El Jubileo de Platino de Isabel II, que conmemora su extraordinario reinado de siete décadas, es testigo del creciente protagonismo que está adquiriendo el príncipe Eduardo, conde de Wessex, cuyos compromisos con la Corona han aumentado notablemente en los útimos meses. El cuarto y último hijo que la soberana británica tuvo con el duque de Edimburgo ocupa el puesto 14 en la línea de sucesión al trono y ha jugado un papel destacado en las dos primeras jornadas de festejos que se han hecho en Reino Unido con motivo de este histórico aniversario. En las celebraciones, además, ha estado acompañado por Sophie de Wessex, que tiene una relación muy cercana con la monarca, y por sus dos hijos, Lady Louise y el vizconde Severn.
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Este viernes, el hijo menor de Isabel II se ha reunido con el resto de miembros de la realeza británica en la misa de Acción de Gracias que se ha celebrado en la Catedral de San Pablo con la ausencia de la Reina y del duque de York. Los condes de Wessex han acudido con sus hijos y han ocupado la primera fila de los bancos situados a la izquierda. En los bancos de la derecha, a la misma altura que ellos, el príncipe Carlos y Camilla de Cornualles, los duques de Cambridge y la princesa Ana con sir Timothy Laurence. Tras el príncipe Andrs y su familia hemos visto a los duques de Sussex así como Eugenia y Beatriz de York, ambas con sus esposos. Después de la liturgia los condes de Wessex también han formado parte del segundo acto, cuyo telón de fondo ha sido el Guildhall, palacio ceremonial y administrativo de la ciudad.
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El arranque de los actos fue el solemne desfile tradicional del Trooping the Colour. Como ocurría con la duquesa de Cambridge y la de Cornualles, el príncipe Eduardo participaba sobre un carruaje en el que iban su esposa e hijos. Por otro lado, los príncipes Carlos, Ana y Guillermo formaron parte del recorrido a caballo. El hecho de que el príncipe Andrés haya sido apartado de los actos públicos de la Corona tras el acuerdo que firmó con una mujer que le acusaba de abusos y la marcha de los duques de Sussex a Estados Unidos ha hecho que Eduardo de Inglaterra pase a un primer plano. Durante el Jubileo se ha evidenciado más que nunca que el conde de Wessex se ha convertido en un gran activo para la Familia Real británica, que en poco más de dos años ha perdido a parte de su equipo.
El conde de Wessex, de 58 años, no estuvo solo en este paso al frente y, desde la pandemia, sus apariciones se han multiplicado y la opinión pública ha podido conocer a un royal que en muchas ocasiones había pasado bastante inadvertido. No lo ha hecho solo, junto a él su inseparable esposa, la condesa Sophie de Wessex, con la que lleva 23 años de sólido matrimonio. Su mujer también se ha convertido en un leal miembro de la Familia al servicio de Su Majestad, y su hija mayor, Lady Louise, que ya ha cumplido la mayoría de edad, también ha ganado protagonismo y ha centrado la atención del público. El pequeño de la familia, James, lleva el título de vizconde Severn y ha acompañado a sus padres en algunos de los eventos de los últimos meses.
Los condes de Wessex emprendieron a finales de abril una gira por el Caribe representando a la monarca, ejerciendo su papel a la perfección y dando lugar a fotos de lo más tiernas y divertidas, a pesar de que se enfrentaron a los mismos problemas: protestas que exigían que Reino Unido se disculpe por su pasado colonialista. Antes, tras el fallecimiento del duque de Edimburgo, en abril de 2021 fueron los primeros que se pronunciaron públicamente. También fueron los primeros en reaparecer públicamente al visitar el homenaje espontáneo que el pueblo británico había hecho al príncipe Felipe, en las puertas de la capilla de San Jorge, en Windsor, tras la muerte del príncipe Felipe.
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El príncipe Eduardo, además, ha recogido el testigo de uno de los compromisos que llevaba su padre, el título de presidente del Royal Windsor Horse Show, tal y como se anunció en febrero. "Mi padre fue imprescindible para ayudar a desarrollar Royal Windsor en el festival hípico que es, uno de los más prestigiosos del mundo", comentaba. Su hija, Lady Louise, también ha heredado el talento de su abuelo para conducir carruajes.