Cuando el Reino Unido recupera la normalidad tras las fiestas en honor a los 70 años de Isabel II en el trono, es momento de hacer balance y los duques de Cambridge han sido los grandes beneficiados del Jubileo de Platino: son los más populares de la Casa Real británica (después de la soberana), han dado un paso al frente incorporando a los príncipes George, Charlotte y Louis activamente en la institución, han reforzado su equipo de trabajo y han dejado clara la idea de que son el único futuro posible para la monarquía, creando una separación entre ellos, presentes en el Palacio de Buckingham al lado de la Reina, y el resto de nietos y bisnietos de la soberana, que ocuparon una posición secundaria en estas celebraciones. En una institución en la que nada se deja al azar, donde cada puesta en escena está calculada de cara al futuro reinado y el sostenimiento de la dinastía, había un factor imprevisible, el "factor Louis", pero incluso ese les salió bien a Guillermo y Kate.
Este jubileo pasará a la historia como el de Louis y eso que el hijo pequeño de los Cambridge solo tiene cuatro años. Sus reacciones espontáneas, divertidas, cariñosas y exageradas se han hecho virales y han dado la vuelta al mundo; tanto durante sus dos apariciones en el balcón del Palacio de Buckingham, al lado de la Reina, como en las celebraciones finales, el momento más difícil ya que el niño debía permanecer sentado durante un desfile que, aunque era espectacular, parecía que no se iba a acabar nunca. En ese momento las cámaras retrataron como Louis pasaba de brazo en brazo y desplegaba un repertorio de gestos muy elocuentes. En definitiva, frente a la formalidad de George y Charlotte, que desde pequeños actúan como una versión de Guillermo y Kate en miniatura, Louis hizo exactamente lo previsible según su edad y su posición institucional, ser sólo un niño. Es decir, si George es como Guillermo, más comedido y reflexivo, Louis recordó a Harry, que durante años fue el más querido de la institución, precisamente por ser el más cercano, el menos rígido y el más carismático.
Por otro lado, la irrupción de Louis en escena también ha servido para mostrar una faceta distinta de Guillermo y Kate. Tanto es así que, hasta Jo Frost, la Supernanny del Reino Unido, una personalidad de la televisión británica experta en el cuidado infantil, analizó tanto el comportamiento del niño como el de los padres a raíz de la enorme expectación que estaba generando. "Sigo impresionada con la forma en la que el duque y la duquesa de Cambridge continúan siendo unos modelos de crianza tan impresionantes para los padres jóvenes hoy en día. Están abiertos a sus propias luchas como padres y, como todos los padres, continúan esforzándose por hacerlo de la mejor manera posible", dijo Frost aterrizando una idea clave, la de que Guillermo y Kate se han convertido en los más populares de la Familia Real porque se han posicionado como referentes en muchos sentidos.
Si Louis se reveló como un niño de voluntad fuerte y alma sensible, Kate dejó al descubierto su papel de madre y su paciencia, y esto no es algo tan frecuente en la Familia Windsor, de hecho, Diana de Gales fue tan popular, entre otras cosas, porque se mostraba como una madre alejada de la teoría de que en los palacios a los niños los crían otros. "Catherine nunca ha tenido miedo de dar a sus hijos una reprimenda pública para que se comporten y eso es una señal de ser una madre segura que es capaz de mantener los límites a la vez que satisface con empatía las necesidades de sus hijos y comprende sus circunstancias. Les deseo a todos los padres la confianza para que sus hijos se sientan amados y escuchados con límites saludables", añadió Frost.
Los Cambridge fueron conscientes de las reacciones que generó el tercero de sus hijos y escribieron en redes sociales a modo despedida: "Todos lo hemos pasado genial… especialmente Louis". Un guiño a un comportamiento natural con el que los Cambridge se humanizan y se acercan al país en el que se proponen reinar en el futuro. Finalmente el "factor Louis" fue todo un acierto y ahora la pregunta en el aire es hasta cuándo habrá que esperar para volver a ver al pequeño.