El Reino Unido sigue celebrando los 70 años de Isabel II en trono, durante la que es la tercera jornada de los cuatro días de fiesta oficial por su Jubileo de Platino. La Reina, tras sentir algunas molestias tras los actos del jueves, el desfile militar del Saludo a la Bandera y el encendido de luces nocturno, está siguiendo la mayoría de celebraciones en su honor a través de la televisión desde el Castillo de Windsor, mientras el resto de miembros de la Familia Real se despliegan por el país para representarla. Si los Cambridge se han desplazado a Gales, los Wessex han ido hasta Belfast, sin olvidar que la princesa Ana ha iudo en una de las citas favoritas de la Reina, las carreras de caballos, y las ha vivido con la misma pasión que su madre.
A las 15:30 de la tarde (hora local) ha comenzado en Surrey, a solo media hora del Castillo de Windsor, uno de los cinco clásicos de las carreras inglesas: el Derby de Epsom, que en su edición 243 se ha celebrado en honor a la soberana británica y como una forma de marcar y agradecer su vinculación con el mundo del caballo, una pasión que para la reina está por encima del resto. La primera en llegar al circuito ecuestre ha sido la princesa Ana, acompañada por su marido, Timothy Laurence. Una vez dentro se ha encontrado con sus hijos, Peter Phillips, que ha acudido por primera vez a un acto público con su nueva pareja, Lindsay Wallace, y Zara Phillips, que también es una gran aficionada a los caballos, de hecho, ha competido de forma profesional, acompañada por su marido, el jugador de rugby Mike Tindall. Ha sido ella, Zara, la que ha asegurado que su abuela estaba siguiendo las carreras "desde el sofá casa con su ropa cómoda".
Tanto es el amor de Isabel II por los caballos –cría purasangre y ponis shetland- que durante la misa de acción de gracias que se celebró este viernes en su honor en la Catedral de San Pablo, acto al que no asistió pero que contó con la presencia de todos sus hijos y nietos (a excepción del príncipe Andrés que ha dado un oportuno positivo en Covid), el reverendo comparó su reinado con una carrera de caballos. "Majestad, lamentamos que no esté con nosotros esta mañana en persona, pero todavía sigue en la silla de montar. Y todos estamos contentos de que aún haya más por venir", dijo el arzobispo de York, Stephen Cottrell, momento que arrancó una sonrisa a todos los presentes en la catedral.
La 'otra' reina
Otro de los momentos curiosos de una carrera que no se ha celebrado sin sobresaltos, ya que un grupo de manifestantes por los derechos de los animales han interrumpido el evento, es que aunque no estuviera Isabel II, sí que estaba una de sus dobles, Imelda Staunton. La actriz británica que hizo de ella en la quinta temporada de The Crown estuvo siguiendo las carreras junto a su marido, el también actor, Jim Carter, y atendió a los medios recordando que ella no había sido la única actriz en tener el honor y el desafío de interpretar a la Reina, así que narró el largo listado de actrices que le han dado vida.
La elección de los destinos
Mientras jockeys y caballos lo daban todo en las carreras, que como siempre se han convertido en un colorido desfile de sombreros y tocados, los duques de Cambridge y sus hijos mayores, el príncipe George y la princesa Charlotte, regresaban de la ciudad de Cardiff, donde han estado siguiendo los preparativos de las fiestas que van a tener lugar esta noche en honor a Isabel II. De forma paralela, los condes de Wessex se encontraban en la ciudad de Belfast, donde empezaron el día acudiendo a un desfile por Royal Avenue y reuniéndose con miembros de la comunidad. Después la pareja se desplazó a Bangor, donde practicaron alguna receta local y el príncipe Eduardo se prestó a servir pintas de Guinness.
La elección de los destinos no es casual, Isabel II ha querido que a lo largo de este jubileo sus hijos y sus nietos viajen a cada cada una de las cuatro naciones constituyentes del país: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Las celebraciones por su Jubileo de Platino seguirán esta noche con un gran concierto de dos horas y media en Buckingham, en el que se espera la presencia de los príncipes Carlos y Guillermo. En este sentido, la celebración de estos 70 años están sirviendo para que se reafirme la figura de la monarquía del futuro, dando un protagonismo total al primero y al segundo en la línea sucesoria al trono británico.