe de Gales ya existía, pertenecía al reino de Gwynedd, los príncipes nativos de Gales, que era un territorio independiente antes de que fuera conquistado por Eduardo I de Inglaterra. Fue Llywelyn ap Gruffydd el "Último Rey" el que poseía el título, pero lo perdió igual que su cabeza, ya que cayó en una emboscada tras la que fue decapitado, muerte que recrea una estatua en la Sala del Mármol del ayuntamiento de Cardiff. En ese sentido, por tiempo y legado, Llywelyn fue un William Wallace a lo galés, otro héroe medieval que dirigía a su territorio contra la ocupación inglesa que terminaría siendo una realidad. Cuando Gales fue anexionada al reino de Inglaterra, el título de príncipe de Gales se destinó al heredero del monarca inglés.

Conociendo esta historia se explica la tradición, relativamente moderna, de que sea en el Castillo de Caernarfon, construido al norte de Gales tras la victoria inglesa, el lugar que alberga las ceremonias de investidura de los nuevos príncipes de Gales. Así fue la última vez, en 1969, cuando Isabel II otorgó de forma oficial este título a su hijo mayor, Carlos de Inglaterra, hoy nuevo rey, en una colorida y vistosa ceremonia, en la que el Príncipe de 20 años se arrodilló ante su madre, y jefa del Estado, y paseó por el castillo con corona, cetro y capa de armiño. Ese día habló en inglés y en galés; dio un discurso apasionado sobre su vocación de servicio, pero esto no evitó que se reabrieran algunas hostilidades por parte de nacionalistas galeses que recordaban el episodio del siglo XIII.

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La ceremonia de investidura del hijo mayor de Isabel II como príncipe de Gales fue seguida por televisión por unos 500 millones de espectadores y fue un despliegue con toda la pompa y solemnidad que caracteriza a la Casa Real británica en este tipo de actos

Una ceremonia seguida por 500 millones de personas

Esa ceremonia fue retransmitida en directo por televisión y se calcula que la vieron 500 millones de personas en todo el mundo. Por aquel entonces los Windsor habían aprendido el poder de la comunicación y el efecto que generaba "meter" los actos de palacio en las casas de los británicos. Por supuesto, no lo habían aprendido todo, todavía tenían que llegar los ochenta con el auge de los tabloides, los escándalos amorosos y, por supuesto, la llegada de Diana Spencer, la última princesa de Gales, que supuso otro golpe de efecto para la monarquía británica ya que su éxito no tenía precedentes; igual que la polémica que generó su divorcio y posterior muerte, que golpeó la popularidad de la Casa Real como un boomerang cuyo efecto no habían sabido calcular. En lo que al título se refiere, hay que mencionar que cuando llevaban poco más de dos meses de casados, en octubre de 1981, Carlos llevó a Diana (vestida de rojo como el dragón de Gales) al castillo de Caernarfon, para enseñarle el lugar al que debía su título de princesa.

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Cuando se cumplieron 30 años de la ceremonia de investidura del príncipe Carlos en Gales, es decir, en 1999, cuando ya había fallecido Diana y el nuevo rey ya había sido pellizcado por una Spice Girl, una encuesta encargada por la BBC mostró que algo había cambiado. Hasta el 73% de los galeses pensaba que debería haber un príncipe de Gales después de él. Sesenta años después fue la ITV la que repitió la pregunta con una muestra similar, entonces, en el 2019, Guillermo ya era el duque de Cambridge que todos conocemos y un 57% de los galeses le apoyaba como futuro príncipe y deseaban que se repitiera una investidura similar en el castillo galés. No en vano los actos de la monarquía británica a menudo atraen un gran número de turistas y suponen un rentable reclamo para el país.

