El príncipe Guillermo se estrenó este martes en uno de los actos más solemnes del año de su abuela, Isabel II. Acompañó a su padre, el príncipe Carlos, en la apertura del Parlamento británico en una sesión histórica ya que fue la primera vez que el heredero sustituye a su madre en un acto de estas características. También significó el debut del duque de Cambridge en ese escenario como segundo en la línea sucesoria y futuro Rey. Tras el protocolario acto, Guillermo de Inglaterra emprendió viaje desde la capital británica hasta Manchester para reunirse con su esposa y participar en un emotivo acto en el que habló del dolor que siente tras la pérdida de su madre, la princesa Diana.
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Los duques de Cambridge se desplazaron al memorial Glade of Light erigido en memoria de las víctimas que fallecieron en el atentado de 2017 en el estadio Manchester Arena. Guillermo pronunció un discurso profundamente personal durante el homenaje y en uno de los momentos se le vio muy emocionado y con la voz entrecortada mientras hablaba a las familias que perdieron a algún ser querido en el trágico suceso.
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Con la mano en el pecho y una honda respiración dijo: “Catherine y yo sabemos que el impacto de la atrocidad durará toda la vida y más allá, y que el proceso de curación aún continúa (...) Queremos aseguraros a todos que estáis luchando que estáis muy presentes en nuestros pensamientos”, dijo. En otro momento de su intervención pública habló de su propio dolor por la muerte de su madre, la princesa Diana, que falleció en 1997, cuando él tenía 15 años. “Como alguien que vive con su propio dolor, también sé que lo que a menudo importa más a los que sufren es que aquellos que hemos perdido no sean olvidados. Hay consuelo en recordar. Al reconocer que, aunque se fueron terriblemente pronto, vivieron. Cambiaron nuestras vidas. Fueron amados y son amados. Es por eso que monumentos como el Glade of Light son tan importantes”, manifestó. Estas palabras se han producido casi un año después de que el Duque inaugurara el pasado julio junto a su hermano, el príncipe Harry, una estatua de bronce de Diana de Gales en Sunken, uno de los jardines del Palacio de Kensington.
No es la primera vez que el nieto de Isabel II se sincera sobre su dolor en público. En enero, durante una visita a Church on the Street, en la localidad inglesa de Burnley, se solidarizó con Deacon Glover, un niño de 11 años que había perdido a su madre. “Sé cómo te sientes”, le dijo con gran empatía y tras poner su mano en el hombro del pequeño añadió: “Con el tiempo se sobrelleva mejor”.