La polémica que últimamente ha salpicado al príncipe Carlos parece tocar a su fin. La Comisión de Caridad ha dictaminado que no investigará al heredero al trono por una donación en efectivo de 2, 5 millones de libras esterlinas (casi cerca de tres millones de euros) que se habrían entregado “metidas en una maleta y en bolsas” por parte del exprimer ministro de Catar.
El organismo de control ha explicado que analizó la información y que ha decidido no intervenir después de las acusaciones que apuntaban a que el jeque Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani le hubiera entregado ese dinero como donativo. El príncipe de Gales se enfrentó hace unas semanas a la controversia y aseguró que dicha cantidad “fue entregada de inmediato” a una de sus “organizaciones benéficas, las cuales tienen una gestión apropiada y siguen todos los pasos correctos”.
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Aunque en Reino Unido es legal entregar y aceptar grandes cantidades de dinero en efectivo, en los últimos años ha surgido la preocupación por las grandes transacciones que se han hecho de este tipo ya que se pueden usar para blanquear beneficios obtenidos de forma ilícita o para evadir impuestos.
Este escándalo saltó solo unos meses después de que Scotland Yard y la Comisión de Beneficencia iniciaron unas investigaciones sobre acusaciones de naturaleza diferente en torno a los vínculos entre la Fundación del Príncipe Carlos y la fundación del multimillonario saudita Mahfou Marei Mubarak Bin Mahfouz. A raíz de ellos, la mano derecha del Príncipe, Michael Fawcett, dimitió el pasado noviembre de manera permanente de su cargo de director ejecutivo de la institución del heredero después de que se hiciera público que habría ayudado al empresario a conseguir la ciudadanía británica y el título de caballero a cambio de de donaciones. El príncipe Carlos dijo entonces que “no tenía conocimiento” de ningún trato de favor a cambio de dinero.