Los duques de Sussex han celebrado este fin de semana el primer cumpleaños de su hija Lilibet con una fiesta informal y relajada en Windsor a la que no pudieron acudir algunos de los primos de la pequeña. Es el caso de George y Charlotte de Cambridge, que se encontraban a esa misma hora con sus padres, el príncipe Guillermo y Kate MIddleton, en los jardines de Buckingham Palace donde tenía lugar el macroconcierto en honenaje a Isabel II por su Jubileo de Platino. Al festejo en honor a la bebé que se organizó en Frogmore Cottage sí acudían otros miembros de la Familia Real británica, como los tres vástagos de Zara y Mike Tindall: Mia, de ocho años, Lena, de tres, y Lucas, de uno, así como Savannah, de 11, e Isla, de 10, las niñas de Peter Phillips y Autumn Kelly. Un encuentro donde no faltaron seguro los regalos, la tarta, los globos, los juegos de mesa y otros aperitivos de picnic, tal y como recoge The Sun.
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"Fue una cita encantadora y tenía todo lo que esperarías de la fiesta de cumpleaños de un niño", señala una fuente al citado medio. "La idea era que no hubiera demasiados formalismos y los invitados pudieran entrar y salir cuando quisieran", añaden. En principio, también se contaba con la presencia de Charlie Van Straubenzee, el padrino de Archie. Para el príncipe Harry y Meghan Markle esta era sin duda una buena oportunidad para que los jóvenes miembros de la realeza conocieran en persona a Lilibet, ya que es la primera vez que la pequeña ha viajado a Reino Unido. Al parecer, los Duques optaron por quedarse anoche junto a la Reina en su residencia para ver desde allí por televisión el gran evento musical que reunía a grandes estrellas internacionales, recital que estuvo presidido por Carlos de Inglaterra y su hijo Guillermo en representación de la monarca.
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Los Duques de Sussex reaparecían el pasado jueves en Londres junto a los Windsor en el tradicional desfile 'Trooping the Colour', el espectacular acto militar que marcaba el inicio de las celebraciones por los 70 años en el trono de Isabel II. En esta ocasión la pareja no tuvo un papel protagonista sino más bien secundario, ya que no se montaron en los carruajes como sí hicieron los otros integrantes de la Familia Real británica. Era su primer acto público rodeados de los suyos en la tierra natal del príncipe Harry desde hacía dos años, después de que en 2020 decidieran abandonar su rol institucional y emprendieran una nueva vida en Estados Unidos. El viernes iba a ser el gran día, al coincidir todos juntos en la misa de Acción de Gracias que se celebraba en la Catedral de San Pablo, pero las cámaras no recogieron finalmente las imágenes del saludo entre los hermanos y sus respectivas mujeres.
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