La Familia Real británica y la realeza homenajean este martes al duque de Edimburgo, que falleció el 9 de abril de 2021 a la edad de 99 años, en la Abadía de Westminster de Londres con un servicio de acción de gracias por la vida del que fue el marido de Isabel II durante más de 73 años. Un último adiós con un fuerte carácter solemne al que también han acudido representantes de los patrocinios y organizaciones benéficas a las que apoyaba el Duque, representantes del Gobierno británico, las Fuerzas Armadas, altos comisionados del Reino Unido, personalidades de los territorios de ultramar, así como miembros de la Commonwealth. Una despedida en la que se ha echado en falta de manera notable a uno de sus nietos: el príncipe Harry. El duque de Sussex lleva desvinculado de la Corona británica desde hace dos años y se ha establecido con su esposa, Meghan Markle, y sus dos hijos en California (Estados Unidos). El motivo por el que no ha viajado para estar presente en este tributo a su abuelo es porque asegura no sentirse a salvo en su país natal, lo que le ha hecho emprender acciones legales contra el Ministerio del Interior británico.
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A principios de marzo, un portavoz del hermano del príncipe Guillermo confirmó la ausencia en el funeral, al que sí han acudido representantes de casi todas las casas reales europeas y más de 500 miembros de las entidades a las que apoyó el difunto marido de la monarca. En su demanda judicial contra el Gobierno manifiesta que no se siente “seguro” a la hora de viajar a Londres con su mujer y sus hijos -Archie, de dos años, y Lilibet, de nueve meses- porque ya no tiene protección policial en el Reino Unido, ni se le permite pagar agentes de seguridad de su propio bolsillo.
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El duque de Sussex se basa para fundamentar su querella en la persecución que sufrió por parte de los fotógrafos cuando en julio de 2021 viajó a la capital londinense para inaugurar junto a su hermano una estatua de su madre, la princesa Diana, en los jardines del Palacio de Kensington. Por lo tanto, ha decidido no volver al Reino Unido ante el hecho de que no tendrá un cordón de seguridad durante su estancia. “No hace falta decir que quiere volver: ver a familiares y amigos y continuar apoyando las organizaciones benéficas que están tan cerca de su corazón”, según manifestó su abogada, Shaheed Fatima, en la audiencia preliminar que se celebró en el Tribunal Superior de Londres. En cualquier caso, de haber asistido a este funeral lo habría hecho sin su mujer y sus hijos. Que se sepa, Meghan hace dos años que no ha pisado suelo británico.
Al príncipe Harry se le esperaba en esta nueva cita familiar, ya que sí estuvo el 17 de abril de 2021 en la ceremonia religiosa que tuvo lugar en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor con la que se despidió a Felipe de Edimburgo y a la que solo acudieron 30 personas debido a las restricciones sanitarias impuestas por la covid. Entonces tampoco estuvo la duquesa de Sussex que por aquel entonces se encontraba en un avanzado estado de gestación de su segunda hija. Sin embargo, sí quiso mandar sus condolencias a través de una corona de flores.
A pesar de sus escasas visitas a Inglaterra, el príncipe Harry, no se olvida de su tierra y sigue manteniendo algunos lazos. Su portavoz comunicó recientemente que “planea visitar a la Reina, su abuela, tan pronto como sea posible”, aunque no se ha confirmado cuándo se produciría el encuentro. Lo cierto es que sigue manteniendo su residencia británica de Frogmore Cottage, lo que permite ser uno de los cuatro consejeros de Estado, es decir, asumir algunos de los deberes de su abuela, la Reina, en caso de que esta se encontrara en el extranjero o enferma. Estas funciones pasarían por la firma de documentos, asistencia a las reuniones del consejo privado y la recepción de las credenciales de los nuevos embajadores acreditados en el Reino Unido. Aunque está fuera de la vida institucional de la Corona sigue estando en la línea de sucesión al trono donde ocupa el sexto puesto, por detrás de sus sobrinos, los príncipes de Cambridge.