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En los últimos tiempos –lo vimos durante las celebraciones de su Jubileo de Platino- cada vez es más frecuente que Isabel II, una soberana de acero con una agenda inamovible hasta ahora, cancele sus planes en el último momento, incluso los de la máxima relevancia institucional, como ocurrió el pasado mayo cuando se tuvo que ausentar de la apertura del Parlamento británico. Cumplió 96 años el pasado abril y tiene problemas de movilidad, así que entra dentro de lo previsto que se ausente cada vez más de la agenda oficial, pero eso no impide que en el Reino Unido con cada cancelación crezcan las preocupaciones en torno a su estado de salud. En las últimas horas ha trascendido que la soberana británica más longeva de la historia no participará, por primera vez, en la tradicional ceremonia con la que se la da la bienvenida en Balmoral cada verano.
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La Reina llegó a Aberdeenshire, Escocia, a finales de julio para instalarse en Craigowan Lodge, la residencia de piedra que se encuentra a un kilómetro y medio del Castillo de Balmoral, lugar al que se traslada Isabel II cuando este se cierra el público. Es entonces cuando se celebra una pequeña ceremonia en el que la Reina se encuentra con la Guardia de Honor, formada por la unidad militar de la Compañía Balaklava y el Regimiento Real de Escocia; esta es la ceremonia en la que el poni de las Shetlands, llamado Lance Cabo Cruachan IV, suele hacer de las suyas. Una cita que también es apreciada por los lugareños que se acercan para saludar a la Reina y darle la bienvenida a su retiro estival, como vemos en estas imágenes, en las que la Reina vistió de rosa, y corresponden a la ceremonia del año pasado.
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Estos planes estaban en marcha hasta ayer, cuando se comunicó que en su lugar se celebrara un "evento privado" más pequeño, lo que marca una excepción para Isabel II, que solo había prescindido de esta ceremonia durante el tiempo de pandemia. La prensa británica bajara que Isabel II sí inspeccione a las tropas en el interior del castillo pero que lo hará sin presencia de medios de comunicación. El Palacio de Buckingham ha restado importancia a este cambio de planes, alegando que es una forma de adaptarlos a los horarios de la Reina por su comodidad.
Hay que recordar que normalmente la Reina –antes con su difunto marido, el duque de Edimburgo- pasa aquí los meses de agosto, septiembre y las primeras semanas de octubre. Sin embargo, este año existe la posibilidad de que haga un parón en sus vacaciones en Escocia para regresar a Inglaterra ya que el Partido Conservador británico anunciará su nuevo líder y futuro primer ministro el 5 de septiembre, en la primera sesión parlamentaria tras el receso de verano, después de la dimisión de Boris Johnson el pasado 7 de julio. Hay que recordar que es la soberana británica la que tiene reservada la potestad de invitar al nuevo primer ministro a formar gobierno.