El testamento del duque de Edimburgo permanecerá en secreto 90 años. El Tribunal de Apelación británico ha ratificado la sentencia del Tribunal Supremo de Londres que el diario de The Guardian había recurrido. No es la primera vez que los jueces británicos hacen primar la intimidad de la Familia real ante la libertad de prensa de Reino Unido. Según The guardian, desde 1911 la familia Windsor ha solicitado mantener 33 testamentos en secreto y la justicia ha concedido su permiso. Tras el fallecimiento del marido de la reina Isabel II el pasado 9 de abril de 2021, el juez Andrew McFalane reconoció en su sentencia hace un año la “curiosidad” que despertaba el conocer la última voluntad de un miembro tan destacado de la familia real, sin embargo argumentó que no tenía “interés público” y que los medios de comunicación sólo perseguían darlo a conocer por “interés comercial”.
-Isabel II vive un aniversario marcado por la nostalgia tras la alegría por el Jubileo de Platino
El presidente del juzgado de la familia del Tribunal Superior de Londres, encargado de custodiar los treinta sobres que guardan sellados algunos de los testamentos de los miembros de la Familia Real que han fallecido, aseguró demás en su sentencia que resultaba necesario “mejorar la protección que se da a ciertos aspectos realmente privados de este grupo concreto de personas”. Los tres jueves del Tribunal de Apelación que estaban encargados de revisar la sentencia tras haber sido recurrida por The Guardian han ratificado el pasado viernes las mismas tesis del jurista, prohibiendo a los medios de comunicación asistir a la audiencia privada y añadiendo que la publicidad del texto “habría comprometido la necesidad de preservar la dignidad de la reina y la intimidad de su familia”.
El primer testamento que se selló en un juzgado fue el del príncipe Francisco de Teck, el hermano menor de la reina Mary, que falleció en 1910. Los testamentos son un documento público en Reino Unido, sin embargo en 1911 tras la muerte de Francisco de Teck, su hermana la Reina solicitó privacidad para evitar el escándalo de que el Rey hubiera legado las joyas más valiosas de la familia a una de sus amantes, una mujer noble que estaba casada.
Desde entonces la familia real inglesa suele acogerse a este precedente. Entre los documentos que permanecen en custodia están los testamentos de la reina madre y la princesa Margarita, hermana de la reina Isabel, que falleció en 2002. Pasados 90 años se podrá decidir si se hacen públicos en su totalidad o en parte o si se prorroga su secreto. La última voluntad de la princesa Diana de Gales sin embargo, no se solicitó que fuera sellada y su testamento se hizo público tras su fallecimiento en 1997.