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El príncipe Guillermo su esposa, Kate Middleton, y sus tres hijos acaban de cerrar con un éxito abrumador el Jubileo de Platino de Isabel II. Él, uno de los hombres más elegantes del mundo, sigue con sus compromisos y por eso no ha dudado en coger una gorra y chaleco rojos y convertirse en vendedor de prensa, ante el asombro de transeúntes y turistas que al reconocerle, además de comprarle un ejemplar, decidieron retratarse junto a él en unas imágenes que ya se han hecho virales. El duque de Cambridge ha hecho está acción por una buena causa.
© zuikauskas“Hola, soy Guillermo”. Con esta frase el nieto de Isabel II logró vender un montón de ejemplares de Big Issue, un periódico callejero de Reino Unido que destaca por ser una de las empresas sociales principales del país ya que para ser uno de sus vendedores hay que ser una persona sin hogar o estar en situación de exclusión social. Para apoyar esta iniciativa, en la que estaba involucrada su madre, la princesa Diana, Guillermo de Inglaterra se convirtió en un repartidor de incógnito y parece que no se le dio nada mal, a juzgar por el éxito de su recaudación.
© laura.michalkevic- El reencuentro de Guillermo y Kate con Harry y Meghan que no ha sido como esperábamos
El príncipe Guillermo, que cambió por un día sus trajes oscuros y las corbatas, salió por las calles del barrio londinense de Westminister con Dave Martin, un veterano vendedor de 60 años, que se quedó impresionado de las copias que vendió. Además destacó lo simpático y atento que fue con todos sus clientes.
© cabbie_londonNo es el único proyecto relacionado con las personas que viven en la calle que realiza el duque de Cambridge, En el año 2019 se convirtió en patrono de The Passage, una organización fundada en 1980, que ha ayudado a más de 135.000 personas en situación de marginalidad a darles recursos, proyectos de prevención y servicios de alojamiento innovadores. Diana de Gales llevó por primera vez a sus hijos a esta organización en el año 1993 cuando eran tan solo unos niños. En diciembre de 2009, cuando el duque de Cambridge tenía 27 años, pasó una noche durmiendo a la intemperie para comprender la difícil situación a la que se enfrentan las personas sin hogar durante la Navidad.
