Ha sido un servicio atípico el de este martes 29 de marzo en la Abadía de Westminster. La Familia Real británica casi al completo –faltaban los duques de Sussex- y la mayoría de Casas Reales se han reunido en el templo londinense para recordar al duque de Edimburgo, el marido de Isabel II, fallecido el pasado 9 de abril. El protocolo ha sido distinto al que acostumbra la Corona británica y por primera vez, Isabel II ha cedido todo el protagonismo a las nuevas generaciones. Una de las imágenes del día ha sido la llegada de los duques de Cambridge con sus dos hijos mayores, el príncipe George y la princesa Charlotte. Ellos son el tercero y la cuarta en la línea sucesoria al trono británico y por primera vez han estado presentes en una gran cita de la realeza con la mayoría de reyes y reinas de Europa.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Ha sido una sorpresa de última hora, ya que en las comunicaciones oficiales nada hacía prever que los pequeños de la Casa Windsor estarían presentes, los Cambridge no han sido una excepción, ya que también han estado las nietas mayores de la princesa Ana, es decir, las hijas de Peter y Zara Phillips. Sin embargo, la presencia de los Cambridge es la que más significado tiene a nivel institucional debido al papel que desempeñarán algún día y, sobre todo, porque este paso adelante se ha dado en presencia de un gran número de monarquías reinantes.
George, con una corbata muy parecida a la de su padre, y Charlotte, que siempre ha recordado a la Reina cuando era niña, han llegado cogidos de la mano de sus padres a la Abadía de Westminster, el mismo lugar en el que se casaron Guillermo y Kate, el mismo lugar en el que se celebró el funeral de su abuela Diana y el mismo en el que hace dos años se vivieron momentos de tensión al acoger la que fue la despedida oficial de su tío Harry y Meghan Markle, que asistieron al servicio por el Día de la Commonwealth antes de dejar la Casa Real. George está más acostumbrado a la vida oficial, ya que ha acudido con sus padres a algunas citas sobre todo de carácter deportivo en los últimos tiempos, sin embargo, Charlotte ha estado muy pendiente y pegada a su madre, que le ha guiado en su entrada y también le ha presentado a algunos miembros del clero.
Aunque sus apariciones son contadas y cuidadosamente elegidas, George, de ocho años, y Charlotte, de seis, poco a poco se van integrando en la vida pública y tomando conciencia del papel protagonista que algún día ocuparan. Unos pasos que algún día seguirá el pequeño de los Cambridge, Louis, que todavía tiene tres años por lo que no ha estado presente en el servicio religioso. Como siempre, los bisnietos de Isabel II y el difunto príncipe Felipe, que actualmente se encuentran en sus vacaciones escolares, han cumplido con todo el protocolo, han cantado el himno nacional y han seguido cada uno de los pasos que les han ido marcando sus padres, que acaban de regresar de su gira oficial por el Caribe.
En este momento se podría decir que los Cambridge viven un punto álgido en cuanto a popularidad y consolidación de su posición en la monarquía británica, ya que Isabel II ha dejado claro que tiene depositada toda su confianza tanto en el príncipe Carlos y en la duquesa Camilla como en ellos, habituados ya a desempeñar las funciones de la máxima relevancia institucional en el Reino Unido y en el extranjero. Una tendencia que comenzó con la pandemia, para minimizar el riesgo en torno a Isabel II, cuando se hicieron cargo de representarla ante otros jefes de Estado en el propio Palacio de Buckingham, y que ha continuado hasta el día de hoy.