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El nuevo rey fue investido príncipe de Gales el 1 de julio de 1969 en el Castillo galés de Caernarfon, aunque el título lo ostentaba desde 1958, cuando tenía nueve años. En esta imagen lo vemos caminar con corona, cetro y capa de armiño seguido por su padres, Isabel II y el duque de Edimburgo

Como Carlos ha sido el príncipe de Gales con más años de servicio, es decir, la persona que más tiempo lleva ejerciendo de heredero británico, pocos recuerdan ya quien fue su antecesor, pero en seguida sabrán quién es porque fue el hombre que generó una crisis de abdicación sin precedentes en la monarquía británica para casarse con una estadounidense dos veces divorciada. Efectivamente: su antecesor fue el rey Eduardo VIII, que pasó a la historia como duque de Windsor y protagonista de un breve reinado al que renunció por su amor a Wallis Simpson. Fue esa renuncia la que puso al abuelo del príncipe Carlos, bisabuelo del príncipe Guillermo en el trono (hasta entonces el rey Jorge VI había sido duque de York, como corresponde al segundo hijo varón del monarca) y convirtió a Isabel II en princesa heredera, que no en princesa de Gales, ya que este título se reserva a los hombres.

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Eduardo, hijo del rey Jorge V y la reina Mary, fue nombrado príncipe de Gales con 16 años, el 23 de junio de 1910, y su investidura se celebró en el Castillo de Caernarfon el 13 de julio de 1911. Tras la muerte de su padre, ascendió al trono como Eduardo VIII el 20 de enero de 1936 pero abdicó once meses después para casarse con la estadounidense dos veces divorciada Wallis Simpson. Entonces pasó a ostentar el título de duque de Windsor y el trono quedó en manos de su hermano pequeño, que tomó como la Corona como Jorge VI y nombró a su hija mayor, hasta entonces Isabel de York, princesa heredera

'Yo sirvo'

El título de príncipe de Gales viene con algunos 'extras' interesantes, ya que dependiendo del lugar del Reino Unido en el que esté tiene que dar preferencia a otros títulos: el de duque de Rothesay, cuando está en Escocia, y el de duque de Cornualles, cuando visite el suroeste de Inglaterra. Hay que recordar que es precisamente el ducado de Cornualles el que sostiene económicamente al heredero al trono y a su descendencia, tanto para actividades públicas y filantrópicas como privadas. Eso sin olvidar, que el príncipe Guillermo y también su mujer, Kate, que pasará a ser princesa de Gales cuando lo determine el nuevo soberano, podrán empezar a usar los símbolos heráldicos aparejados a su título, como el estandarte o el escudo de armas que le representa como futuro jefe de un estado formado por cuatro naciones constitutivas: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.

El escudo posee los leones dorados sobre un campo rojo, en representación de los soberanos ingleses; el león rojo de Escocia; el arpa dorada de Irlanda sobre un campo azul; y un escudo más pequeño con las armas de los príncipes nativos de Gwyneed, los que fueron derrotados en Gales. No faltan tampoco el león con la corona de San Eduardo, la insignia de la Orden de la Jarretera, el dragón rojo de Gales y el unicornio blanco de Escocia. Es por tanto similar el escudo de armas del monarca británico que también es usado como blasón nacional, pero tiene dos detalles que lo diferencian: por un lado, las tres plumas de avestruz que son la insignia del príncipe Gales con el lema "Yo sirvo" en un pergamino; y por otro, que las bestias heráldicas llevan una etiqueta blanca en el cuello porque solo las del soberano pueden ir al descubierto.

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Cuando solo llevaban dos meses de casados, Carlos y Diana regresaron al castillo galés para que ella conociera el lugar y los orígenes de su título

Lo que todavía es una incógnita es qué papel tendrá Kate en una posible ceremonia oficial de investidura, ya que las dos anteriores, las que marcaron la tradición de hacerlo en el castillo de Caernarfon, fueron a príncipes solteros. Hay que recordar que Diana se convirtió en princesa de Gales cuando se casó con Carlos, que había sido investido oficialmente doce años antes, aunque fue nombrado príncipe de Gales a los nueve años.

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