Han tenido que pasar 365 días para que Isabel II conozca personalmente a Lilibet, la única de sus bisnietas que todavía no ha visto cara a cara. La hija menor de los duques de Sussex cumplirá su primer año este sábado, en medio de las celebraciones por el Jubileo de Platino de la monarca, y estará en el Reino Unido junto a sus padres y su hermano mayor Archie, que ya tiene tres años. Además de soplar la primera vela de su tarta, la pequeña Lili, como la llaman cariñosamente sus padres, será la protagonista de este encuentro, que aunque no recuerde en un futuro será de lo más trascendental.
Todo está preparado para la ansiada cita. Por un lado, el príncipe Harry y Meghan Markle se hospedarán con sus dos hijos en su casa de Frogmore Cottage, la residencia que mantienen en el Reino Unido y que se encuentra a tiro de piedra del Castillo de Windsor, el lugar al que la soberana trasladó su residencia permanente recientemente. Esta cercanía es fundamental ya que Isabel II tiene serios problemas de movilidad que la han hecho ausentarse de ineludibles citas de su agenda oficial. Todo indica, dada las circunstancias de la monarca, que sean los Sussex los que la visiten en su Castillo.
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Por otro lado, el pasado abril, el duque de Sussex ya reveló en otra de sus entrevistas bomba para una televisión estadounidense que estaba tratando de hacer posible un encuentro de sus hijos con la Reina, aunque no lo dio por sentado debido a la inseguridad que siente en Londres. El Príncipe dice que no está a salvo en su país natal ya que no tiene protección oficial ni el Gobierno le deja contratar a sus propios agentes, motivo por el que tiene abierto un litigio con el Ministerio del Interior británico. Así las cosas, finalmente el viaje de los cuatro sí será posible y el encuentro con la Reina parece seguro ya que Isabel II se perderá el Derby de Epsom, una de sus carreras de caballos favorita que tiene lugar en el condado inglés de Surrey, debido a que implica un viaje y en su situación no parece viable. Con su agenda despejada, la monarca tendrá hueco para recibir a su bisnieta y a su familia.
Días antes de este encuentro, Isabel II sufrió un incidente cuando regresaba del Balmoral al Castillo de Windsor. El avión en el que viajaba se vio obligado a abortar un primer aterrizaje debido a un rayo. La aeronave quedó atrapada en una tormenta eléctrica de lluvia y granizo e hizo que tomara tierra más tarde de lo previsto. Un portavoz de Palacoi dijo que: "El vuelo de la Reina se retrasó debido a una tormenta eléctrica, se siguieron todos los procedimientos correctos y no hubo problemas de seguridad".
Primera vez con el príncipe Carlos
Además de Isabel II, hay otra persona, con gran importancia institucional que todavía no conoce a la pequeña Lilibet. Se trata de su abuelo, el príncipe Carlos, heredero al trono. No hay constancia pública de que abuelo y nieta se haya visto en persona. Ni el heredero ha viajado a Estados Unidos ni su nieta ha pisado suelo británico. La visita también será para él una primera vez y un reencuentro con Archie, que no ve a la familia de su padre desde hace más de dos años.
En todo este tiempo las videollamadas, según el príncipe Harry, han sido constantes a uno y otro lado del Atlántico. No solo por la distancia física sino también por la pandemia que restringió los viajes y que gracias a la tecnología sirvió, como en muchas otras familias, para mantenerles en contacto. A pesar de ello, tanto Archie como Lilibet cuentan en California con otra gran figura para ellos, su abuela materna. Doria Ragland también vive en el mismo estado que su hija y está presente en el día a día de sus nietos.
A diferencia de su hermano, Lilibet, -llamada así en honor a la Reina a la que en privado se la conoce con ese nombre- no nació en Reino Unido sino en California lo que dificultó y ha dilatado su primer encuentro con la Reina. Archie llegó al mundo en el hospital Portland de Londres el 6 de mayo de 2019 y dos días después fue presentado a su bisabuela en el Castillo de Windsor. Ese mismo verano fue bautizado en una ceremonia privada de la que sí se distribuyeron imágenes oficiales y a la que acudieron 25 personas entre las que se encontraban además de sus padres, sus abuelos, Doria Ragland y el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles, los duques de Cambridge y Tiggy Legge-Bourke, una de las niñeras de los hijos de Diana de Gales. La única que faltó fue la Reina que ya había confirmado su presencia en otro compromiso antes de que los Sussex fijaran la fecha del bautizo.
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