Ellos son, sin lugar a dudas, los protagonistas de las imágenes más adorables que nos deja un acontecimiento de estas características. Hablamos de los bisnietos de Isabel II, quienes también rendían su particular homenaje al duque de Edimburgo en el multitudinario servicio de acción de gracias celebrado en la Abadía de Westminster. Acto solemne con unos 1.800 invitados donde los más pequeños han demostrado que, pese a su corta edad, se comportan ya como auténticos príncipes y princesas en lo que para la mayoría de ellos ha sido su primer contacto con otros miembros de las monarquías europeas. Entre los niños invitados hemos visto a dos de los tres hijos de los duques de Cambridge: George, de 8 años y Charlotte, de 6, mientras que el menor de los tres hermanos, Louis, de 3, no les acompañaba esta vez al ser muy joven todavía. Han llegado al templo londinense de la mano de sus padres, el primogénito vestido igual que su progenitor con traje de chaqueta y corbata, mientras que la pequeña lucía un bonito abrigo azul marino y falda a juego.
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Se trata además de la primera vez que los príncipes George y Charlotte, tercero y cuarta en la línea sucesoria al trono británico, asisten a una gran cita de la realeza. Aunque todavía son niños, sí tuvieron tiempo de disfrutar en su más tierna infancia de la compañía y los juegos con su bisabuelo, fallecido el 9 de abril de 2021. Así lo apuntaba entonces el príncipe Guillermo cuando compartía una entrañable imagen, tomada por su esposa en Norfolk en 2015, en la que el marido de la reina Isabel aparece conduciendo uno de sus coches de caballos. A su lado estaba George, con un cuento en las manos y una sonrisa que demostraba lo bien que se lo pasaban juntos. "Mis hijos tendrán siempre un recuerdo muy especial de su bisabuelo, como cuando venía a buscarles y les contagiaba su pasión por aventura o su sentido del humor", contaba el Duque de Cambridge.
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Flanqueada por sus padres en todo momento, también hacía acto de presencia con paso firme y una dulce sonrisa en el rostro Mia Tindall, de ocho años. Es la hija mayor de Zara, nieta de la reina de Inglaterra, y el exjugador de rugby Mike Tindall, que tienen dos descendientes más, Lena y Lucas, de 3 y 1 año respectivamente. El matrimonio, que dio la bienvenida a su tercer vástago el 21 de marzo de 2021, ya rindió su propio tributo al añorado duque de Edimburgo después de elegir Philip como segundo nombre para el niño. Tampoco se han perdido el homenaje a su bisabuelo Savannah e Isla Phillips, las nietas de la princesa Ana por parte de su hijo Peter y la exmujer de este, Autumn. Dentro de la abadía, se ha podido ver como las niñas estaban sentadas una al lado de la otra mientras miraban con atención y curiosidad el imponente interior del templo, esperando pacientemente a que comenzara el acto religioso donde se iba a recordar al duque de Edimburgo.
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El número de bisnietos que tiene Isabel II no para de crecer, pero ver juntos a buena parte de ellos en un evento de esta magnitud ha tenido también un cariz simbólico, el que representan las nuevas generaciones de la realeza que vienen pisando fuerte. No todos han podido estar y seguro que la Reina los ha echado de menos, como era el caso de los todavía bebés August Brooksbank, hijo de la princesa Eugenia; y Sienna Mapelli Mozzi, primogénita de la princesa Beatriz. Más difícil tenían acudir a la gran cita los hijos del príncipe Harry y Meghan Markle: Archie, de dos años, y Lilibet, de nueve meses. Ambos viven en California (Estados Unidos) con sus padres, quienes decidieron finalmente no viajar a Londres para asistir al servicio religioso en honor al Duque de Edimburgo alegando que no se sentían salvo y temían por su seguridad durante su estancia en Reino Unido.