Tras dos años de distanciamiento, Megan Markle ha vuelto a pisar suelo británico. Antes de viajar a La Haya, tal y como habían anunciado, para estar presentes en la inauguración de los Juegos Invictus que el Príncipe Harry fundó en 2014, los duques de Sussex han hecho una inesperada parada en Reino Unido para visitar a la reina Isabel II. El sorprendente reencuentro, a escasos días del cumpleaños de la soberana y en un delicado momento de salud para ella en el que se está viendo obligada a suspender algunos de sus más tradicionales eventos, ha hecho pensar un posible acercamiento. Este podría ser el primer paso para tender los puentes necesarios para acabar con el distanciamiento familiar, cerrar asuntos pendientes y curar las heridas abiertas tras la demoledora entrevista que la pareja concedió la famosa presentadora, Oprah Winfrey. Mientras se resuelve esta incógnita, desgranamos los detalles que han salido a la luz de este discretísimo encuentro.
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Según ha confirmado un portavoz de la pareja, los duques aterrizaron anoche en Reino Unido para “visitar a la abuela del duque, como ya habíamos anunciado que esperaba hacer pronto” La visita ha sido relámpago, en “una escala en el Reino Unido de camino a La Haya para asistir a los Juegos Invictus”. Según las mismas fuentes, la pareja ha decidido volver al viejo continente sin sus hijos. Cabe recordar que la Reina aún no conoce personalmente a su bisnieta Lillibet Diana, que nació el pasado mes de junio y a la que dieron ese primer nombre en homenaje a ella. La niña se ha quedado en California, junto a su hermano Archie, por decisión de la pareja.
Los problemas de seguridad no han sido impedimento en este caso para Harry, que hace un mes se convertía en el gran ausente en el multitudinario y solemne homenaje que tuvo lugar en recuerdo a su desaparecido abuelo el duque de Edimburgo alegando que no era un escenario seguro para su familia. Desde que ya no dispone de protección policial ni se le permite pagar a agentes de su propio bolsillo que le acompañen, el hijo menor de Diana de Gales no se siente seguro en su país natal y ha emprendido acciones legales contra el Ministerio del Interior para intentar solucionar la situación.
El duque de Sussex solo ha vuelto vuelto a su país desde que se mudó a Estados Unidos en dos ocasiones y lo hizo él sólo. La primera de ellas para participar en el sepelio de su abuelo el duque de Edimburgo el 17 de abril de 2020, cuando Meghan estaba aún embarazada de su segundo hijo. La segunda, el pasado verano, entonces regresó en solitario para asistir a la inauguración de una estatua en homenaje a su difunta madre, la princesa Diana de Gales, junto a su hermano el príncipe Guillermo. En esta ocasión no ha podido encontrarse de nuevo con el duque de Cambridge, con el que siempre ha estado muy unido hasta que todos los acontecimientos de los últimos dos años han acabado resintiendo su relación, ya que se encuentra de vacaciones en la nieve con su familia.
A pesar de la extrema discreción que ha rodeado a esta visita, The Sun asegura que el matrimonio ha sido visto en el tradicional servicio del Jueves Santo, al que Isabel II no pudo asistir y tuvo que ser reemplazada por el Príncipe de Gales y su mujer, Camila de Cornualles. La elección de este significativo día para volver a pisar suelo británico ha invitado a la prensa del país a especular sobre si ha llegado la hora del perdón entre ambas partes. Otra de las incógnitas es dónde se ha alojado la pareja, ya que en su antigua vivienda, situada en los terrenos de Frogmore Cottage del Castillo de Windsor, vive actualmente Eugenia de York, junto a su marido, Jack Brooksbank, y su hijo August. Aún así, según han confirmado fuentes de su entorno a Page Six, ha sido allí donde han pernoctado. Según han confirmado las mismas fuentes, durante su corta estancia, los duques de Sussex han podido también coincidir con el príncipe Carlos y ahora mismo estarían ya en Los Países Bajos.
La duquesa de Sussex no se había reencontrado con su familia política desde enero de 2020, cuando la pareja tomó la decisión de marcharse a vivir a Estados Unidos y dejar sus obligaciones reales. Tras ello la Reina retiró al matrimonio todos sus privilegios y la pareja, instalada en California, centró todos sus esfuerzos en intentar conseguir su independencia en Estados Unidos. Lo han conseguido a través del negocio audiovisual, en este viaje al viejo continente van acompañados de un equipo de producción con el que se está grabando material para un nuevo proyecto que el matrimonio prepara junto a Netflix.
El próximo 21 de abril la Reina celebrará su 96 años, aunque el festejo público será, como es habitual, en junio, coincidiendo con el primer cumpleaños de su bisnieta Lilibet, lo que haría de esa fecha una ocasión perfecta para un nuevo reencuentro familiar, además de una oportunidad para conocer a la pequeña. ¿Se verán entonces los buenos resultados que hayan podido tener las conversaciones que han mantenido en este fugaz reencuentro por Semana Santa?
-La notable ausencia del príncipe Harry en el homenaje a su abuelo, el duque de Edimburgo